Bucle suicida

Capítulo 16

-Repítelo.

-Sam y Cate están saliendo –le vuelvo a decir.

-No –dice incrédula.

-Yo tampoco me lo figuraba.

-Si te digo la verdad... ¿No se le nota un poco que cuando insulta a Sam está sobreactuando?

-Eso lo dices ahora que lo sabes pero me apuesto cualquier cosa a que no tenías ni idea. Pero por favor no puedes decírselo a nadie.

-No lo entiendo, llevo años siendo amiga de Cate y te has enterado tú antes que yo.

-Normal que no te lo haya dicho, tú odias a Sam –le recuerdo.

-¿Quién no?

-En eso tienes razón... Pensaba que te lo tomarías peor. Quiero decir, están saliendo.

-No sabes lo molesta que estoy pero yo no puedo impedírselo. A menos que le toque un pelo a Cate, entonces sí que pienso intervenir.

-Lo dices porque Sam... ¿pega a Diego?

-Sí y eso ya se había acabado pero no sé porque ahora...

-Ha sido mi culpa, le ha vuelto a pegar por mi culpa

-¿Por ti? ¿Por qué iba Sam a pegar a Diego por ti?

-Eso me recuerda a mi enfado con Cate, que fue causado porque cree que Sam está enamorado de mí. Y yo he supuesto que como Diego es mi novio, Sam le pega por eso.

-Cariño, Sam no está enamorado de ti –me afirma un tanto burlona.

-Eso no es lo que me dijo en el coche...

-¿Qué me he perdido?

-Después de que las dos me dejarais plantada salí a la calle y esperé a que pasara un taxi. Estuve esperando un largo rato hasta que decidí ir caminando, lo que fue un error porque empezó a llover. Mientras estaba caminando hacia mi casa, en un semáforo me encontré a Sam y me ofreció subir a su coche.

-Y subiste.

-Y subí. Una vez dentro tuvimos una rara conversación. Solo te digo que acabo confesándome que está enamorado de mí.

-¿Te dijo que le gustas? ¿A la cara? ¿Sabiendo que tu novio es su hermanastro?

-Sí... Pero eso no es lo peor... Cuando llegamos a mi casa, me despedí de él y cuando estaba a punto de entrar me llamó y...

-¿Y qué?

-Se me abalanzó... Yo...

-No, no, no, no. No puedo creerlo. ¿Enserio Caro? ¿Te enrollaste con él?

-Me aparté pero reconozco que no estuvo del todo mal...

-¡Caro!

-Lo sé, ¿vale? No entiendo porque me gustó pero es así. ¿Por qué a las mujeres nos gustan los chicos malos? ¿Qué hago? ¿Se lo cuento a Diego?

-Ni se te ocurra –me exige recalcando cada palabra.

-Algo he de hacer. Lo único que siento es que es como si le hubiera traicionado y no llevamos ni una semana juntos.

-No es como si lo hubieras traicionado, lo has traicionado, no cabe duda.

-¿Soy una mala novia?

-Mala novia y amiga, dos en uno. No olvides que aparte de a Diego también has traicionado a Cate.

-Soy un desastre, lo único que hago es fastidiarla todo el tiempo.

-Mira, eso no es verdad. Lo siento por lo que dije ayer. Siempre existen este tipo de problemas. No pienses que los has traído tú.