Relaciones con cimientos más firmes
que cualquier construcción.
Personas que son paragüas en pleno diluvio
lejos de ti,
que ni si quiera puedes ver algo tan simple como las arrugas de su cara,
cuando ejercita su músculo más bonito;
su sonrisa.
Qué no puedes decirle un "ahora nos vemos", "estoy en tu casa en 5 minutos" o un "te quiero" mirándole a los ojos.
Sin embargo, son el calor en las tardes de invierno,
personas fuera de tu día a día
pero a la vez más dentro que cualquier otras.
Personas que te acogen independientemente de factores externos,
que te hacen sentir como en el típico sillón de casa frente a la chimenea.
Sin ni siquiera verte.
Sin ni siquiera tocarte.