En el capítulo anterior:
{-si prefieren que sea más duro lo seré, pero prefiero darles otra oportunidad-se echó hacia atrás y cruzó las piernas. Nos miró a los dos fijamente-así que vayan a clases y última hora Monty les esperará en la entrada del edificio principal.
Nada más decir eso nos hizo una ademán con la mano para que salieramos de allí y nos fuéramos a clase.
Genial, ahora tendría que quedarme sóla con este imbécil. Lo que me faltaba. Ahora sólo tenía que buscar una forma de decírselo a Scott para que no se enfadara mucho conmigo.}
Ha pasado ya una semana desde que tuve que quedarme a limpiar la cafetería con Ryan. Durante las más de tres horas que nos tuvimos que quedar quitando restos de comida de todas partes no habíamos cruzado palabra alguna, y se lo agradecía, porque no quería hablar con él.
Luke al enterarse del castigo insistió en quedarse conmigo para vigilar a Ryan por si se le ocurría hacer algo, por supuesto yo me negué ya que era yo la que debía cumplir el castigo muy a mi pesar y no él. Aunque hubiera preferido quedarme a limpiar con Luke un millón de veces antes que con Ryan.
Aquella semana había vuelto a recibir otro mensaje de un número desconocido. Por mucho que bloqueara ese número siempre conseguía de alguna forma enviarme otro mensaje. Por supuesto que Scott ni nadie sabe sobre esto, no quiero preocupales.
Las pesadillas comenzaron a hacer acto de presencia también esa semana cuando lo vi caminando tan tranquilo por la calle, sin preocuparse de que le pudieran ver. La verdad es que al principio dudé si era él, aquel día de camino a casa me repetí un millón veces que no era él, que era imposible. Estaba en la cárcel. No podía haber salido así como así. Al despertar intentaba no alterarme demasiado para no despertar a los chicos. Esos días no había dormido nada y maquillaba mi rostro para ocultar las incipientes ojeras. No me podía estar pasando esto otra vez. No lo soportaría.
Hoy comenzaba otro mes e iba a acompañar a Sam al médico junto con Scott, los dos estaban muy emocionados por ver a su bebé.
Mientras ellos hablaban animadamente en la parte delantera del coche yo me limitaba a observar por la ventana todo lo que pasaba a nuestro alrededor.
El coche se paró porque el semáforo estaba en rojo justo al lado de un parque. Observé a todos aquellos niños jugando bajo la atenta mirada de sus padres. Ojalá pudiera volver a ser como ellos, en donde la única preocupación que tenía era no portarme mal para que mis padres no me castigaran sin poder ir a casa de Sam.
Me fijé en una hermosa niña rubia de coletas que estaba corriendo detrás de un niño algo enfadada, el cuál parecía que le había quitado un juguete a la niña. La pobre tropezó con el suelo acolchado y cayó de rodillas. Comenzó a llorar desconsoladamente mientras que el niño al darse cuenta se acercó a ella. Le dijo algo y luego le tendió su juguete de vuelta, pero ella seguía llorando, entonces el niño le dio un beso en la mejilla y un abrazo, la ayudó a levantarse y siguieron jugando.
Es algo que me sorprende de los niños, se enfadan y pelean por cualquier tontería y luego siguen jugando y sonriendo como si nada hubiera pasado. Algo que no pasa en el mundo de los adultos, no todo se soluciona con un abrazo y unas palabras bonitas.
Cuando me quise dar cuenta ya habíamos llegado a la clínica.
-¿A ti que te parece, Alex?-me preguntó Sam, pero no tenía ni idea de lo que estaban hablando, así que le contesté con un "Ummm".
-¿Estabas escuchando algo de lo que estábamos hablando?-fue Scott el que me habló. Negué con la cabeza algo avergonzada. Él negó con la cabeza y Sam me regaló una pequeña sonrisa.
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Viviendo Con Los Miller
Ficção Adolescente¿como te sentirías si tus padres te enviaran a vivir con tu hermano y sus estúpidos amigos? Bueno yo soy Alex Walker y mis padres me enviaron a vivir con mi hermano y sus amigos. Tendré que vivir con seis mujeriegos, guapos, asquerosos e inmaduros...