_____ POV.
-¿Por qué te has lastimado? -Sus suaves manos limpiaban con delicadeza mi rostro.
-No lo sé. Tal vez lo necesitaba. -Ella soltó un suspiro hondo, se notaba que estaba molesta. -Fue mi decisión, aceptala, madre.
-¡Pero no puedo aceptar que mi hija se ande tirando desde torres! Yo no te enseñé eso. -Sonreí. Cuanto extrañaba sus regaños. Mi padre me miraba con el ceño fruncido y no articulaba ni una sola palabra.
-¿No me dirás nada?
-Eres grande y sabes que cosas están mal. -Respondió serio, como siempre. Pero no me enojaría, no después de tanto tiempo sin verlo.
-Yo... Lo siento. -En cuestión de segundos ya estaba envuelta en sus brazos. -Perdoname padre. Lo hice sin pensar y yo...
-Tranquila. Eres hermosa, ¿sabes? Siempre te hemos estado cuidando, nunca te dejaríamos sola. -Llorar era para débiles. Eso hubiese dicho antes, sin embargo ahora sólo me tenía apoyada en su hombro.
-Los extrañé tanto, creí que no volvería a verlos. -Mi madre sonrió cálidamente. Oh, cuanto extrañé su sonrisa.
-Y nosotros a tí, hija. -Ella se unió al abrazo mientras con su pulgar limpiaba mis lágrimas.
-¡Hey! Eres muy molesta, estás en todos lados, niña. -Pude reconocer esa voz que le dio un vuelco a mi corazón. Y así pasara un siglo, la reconocería igual.
-¡Hiko! -Corrí hacia él y lo abracé. Él sonrió levemente mientras daba palmadas en mi espalda.
-¿No te parece un poco brusca tu manera de llegar aquí? -Preguntó entrelazando nuestras manos. Yo sólo negué con la cabeza. -Siempre tan salvaje.
-Me hiciste demasiada falta, Hiko. -Apreté sus manos, con miedo de alejarnos de nuevo.
-No quería que tú terminaras así, aún tenías mucho tiempo. -Agarró mi barbilla con suma delicadeza e hizo que lo mirara directo a los ojos. -¿Por qué?
-Solo te necesitaba a tí para estar bien, pero tú te fuiste y no supe que más hacer...
-Te amo. -Dijo inesperadamente. Sentía mi garganta seca y las piernas me temblaban. -Te amo, idiota salvaje.
-Hiko... ¿estás jugando? -Él rió y acortó un poco más la escasa distancia de nuestros rostros.
-Jamás jugaría contigo de esa manera. -Lo sabía. Durante todo este tiempo lo tuve frente a mis ojos y nunca me tomé el tiempo de prestarle un poco más de atención. -Pero... Aún es muy pronto para que estés aquí.
-No, me siento bien estando de nuevo a tu lado. Siempre me has hecho bien. Te quiero demasiado, yo creo que... Siempre lo he hecho, sólo que nunca lo quise aceptar. Pero ahora que estás aquí, conmigo, puedo decirlo sin problema. -Su sonrisa se transformó en una mueca de tristeza, combinada con alegría.
-Ahora podré descansar más tranquilo. No vuelvas a cometer locuras, aún tienes que formar una familia y restablecer nuestro clan. -Me observó un rato mientras acariciaba mis mejillas y, me besó. -Es hora de volver.
-¿Qué? No... Por favor. -Me estaba desesperando, no quería regresar para seguir haciendo que los demás sufran y tampoco quería alejarme de mi familia de vuelta.
-Hija... Siempre estaremos orgullosos de tí. -Dijeron al unisono mis padres. Mis ojos derramaban lágrimas sin parar. -No llores, pronto nos volveremos a juntar y podremos hablar mejor. Aún es muy pronto para tí.
-Hiko, no quiero. -Dije sollozando. De repente mi cuerpo se iba desvaneciendo y no lo podía evitar. Acaso estaba ¿reviviendo? Los sonidos se mezclaban, entre mis padres despidiéndome, Hiko alentándome y una chica pidiéndome que despertara. No entendía que sucedía, hasta que ellos empezaban a desaparecer y lo comprendí. Quizás tenían razón, aún era muy temprano para ir junto a ellos y caminar tranquilos, pero mientras espero iré ayudando a los demás y restauraré mi clan.
-Ve, _____, aquí te esperaremos. -Susurró Hiko a mis oídos. Sólo asentí e hice un ademán de manos despidiéndome.
Y desperté.
-¡_____! -No podía ver bien, era todo borroso, pero su voz se me hacía conocida. Tal vez la reconocería si no fuese porque lloraba desconsoladamente mientras me abrazaba fuerte. -Al fin volviste...
-Oh, Konan, eras tú. -Sonreí. -He vuelto.
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Somebody. || Akatsuki Y Tú || ©
FanficNo hacía falta un final. Hacía falta ser, alguien.