Llorar hasta quedarse dormido,
reír hasta que duela,
comer hasta saciarse,
domingos de manta, peli y palomitas.
Ver como atardece,
mirar como chocan las olas
al llegar a la orilla,
pensando que llegarán a algún lugar,
mientras su único destino no es otro que perderse.
Observar el cielo al amanecer,
respirar aire puro,
placeres que desearía volver a sentir.