Dejé de escribir

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Dejé de escribir en mi cuaderno sobre ti,
las hojas me hablaban, me cantaban nuestras canciones e incluso me susurraban tus te quiero al oído.
También dejé de mirar al cielo por las noches, cada día representaba nuestros besos,
como una obra de teatro con solo dos protagonistas como estrellas;
luego un soplido de viento me provocaba el escalofrío siempre seguido de tus caricias.
Estas cartas que nunca leerás se desintegraran como lo hacían mis frías manos cuando me tocabas,
se convertiran en cenizas como ellas, que ahora no paran de buscar otra fuente de inspiración para sus textos.

DisasterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora