Lo más importante

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Narra Bonnie:

Me desperté un poco mas tarde que de costumbre, me encantaban los días que no tenía trabajo y, por si fuera poco, ese día tampoco había tenido pesadillas.

Me di una ducha, me vestí y bajé a la cocina. Miré en la nevera a ver si tenía algo para desayunar. Me hice un café y me comí un donut de chocolate. Hoy si que necesitaría energías. Subí un rato después y llamé a la habitación de Bon, se escuchó un quejido del interior y yo solté una risita. Abrí la puerta y me le encontré completamente dormido. Suspiré y me acerqué a su cama para darle unos leves empujoncitos.

-Bon, despiértate, vamos. Tenemos muchas cosas que hacer. -le dije en susurros.

-Cinco minutitos más, mamá...

Me reí y volví a hablar.

-Mamá Bonnie se va a enfadar si no te levantas, vamooos. -dije entre risas.

Abrió los ojos lentamente y se les tapó por la luz.

-Te espero abajo, dúchate y te presto ropa mía. -Salí de la habitación de Bon y, mientras él se terminaba de despertar, fui a mi cuarto y cogí algunas prendas que me quedaban grandes para después dejarlas en el baño. Le estuve esperando en el salón y, por suerte, no tardó demasiado.

-Ya estoy, Bonnie.

Al verle me rei porque mi estilo de ropa no le quedaba demasiado bien.

-Anda, vámonos.

Me siguió y salimos de casa no sin antes cerrarla con llave. Cuando comenzamos a volar, Bon preguntó.

-Y ¿a dónde vamos?

-A comprar.

-¿A comprar qué?

-Ropa para ti.

-Pero, Bonnie... yo no tengo dinero... pensaba buscarme un trabajo y...

-No te preocupes, yo lo pago. -le interrumpí.

-No, no, Bonnie, mejor vamos a otro sitio.

-Qué poco me conoces... yo siempre consigo lo que quiero. Ya pensaré algo para que no me debas nada. Ahora vamos.

Bon se quejó y refunfuñó pero no le sirvió de nada. Fuimos al centro comercial y entró sólo en una tienda de ropa. Iba a ir con él pero dijo que prefería entrar sólo así que me quedé a esperarle en la puerta. A los pocos minutos salió con una cara muy triste. Me dolía verle triste...

-¿Qué ha pasado?

-No han querido atenderme... -Bon lo dijo muy bajito pero no lo suficiente como para que yo no le oyera. Gruñí.

-¿Y eso por qué?

-Me han dicho que... esa tienda no era para mí y que... no creían que me pudiera costear nada de lo que había... -con cada palabra que decía sus alas iban decayendo y me pareció ver sus ojos algo húmedos. Mi sangre hirvió al verle así...

-Suficiente. Vamos a otra tienda y en esta entro yo contigo. No admito un "no" por respuesta.

Tiré de su brazo hasta llegar a una tienda algo más alejada pero muy muy grande. Bon seguía mal...

-Bonnie... déjalo... no van a querer atenderme aquí tampoco, no soy un cliente importante.

-Corrección: eres el más importante. Ahora vamos.

Entramos a la tienda y me dirigí al mostrador seguido de Bon.

-Perdone, señorita. -llamé la atención a una dependienta.- Venimos a comprar ropa. Mucha ropa. Vamos a gastar una cantidad descomunal de dinero y lo vamos a gastar en su tienda. Y, como seguro comprenderá necesitamos gente que nos atienda muy muy bien. ¿Capta usted lo que le digo? -solté haciendo énfasis en alguna de las palabras. Según hablaba veía cómo la chica sonreía cada vez más y casi podía ver en sus ojos el símbolo del dinero dibujado. Esto funcionaba bien.

-Le comprendo perfectamente, señor, venga por aquí.

-No, no, no... a mí no me tienes que hacer la pelota. Se la tienes que hacer a él. -Empujé a Bon que estaba completa y absolutamente sonrojado y sorprendido por mi comportamiento.- ¿Entendido?

-Claro señor.

Conseguí que las dueñas de la tienda me la cedieran toda la mañana como clientes especiales y exclusivos y que ayudaran a Bon a elegir y combinar la ropa, el dinero hace maravillas y... digamos que tengo demasiado. Le metieron de un empujón al probador más enorme con toda la ropa que había cogido y pusieron un sillón en frente para que yo pudiera ver cada estilo. Los dependientes le iban indicando qué ponerse en cada momento y sólo opinaban cuando yo les daba permiso o cuando yo ya había dado mi opinión dándome la razón siempre.

Le obligué a coger un montón de sudaderas, camisas, camisetas, chaquetas abrigos, pantalones, pijamas, ropa interior, zapatos, zapatillas, trajes, y accesorios como algunas gorras, unas gafas de sol, un gorrito de invierno, corbatas, unos guantes mitones y unas mangas diferentes que se ponían desde el hombro que fueron lo que más le gustaron.

Bon parecía feliz e incluso parecía divertirse al recibir tanta atención. Con cada estilo diferente se iba soltando cada vez más e incluso jugaba y bromeaba haciendo poses o desfilando ante mí. Hasta se llevó puesto un conjunto que incluía una corbata algo desatada, un chaleco negro y una camisa blanca con las mangas recogidas.

Cuando terminamos y escogimos toda la ropa que nos llevaríamos, pagué y salimos con las miles de bolsas en las manos. Bon estaba muy feliz y con él, también lo estaba yo.

-Parecemos chicas pijas de compras con tantas bolsas. -reíamos juntos.

Unos minutos después, cuando ya íbamos a salir del centro comercial cuando pasamos por delante de la tienda a la que Bon había ido.

-Ven, Bon.

-¿Eh? -miró a dónde me dirigía y paró en seco.- No, no. Ahí no. Bonnie vámonos.

-Confía en mí... vamos. Y sígueme la corriente.

Tiré un poco de él y ambos entramos en la tienda. Rápidamente una chica vino a atendernos. Obviamente me había reconocido y además Bon iba ahora vestido de forma mucho más elegante. Por cómo el peliazul la miraba pude adivinar que era la misma mujer que hace unas horas le había echado.

-¿Les puedo ayudar en algo? -dijo con una enorme sonrisa.

-Sí, creo que sí. Me llamo Bonnie aunque creo que ya lo sabe. Y usted es...

-Sonia, a su servicio, caballero, soy muy fan de su música.

-Bien... Sonia. ¿Recuerda al joven que hace unas horas echó de su tienda? -empujé un poquito a Bon y la mujer enmudeció al verle.- Bien, veo que le recuerda. Este es Bon. -sin pensar y con un movimiento rápido tiré de la corbata que llevaba y le besé. Noté lo nervioso, sorprendido y confundido que estaba Bon por mi beso robado pero sinceramente yo también lo estaba. Le solté y me separé de él para hablar de nuevo a, ahora, una muy sorprendida chica.- Mi novio no necesita la ropa que ustedes venden, y no necesita su atención y ustedes por lo que tengo entendido tampoco necesitan la cantidad de dinero que hemos gastado en otra tienda así que no cuenten con nuestra visita ni con una entrada gratis para ninguno de mis conciertos de aquí en adelante. Hasta nunca.

Cogí a Bon del brazo de nuevo y salimos dejando a esa bruja. Creo que no volverá a tratar mal a un cliente en mucho tiempo. Además, nadie se mete con Bon...



Recordémonos (BonxBonnie) #FNAFHS Secuela de Mi Ángel #PremiosFNAFHSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora