31.- El custodio inquebrantable.

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            Rhis no tardó en volver a la realidad y ver a Natasha. Por alguna extraña razón ella era inmune al hechizo ilusorio de Dozzer, quizás era alguna facultad especial con la cuál Arnion la había dotado desde que estaba en el huevo. Fuera lo que fuera, les había sido útil la distracción que el ángel peludo provocó en Dozzer para poder librarse de la pesadilla mágica antes que aquel demonio los hubiera asesinado.

            Dozzer al ver a los tres tambaleantes personajes quedó paralizado. ¿Qué fuerza poderosa estaba de parte de aquel grupo como para haberse librado del hechizo ilusorio? Dozzer estaba aún más desconcertado que los propios viajeros que aún no terminaban de comprender su entorno al haber despertado. Una gota de sudor frío recorrió su rostro y el terror y la inestabilidad estuvieron por tumbarlo, pero no desfalleció y volvió a recuperar la bravía en seguida: no le fallaría a su reina jamás, tampoco al señor del mundo, debía ser fuerte.

            -¡No sé qué poder invocan, pero sea lo que sea tengan presente que me llevaré al chico y ustedes morirán hoy! -gritó el demonio ocasionando que una ola de miedo se cerniera sobre el grupo, pero Natasha no retrocedió ni aun pestañó. Se plantó firme y un ladrido fue su respuesta a la amenaza provocadora de Dozzer. El demonio la miró atentamente… aquella no era una perra normal y pudo comprender que la bestia era un ser angélico, de ahí su resistencia supernatural a su poder, pero aún así era inusual aquella inmunidad.

            El mago, el ángel y el muchacho se pararon firmes detrás de Natasha, apoyando su coraje y disponiéndose a la lucha irremediable que arreciaba. No sería fácil vencer a aquel demonio, pero Arnion estaba de su parte y Rhis sabía que el Señor los ayudaría.

            -¡Rhis, ve a la derecha, por allá donde está aquella duna! -ordenó Susky señalando una de las tres dunas cercanas al portal de ladrillo. Rhis obedeció al instante, pero a penas echaba a correr y todos se percataron de que había algo distinto en la escena. No tenían la certeza de cuánto habían estado inconsciente antes de poderse librar de aquel sueño demoníaco, pero había sido suficiente como para dar tiempo a la tropa que los seguía para alcanzarles. Ahí estaban, detrás de ellos esperando órdenes, manteniendo posiciones como un pelotón de seres oscuros rigorosamente adiestrado.

            De pronto se escuchó un sonido conocido, una nube negra se arremolinó en el aire y el demonio apareció en medio de su tropa de knightneg y comenzó a vociferar como lo hace el comandante de un ejército, infundiendo valor y arrojo, el cual aquellos seres no necesitaban pues poseían una sed de sangre que los impulsaba a pelear, sobre todo si su adversario era un ángel de luz. Nada mejor.

            El tiempo no se desaprovechó en absoluto y en las mentes de Rhis, Eliyah y Natasha retumbó la voz del joven mago:

            -¡Ahora, hacia el portal, podemos atravesarlo mientras Dozzer está distraído!

            Al instante echaron a correr a toda prisa en dirección al portal. Con algo de suerte podrían llegar antes que Dozzer pudiese reaccionar, pero antes de llegar una bola negra impactó contra la arena de enfrente y una nube se levantó. Detuvieron la marcha, cubriéndose la cara. Una voz profunda les habló delante de ellos y supieron que Dozzer se había trasladado hasta allá. El mago conjuró al viento y la nube de arena se acumuló alrededor del demonio mientras gritaba de rabia.

            -¡Vamos Rhis, ve al portal! -le incitó Eliyah mientras encendía su espada dispuesto al combate. El chico no vaciló y reanudó la carrera. Natasha le siguió a toda velocidad.

            La tierra comenzó a temblar levemente, era la hueste maligna que se acercaba a toda prisa hacia el grupo. Rhis estaba a metros de llegar. La hueste estaba a metros de llegar. Rhis se detuvo de golpe y desenfundó a Chereb nuevamente.

Un linaje especial IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora