Capítulo 8

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Me desperté a las seis de la mañana para ir a correr. Corrí por todo el campus ya que no había nadie despierto. Fui observando todos los edificios a ambos lados de la carretera. Eran enormes. Ojala viviera en una casa de estas en Nueva York.

Después de correr durante una hora, por fin decidí parar e irme a casa. Esta vez a la vuelta fui andando, me temblaban las piernas y ya no podía correr más.

Por fin llegue, y lo que me encontré nada más entrar fue a un enfadado y nervioso Scott.

-¿¡pero dónde demonios estabas, Alex!?-estalló, la vena de su cuello estaba a punto de explotar.

-fui a correr-dije cruzandome de brazos.

-pues no vuelvas a irte sin decírmelo ¿vale?-dijo ya más calmado.

Asentí y subí corriendo a mi habitación. Me sentía sucia después de haber estado corriendo durante una hora y quería ducharme. Cogí mi toalla y algo de ropa y me di cuenta de que Sam se había ido, supongo que fue a instalarse en su nueva fraternidad.

Entré al baño y me desvesti. Cuando salí se oía un montón de ruido que provenía de abajo. Era casi ensordecedor.

-¡queréis bajar el volumen panda de idiotas!-grité desde las escaleras, procurando que no me vieran en toalla.

-¡lo sentimos!-se disculparon.

No se para que demonios cogí ropa si me voy a vestir a mi habitación. Soy tonta.

Estuve un buen rato decidiendo que playeros ponerme: converse o superstars. Ojala estuviera aquí mi madre, ella sabría cuales tendría que ponerme.

-¡Alex, baja ya o llegaremos tarde!-me llamó Zac.

-¡enseguida bajo!

Me he dado cuenta que casi siempre están gritando por una cosa o por la otra. Al final decidí ponerme las converse. Cogí mi mochila y baje como un rallo. Los chicos ya estaban fuera esperándome, pero esta vez iría en moto. No me gusta mucho la idea de compartir coche con esos idiotas.

-vamos Alex, llevamos cinco minutos esperándote-se quejó Zac.

-esta vez no iré con vosotros-les expliqué.

-¿por qué no?-preguntó Logan.

-iré en moto-dije mientras caminaba hacia en garaje.

-pero todos acordamos que iríamos en dos coches y que tu vendrías en el nuestro-habló esta vez Thomas.

-pues me da a mi que no-dije cruzandome de brazos.

-si te pasa algo es responsabilidad tuya-dijo Zac señalándome con el dedo.

-que si pesados-abrí la puerta del garaje y subí a mi moto.

Oí como los chicos ya se habían marchado, así que ya era hora de ponerse en marcha.

Llegué justo a tiempo, todavía faltaban cinco minutos para entrar.

Aparqué justo al lado del coche de Zac. Cuando me acerqué a la entrada todo el mundo se me quedó mirando. Tan aburridas son sus vidas que tienen que andar cuchicheando de todo el mundo.

Un chico alto se acercó a mi. Me suena su cara, creo que vamos a mates juntos, pero eso da igual.

-bonita moto Walker-dijo y se marchó.

No me dio tiempo ni de darle las gracias, que se supone que seria lo más correcto. Me quedé mirando unos segundos en dirección hacia donde el chico se fue, hasta que alguien paso la mano delante de mi cara y desperté de mi ensimismamiento.

Viviendo Con Los MillerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora