Capítulo 65: "Más cuernos" (Niall)

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Acababa de dejar a los chicos en casa. Al entrar en el hospital pregunté por la habitación de Dustin. Harry me había enviado a por Louis.
Subí en ascensor, y cuando salía de él vi a Louis saliendo de un cuarto.

-Ts, ts.-hice.

Se giró y me sonrió.

-¿Qué haces aquí?
-Me manda Harry. Es que la niña tiene una rabieta y solo pregunta por ti.
-Ok. Pues espera que vaya al baño y vamos.-dijo.
-De acuerdo. Te espero aquí.

Mientras fue al baño, me dediqué a observar un poco el pabellón. Y me encontré con algo que me dejó al principio alucinado.
Lo mío eran las casualidades.
Por el pasillo de mi derecha vi pasar corriendo a Pedro. Al principio creí que había sido una alucinación, pero no, era él. Me levanté y le seguí, corriendo también pero con discreción.
Se paró ante una puerta, respiró y entró. Me acerqué con cuidado. Se la había dejado entreabierta con las prisas.
Miré al interior y un escalofrío me recorrió la columna. Miré el cartelito de la puerta: "Ginecología". Volví a mirar dentro y una pequeña pantalla mostraba lo que Irene tenía dentro de su vientre. A mi bebé.
A ella no le podía ver la cara. Pedro estaba en medio. Pero si veía la mano del doctor pasando el rolon por su barriga.

-Bien, como pueden ver en la pantalla el bebé está perfectamente. Se le ve sano.-dijo el doctor.
-¿Podemos saber que es? –peguntó Pedro.
-Claro. ¿Quieren?
-No.-contestó Irene.
-¿No?
-Bueno, no estoy segura. Déjemelo pensar.
-Como quiera. A ver, cuénteme. ¿Qué tal lo lleva?
-¿Qué como lo llevo? ¡Horrible!-espetó ella.
-Describa ese "horrible".
-No puedo dormir. No deja de darme patadas. Por el día aun me deja algunos ratos de descanso, pero por la noche es imposible. Me ponga como me ponga. Y me hace daño de verdad -se quejó.
-Es cierto. Se pasa la noche deambulando por casa.
-Pues eso no es bueno. Tiene que descansar.
-¡Descanse usted con un enano dentro metiéndole una paliza! No puedo. Cuando camino se relaja un poco. Y al final sobre las cinco de la mañana me siento en el sofá y me termino quedando dormida por el cansancio. Pero luego me duele todo ¡Es una mierda!

Escucharla hablar así me hizo llenarme de más remordimientos. Yo tenía la culpa. Yo la había dejado embarazada. Ella no quería, y encima no podía cuidarla. Si estuviese yo a su lado, me pasaría las noches en vela con ella. Haciéndole compañía, intentando ayudar en algo. La mínima cosa.

-¿Han probado a hablarle?
-Le hablo, le canto, le canta él. Pero nada. Antes funcionaba, ahora ya no.
-¿Algo mas?
-Si, que tengo hambre a todas horas. Me cuesta mucho controlarme. Y mi humor es una ruleta. Tan pronto lloro, como estoy contenta como cabreada.
-Dice la verdad y mas con respecto a lo último -intervino Pedro- Se enfada por todo.
-Vale. Es todo normal. No se preocupen. Intente encontrar la manera de dormir por las noches, y controle la comida. En cuanto a los cambios de humor, le quedan menos de cuatro meses para aguantar.-le dio una palmada en la espalda de Pedro. – Volvamos a la ecografía. ¿Quieren escucharle el corazón?
-¡Si!-exclamó Pedro.

Y por primera vez escuché el latido que demostraba lo vivito que estaba mi futuro hijo.
Mis ojos empañados se fijaron en la pantalla. El pequeñin o pequeñina tenia las manitas una a cada lado de la cara y la expresión de su cara era como de timidez.

-Se parece a ti. Tiene tu misma cara. Sin duda es un mini Niall.-la voz de Louis me sobresaltó haciéndome dar un salto hacia detrás. -¿Espiando?
-Joder. Que susto -logré decir cuando el corazón volvió a su lugar.
-¿Cómo sabías que estaban aquí?-susurró.
-No lo sabía. Seguí a Pedro. Por casualidad lo vi aquí.
-Vas a tener un hijo precioso.-me animó pasando su mano por mi cara para limpiar las lágrimas.

No pude aguantar y me abracé a él dejando el llanto fluir.

-Quiero estar ahí dentro, quiero estar con ella. No lo aguanto Louis, no aguanto mas -sollocé.
-Tranquilo. –Me apartó y me hizo mirarle a los ojos.- ¿Sabes qué? Vas a meterte en esa habitación.-señaló una puerta abierta. – No hay nadie, así que tranquilo. Yo me encargo de llevar a Irene. Habla con ella. Ya es hora.

Asentí. Iba a hacer lo que fuese por recuperarla y en ese momento amé a Louis por su ayuda.
Me escondí tras la puerta y a los cinco minutos escuché como Louis hablaba con ellos.

-¡Irene! ¿Qué hacéis aquí?
-¿Louis? –Se extrañó-¿Y tú?
-Estoy aquí por Natalie, se ha caído y se ha hecho una brecha en la frente.
-¡¿Qué?!¿Cómo está?- se asustó.
-Bien. Nos hemos llevado un susto. Madre mía.
-¿Y estas tú solo aquí?
-Si, los demás tenían una reunion. Me he quedado yo.
-¿Dónde está? Quiero verla. Seguro que está enorme.
-Pues está en esa habitación.

Imaginé que señalaba hacia mí.

-Yo tengo algo de prisa cielo -comentó Pedro.
-Vete tranquilo. Ya has hecho suficiente viniendo.
-¿Suficiente? Casi llego tarde.
-El trabajo es el trabajo.
-Nuestro hijo es más importante que el trabajo.

¿Su hijo? ¿De que iba? ¡Mi hijo! Rechiné los dientes.

-No pasa nada. Ve. Así me quedo un rato a hablar con Louis y con la peque. Que tengo muchas ganas de verla.
-De acuerdo.

Y entonces el sonido de un beso.
Respiré profundamente para calmarme. Estaba nervioso. Me iba a enfrentar a ella. Sabía que de esta conversación podía desembocar una discusión e incluso pelea, pero era necesario.
Sus pasos se acercaban, y entonces la vi entrando. Aproveché que estaba de espaldas a mí y cerré la puerta tras ella, poniéndome delante.
Enseguida entendió todo. Su cara se desencajó. Miró a todos lados y murmuró:

-Maldito Louis
-No te enfades con él. Iba a hacer esto con o sin su ayuda. –aclaré.
-Apartate de la puerta.
-No. Quiero hablar contigo desde la gala. Se que te dije aquellas cosas...y tú fuiste al hospital. No he tenido oportunidad de hablar y disculparme...Y...
-No quiero escucharte. Aquel día fuiste muy claro. –se negó mirando al suelo.
-Pues me vas a escuchar igual. He sido un imbecil. Lo siento, no sabes cuanto me arrepiento. Cada segundo que paso lejos de ti, del bebé.
-¿El bebé? ¡Ja! No te preocupes. No es tuyo.-soltó.

Casi dejo de respirar.

-¿Qué has dicho?
-Que no es tuyo.
-No digas tonterías. No te creo. De Pedro no es.
-Ya. Pero tuyo tampoco. Te puse los cuernos antes. Con otro.

Tentación 2 (Larry Stylinson)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora