Arriesguemos con el orgullo de haberlo intentado.
Fracasar no es fallar,
es negarse a levantarse.
A veces me preguntan
por qué actúo de determinas maneras.
Me río.
No saben que he decidido vivir,
quiero llegar a ser mayor
y reírme de todas las veces que arriesgué y perdí,
de todo lo que gané.
Ya es hora de levantarse
de dejar de sentir un helado frío
por dentro
en todas las épocas de año.
No voy a acostarme sin haber arriesgado nada un día,
porque es mi vida,
y no vivo para quedar bien delante de alguien.