En Markutis hacia el sur, se levantaba un palacio, una enorme fortificación que albergaba al rey del continente, aquel encargado que poseía todos los poderes sobre esas tierras. Por lo general, el rey era un hombre de buen corazón, un elohiano sensato y prudente con el manejo de las capacidades legislativas y jurisdiccionales, dándole al su poder ejecutivo un aspecto superior. Claro, a este hombre siempre se le respetó como máxima autoridad humana, por lo que nunca se exigió que se le rindieran tributos como divinidad, sino simplemente como gobernante. Se creía que todo el que llegaba al trono de aquel palacio, llamado «Cielo» en honor al creador de todo, era puesto ahí por orden de Arnion, el Señor, y que cuando eso no ocurría así, era porque el mal intentaba hacer dominio en Markutis.
Hace siglos, cuando la tierra de Markutis aún no había conocido el mal, se levantó Paroh, temible y tirano, que mantuvo subyugado al pueblo de Elohim por cuatrocientos años, obligándolo a adorarlo como a un dios y a trabajar para él, construyendo monumentos para su culto. Elohim mantenía las esperanzas en las palabras del Señor, el que había prometido mandar al Yasha en tiempos difíciles, y así pasó. El salvador llegó y libertó al pueblo de Elohim del yugo de Paroh, mostrando gran destreza con la espada y un poder sobrenatural que le otorgaba el cielo, lo divino, Arnion mismo. Paroh era de corazón duro y el Yasha tuvo que dar muestras de poder en diez ocasiones distintas hasta que Paroh decidió libertar a Elohim y rendirse. La paz volvió a Markutis y el mal se difuminó. Al menos hasta ahora, donde en el Palacio del Cielo se ha erguido un soberano maligna nuevamente, una hechicera poderosa que se ha hecho con el trono y con el gobierno a cuesta de la maldad, de su poder, de su brujería. Eso sí, el gobierno de esta malvada emperatriz es distinto al de Paroh antaño; Karba, la Reina del Cielo, mantiene no tan sólo a Elohim bajo su yugo, sino a Markutis entero, al continente y a todo lo que habite en él. Sus pretensiones tampoco han sido las mismas que las de Paroh, no, Karba sólo desea poder y sumisión, arrebatarles lo que les pertenece mientras ellos guardan silencio y la contemplan. Ella desea que la respeten y le teman, tener la autoridad. En su labor, claro que no está sola, todo un séquito detrás de ella la ayudan en esta labor, porque ella, a parte de su gran habilidad ocultista, tiene un poder especial, el del convencimiento. Sabía llegar a las personas, en su voz había algo que encantaba, era un poder fuera de la brujería vulgar, fuera de sortilegios comunes, era un encantamiento distinto, algo que te atrapaba. Ella podía decirte que te morirías si la seguías y aún así te podría convencer de hacerlo. Así, de esta forma, se había hecho de un ejército omnipresente, el cual vigilaba cada lugar de Markutis.
Dozzer, el demonio del estupor, era uno de sus más fieles seguidores. Por mucho tiempo su mano derecha. Un gran demonio con habilidades hechiceras para confundir la mente, para cauterizarlas. Su hechizo ilusorio era capaz de envolverte en un escenario alternativo y hacerte jurar que es la realidad, engañándote, haciendo estúpida tu mente.
Está Forest, el dios del bosque, el primero de los espíritus de los dioses que se unió al mal, aunque no el único. Sus dominios se extendían por todo Markutis, ya que donde hubiese flora, él es el dios. A su servicio están las dríades, los árboles y las plantas. También algunas hadas y otros seres de los bosques, pero no se les incluye a todos, puesto que algunos aún se mantienen fieles a Arnion.
También, claro está, su más reciente y fiel seguidora, que acaba de rendir su vida al mal, que acaba de ser iniciada en los poderes de lo oculto, del mal. Basilisco aún no cabía en sí luego de la extraña ceremonia de los áspides, pero se sentía poderosa, más llena de vida que nunca.
Caminaban, Karba y Basilisco, de vuelta por el vestíbulo. Torcieron a la derecha, en sentido contrario a la puerta principal.
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Un linaje especial I
FantasyRhis es un muchacho de dieciséis años envuelto en extrañas situaciones; Eliyah, es un guerrero soñador, buscador del bien y portador de luz; y Susky, es un misterioso mago, sombrío e intelectual, con intenciones ocultas bajo las mangas de su túnica...