Capítulo 18.

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Ana Lucía.

Me separe de Bryan y lo vi a los ojos, sentí una corriente en todo mi cuerpo, lo tenia tan cerca de mi, me separe un poco mas de él y continúe hablando.

-El sábado fue su aniversario número 2, desde que paso el accidente cada mes hacían una misa en su memoria pero esta fue la ultima por eso me moleste con Majo.- agaché la cabeza.- yo lo olvidé pero ella siempre hablaba para preguntarme si iría y esta vez no me llamo.- suspire.
-Ese día estabas conmigo, lo siento.- se disculpo y no veía la razón por la cual el lo hiciera, no era su culpa.
-Eso no tiene nada de malo, fui yo quien lo olvido y Majo fue quien no me aviso.
-¿Y por qué no lo hizo?.- pregunto.
-Ella quiere que inicie una nueva vida, que me olvide de su hermano.- y de nuevo comencé a llorar.
-No gusta verte así, es mejor que dejemos este tema.- limpio de nuevo mis lágrimas, me gusta el hecho tenerlo aquí cerca de mi, de tener un mejor amigo como él.
-No, de todas formas lloraré no importa cuantas veces lo cuente.- hizo que recargará mi cabeza en su pecho.- A veces quisiera pero no puedo, Bernardo era mi todo, con el se fue todo mi ser, todo lo que yo era, aquella chica alegre.- me interrumpió.
-Positiva, decidida, que no veía la vida color de rosa pero que siempre le veía el lado bueno, que le gusta vivir la vida como si no hubiera mañana.- término de decir.
-Si, esa chica ya no está.- me levanto el rostro y me vio directo a los ojos.
-Aún está ahí Ana Lu, aun tienes eso, estos meses que hemos estado juntos me he dado cuenta de lo que eres y sabes Bernardo jamás se equivocó cuando me dijo que tú eras todo eso.- trate de sonreír.
-Cómo se supone que debería de seguir adelante cuando tenía 17 años y perdí parte de mi vida, muchas veces intente levantarme y no pude, no puedo.
Los sollozos salieron de mi por si solos y nuevamente ahí estaba mi mejor amigo para abrazarme y reconfortarme, me aferre lo más que pude a él.

Desperté estaba acostada en mi cuarto, no se en que momento me quede dormida bueno aunque después de tanto llorar creo que era lo más lógico, supuse que Bryan me había traído, estaba sola en la habitación, voltee hacia el reloj de mi buro estaba a punto de dar las 2 de la tarde, me exalte, mis padres ya no tardaban en llegar a comer y no había preparado o comprado algo, estaba a punto de levantarme cuando vi entrar a Bryan.

-Que bueno que ya despertaste.- se sentó en la orilla de la cama.
-No me hubieras dejado dormida, te quedaste solo.- le dije.
-En realidad yo también me quede dormido un rato, tiene como media hora que desperté.
-Debo pedir algo de comer, mis padres no tardan en llegar a comer.- dije levantándome de la cama.
-Espera.- me detuvo.- tus padres no vendrán.
-¿Cómo lo sabes?.- pregunté.
-Bueno cuando me desperté fue precisamente porque el teléfono de tu casa sonó, era tu mamá, de inmediato me reconoció y me dijo que te avisara que no vendrían.
-Entiendo.
-Pero si llegara para la cena, pero dijo que ellos la traerían.
-Bien, gracias.- le sonreí.
-¿Tienes hambre?.- me pregunto y se paró junto a mi.
-No mucha.- hice una mueca.
-Pues pedí una pizza y ya no tarda en llegar.
En eso sonó el timbre de la casa, Bryan bajo de inmediato y yo fui tras él.

Mientras comíamos pensaba en preguntarle a Bryan sobre lo que sabía de Bernardo y de mí, no sabia si eran un buen momento, mis ojos ya estaban demasiado hinchados no sabia si podía soportar más llanto.

-¿En qué piensas?.- Bryan paso su mano por mi cara.
-Nada.
-¿Segura?.- no estaba convencido de mi respuesta, así que negue.
-Ya no quiero llorar más.
-Pues no lo hagas.- me dijo.- y el día que quieras llorar y ya no puedas contenerte llámame y lloraré contigo.
-Hace rato dije que no podía levantarme de esto pero creo que me equivoque.
-¿Por qué ahora crees eso?.- pregunto.
-Porque desde que te conocí a ti deje de pensar, me sentí viva de nuevo, después de Bernardo yo me aleje de todo chico, tu eres el único que logró acercarse a mí.
-Me da gusto escuchar eso.
-Él era mi mejor amigo. Tenia a Luciano, nos llevamos bien pero no como hermanos, nos queremos pero aún así no podemos considerarnos mejores amigos.
-Pero ahora ya me tienes a mí, yo soy tu mejor amigo ahora.- mordió un pedazo de su pizza y yo hice lo mismo.
-Bryan.- le hable de nuevo, me miro.- gracias por haberme usado como escudo en aquel centro comercial.- el se hecho a reír recordando aquel momento.
-Más bien yo debería agradecerte a ti. Me salvaste la vida.- yo reí al recordar esa anécdota.
-Gracias por haber insistido en ser mi amigo y no darte por vencido hasta que yo aceptara.- el tomó mi mano y la beso.- Sobre todo gracias por haber llegado a mi vida y darle otro sentido.

No Soy Yo  (Bryan Mouque)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora