Las noches siguen siendo frías sin ti, ya he llenado ese vacío;
he aprendido a arroparme sola.
Las estrellas brillan con más fuerza,
ya no tienen la competencia de tu sonrisa;
el cielo ya paró de llorar,
no pide tu regreso,
y lucen los colores del arcoiris como nunca.
Mi ropa perdió el aroma de tu perfume de tanto usarla,
y ya huele hasta a mí.
La nieve se derrite cuando la piso,
será que vuelvo a tener mi temperatura corporal,
y aunque no lo creas,
ya paré de temblar cuando me abrazan.
He empezado a juntar mis piezas rotas,
y no veas,
no está quedando nada mal.
Estoy volviendo a ser yo,
aunque cueste pegar los pedazos.