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Debajo de la trampilla.

Tras la cena, los tres se sentaron en la sala común, lejos de todos. Nadie los molestó: después de todo, ninguno de los de Gryffindor hablaba con Harry, pero ésa fue la primera noche que no le importó. Hermione revisaba sus apuntes, confiando en encontrar algunos de los encantamientos que deberían conjurar. Harry y Ron no hablaban mucho. Ambos pensaban en lo que harían.

Poco a poco, la sala se fue vaciando y todos se fueron a acostar.

—Será mejor que vayas a buscar la capa —murmuró Ron, mientras Lee Jordan finalmente se iba, bostezando y desperezándose. Harry corrió por las escaleras hasta su dormitorio oscuro.

Regresó a la sala común con la capa en la mano.

—Es mejor que nos pongamos la capa aquí y nos aseguremos de que nos cubra a los cuatro... si Filch descubre a uno de nuestros pies andando solo por ahí...

—¿Qué vais a hacer? —dijo una voz desde un rincón. Neville apareció detrás de un sillón, aferrado al sapo Trevor, que parecía haber intentado otro viaje a la libertad.

—Nada, Neville, nada —dijo Harry, escondiendo la capa detrás de la espalda.

Neville observó sus caras de culpabilidad.

—Van a salir de nuevo —dijo.

—No, no, no —aseguró Hermione—. No, no haremos nada. ¿Por qué no te vas a la cama, Neville?

Cyrine miró al reloj de pie que había al lado de la puerta. No podían perder más tiempo.

—No podéis iros —insistió Neville—. Os volverán a atrapar. Gryffindor tendrá más problemas.

—Tú no lo entiendes —dijo Harry—. Esto es importante.

Pero era evidente que Neville haría algo desesperado.

—No dejaré que lo hagáis —dijo, corriendo a ponerse frente al agujero del retrato—. ¡Voy... voy a pelear con vosotros!

—¡Neville! —estalló Ron—. ¡Apártate de ese agujero y no seas idiota!

—¡No me llames idiota! —dijo Neville—. ¡No me parece bien que sigáis faltando a las reglas! ¡Y tú fuiste el que me dijo que hiciera frente a la gente!

—Sí, pero no a nosotros —dijo irritado Ron—. Neville, no sabes lo que estás haciendo.

Dio un paso hacia Neville y el chico dejó caer al sapo Trevor, que desapareció de la vista.

—¡Ven entonces, intenta pegarme! —dijo Neville, levantando los puños—. ¡Estoy listo!

Harry se volvió hacia las chicas.

—Hagan algo —dijo desesperado. Hermione compartió una mirada con Cyrine y èsta asintió de acuerdo, dándole pase libre.

—Neville —dijo Hermione—, de verdad, siento mucho, mucho, esto.

Levantó la varita.

—¡Petrificus totales! —gritó, señalando a Neville.

Los brazos de Neville se pegaron a su cuerpo. Sus piernas se juntaron. Todo el cuerpo se le puso rígido, se balanceó y luego cayó bocabajo, rígido como un tronco.

Cyrine corrió a darle la vuelta. Neville tenía la mandíbula rígida y no podía hablar. Sólo sus ojos se movían, mirándolos horrorizado.

—¿Qué le has hecho? —susurró Harry.

—Es la Inmovilización Total —dijo Hermione angustiada—. Oh, Neville, lo siento tanto...

—Lo comprenderás después, Neville —dijo Ron, mientras se alejaban para cubrirse con la capa invisible.

「Loyalty」 HPDonde viven las historias. Descúbrelo ahora