Somebody. || Akatsuki Y Tú || ©

Sus figuras.

Narrador Omnisciente.

El chico de pelo azabache temblaba, y no, no era por miedo. Sentía rabia, sabía que estaba pagando por todo el daño que causó así fuera por proteger a su hermanito.

Por otro lado, la organización iba poniendo en marcha la caza de los Bijuus.
Ella se negaba, aquellas personas no tenían la culpa del sufrimiento de cada uno de ellos.

Cada uno en su respectivo rincón de la habitación. Él sentía una fuerte opresión en el pecho, y ella sentía algo mucho más allá del dolor.
Tal vez estaba madurando y se daba cuenta de las cosas. ¿Sería hora de dejar de lado su venganza?
Su mente vagaba y tenía su vista en un punto ciego.

-Si la vida me lleva los pulmones, mi corazón siempre estará presente. -Pensaron ambos.

Era como cáncer en sus sangres.
Era como agua en sus pulmones.
Durante unos minutos se alejaron de ahí.
Durante unos minutos limpiaron sus lágrimas.
Deseaban no sentirse incompletos.
Sus corazones se hundían.
Si, como el océano profundo.
No pudieron dar un paso más.

Deseaban morir, no que los mataran. Quizás creían que de una manera u otra morirían siendo héroes. No, claro que no, se consideraban escoria.
¿Alguien más estaría viviendo lo mismo que ellos dos?

Del lado derecho de la habitación, al otro lado de la pared.

Un titiritero maldiciendo, haciendo pedazos cierta colección de muñecos.

Del otro lado del pasillo, frente a la habitación de la peliverde.

Un rubio odiando su pasado y presente.
Y así, uno por uno, cada cuarto lleno de arrepentimiento, odio, tristeza, resentimiento.

Afuera todo era enemigo.
El sol, las nubes, la luna, las estrellas. El viento, los árboles, las uvas, el césped. El calor, el frío, la lluvia, las flores. La tierra, el agua, las uñas, el pájaro.
Y sólo recordaban sus figuras.