En el capítulo anterior:
{-Luke ¿puedes quedarte conmigo?-pregunté algo tímida. Él asintió sin pensárselo dos veces. Se quitó los pantalones y la camiseta quedándose en boxers. Ahora pude observar mejor lo trabajado que estaba su cuerpo. No era demasiado musculoso, pero tampoco demasiado delgado, lo que lo hacía perfecto.
-bebete el té-dijo y desperté de mi ensimismamiento. Hice lo que me ordenó y me bebí todo el contenido de la taza.
Hice un hueco en mi cama para que se metiera. Se acostó a mi lado, apegandome a su pecho. Me sentía cómoda y segura en sus brazos. Acarició mi espalda y depositó un beso en mi cabeza.
-buenas noches Alex.
-buenas noches Luke.
Y me quedé dormida entre sus brazos.}
El sonido del despertador no dejaba de turturarme. Tanteé la mesita en busca de ese maldito aparato. Lo cogí e inmediatamente lo apagué, cesando así el horrible ruido.
Mi cabeza daba vueltas, y eso que no había bebido demasiado. Intenté dormirme otra vez, pero no lo conseguía. El maldito despertador había interrumpido mi maravilloso sueño.
Iba a levantarme, pero algo, más bien dicho, alguien impidió que me levantase. Luke. Si no llega a ser por él a saber lo que me hubiera hecho ese hombre.
Me quedé un rato observándolo. Estaba boca arriba. Su mano derecha estaba encima de su pecho, tenía el pelo revuelto, lo que lo hacía lucir increíblemente tierno y sus carnosos y rosados labios entreabiertos. Una sonrisa apareció en mi rostro ante aquella imagen. Acaricié su pelo con cuidado para no despertarle y me entraron unas enormes ganas de besarl...
¡No, no y no! Alexia por favor, tienes novio.
Aparté esa idea de mi cabeza y con cuidado salí de la cama. Entré al baño y me miré en el espejo. Dios, estaba horrible. Parecía un maldito zombie.
Abrí la canilla dejando que el agua fría saliese. Me lavé la cara intentando borrar cualquier signo de cansancio o de maquillaje corrido y bajé a hacer el desayuno. Hoy me sentía con ganas de cocinar, así que me puse a ello.
Saqué los ingredientes necesarios para hacer tortitas. Espero que no se queme ninguna.
Oí ruidos en el piso de arriba. Parecían una manada de rinocerontes de aquí para allá. El primero en bajar fue Logan.
-buenos días-saludó con una sonrisa.
-buenos días.
-huele de maravilla-dijo, acercándose hacia la comida.
-aquí tienes tu plato-se lo entregue y rápidamente se sentó a devorar su desayuno.
Poco después bajaron los demás en manada y les serví el desayuno.
-esta delicioso-dijo Thomas con la boca llena.
-lo sé.
-es una suerte que no hayas quemado la cocina-habló Scott.
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Viviendo Con Los Miller
Teen Fiction¿como te sentirías si tus padres te enviaran a vivir con tu hermano y sus estúpidos amigos? Bueno yo soy Alex Walker y mis padres me enviaron a vivir con mi hermano y sus amigos. Tendré que vivir con seis mujeriegos, guapos, asquerosos e inmaduros...