Mientras todos abandonamos la estancia, Sam se queda con Cate hablando. No puedo soportar el hecho de pensar que una persona sea tan bipolar, es decir, ¿me dice que me quiere y ahora dice confesar que está enamorado de Cate? Nada tiene sentido. Oigo gritos provenientes de la casa y al ser la última me quedo un poco más atrás para poder escuchar qué están diciendo.
-¿Eres consciente de lo que has hecho? -pregunta Cate a Sam.
-Sí. Y no me arrepiento de ello.
-De verdad que no te comprendo. Eras tú el que decías que lo nuestro tenía que ser un secreto.
-He cambiado de parecer.
-¿Y eso? -pregunta Cate.
-Te quiero -le susurra Sam.
-¡PARA! Para de decirme que me quieres porque los dos sabemos que no es cierto. Ni me quieres ni estás enamorado de mí.
-Solo tengo ojos para ti, Cate.
-Querrás decir Caro, ¿no? Creo que ella te tiene un poco confuso últimamente.
-Lo que me tiene confuso ahora mismo es que se han girado los papeles. Has pasado de suplicarme que aceptara revelar lo nuestro a gritarme por haber confesado mi amor por ti.
-Así que alucinas tanto como yo -suelta Cate.
-¿Qué es lo que te ha hecho cambiar de opinión tan bruscamente? -le pide Sam con un tono ahora más dulce.
-No lo sé... Quizá pensar que... ahora que no será un secreto... perderemos la pasión -confiesa Cate.
-¿Es por eso, en serio? -cuestiona Sam con burla.
-Sí -contesta Cate.
-No tienes nada por lo que preocuparte, te lo prometo.
-Y a ti... ¿qué es lo que te ha hecho cambiar de parecer? -pregunta con suspicacia Cate.
-No soporto verte sentada con tus amigos todos los días y no poder hablar contigo. No soporto ver como te tocas el pelo y me miras de escondidas. No puedo evitar pensar que quieres más a otro que a mi. Creo incluso que no me quieres... Al fin y al cabo, sería lo normal -le dice Sam.
-Sam, ¿estás seguro de que ese discurso habla sobre mí?
-Cate...
Noto que hay un silencio incómodo detrás de la puerta.
-¡Lo sabía! Estás enamorado de Caro, ¿verdad? No hay derecho. ¿Por qué tiene que pasarme esto a mi? -grita Cate llena de rabia.
-Cate, iba a decir que yo pienso de verdad todo lo que te he dicho -añade Sam intentando arreglar lo que ha sido una confesión de amor hacia mi, o eso creo.
Una vez dicho esto la besa y no vuelvo a oír ninguna queja por su parte.
Bajo las escaleras preguntándome si Sam habrá dicho todo eso a propósito porque sabía que estaba escuchando. No soy el centro del mundo, que tonta. Diego me espera en el rellano y le digo que vayamos a su casa ya que yo ya he avisado de que no dormía en la mía. Durante el recorrido estamos los dos callados y la verdad es que no sé como empezar la conversación. No sé si quiere hablar del tema o quiere que le distraiga así que espero a que saque él algún tema ya que tengo miedo de incomodarlo.
-Ya hemos llegado -me informa.
-Lo sé, yo también tengo ojos para ver que estamos en tu casa -le digo quizá un poco tajante provocando un silencio incómodo-. ¿Estás bien? -continuo ahora más suave.
Diego echa el asiento hacia atrás y se lleva las manos a la frente, exasperado. ¿En qué estará pensando?
-Cariño, habla conmigo -le pido.
ESTÁS LEYENDO
Bucle suicida
Teen FictionCarolina ha de sobrevivir a un gran cambio. Sus padres, tras que ella presencie el suicidio de su mejor amiga, consideran necesario alejar a Carolina del trauma. El miedo que tiene al comienzo de su nueva vida se disipa tras su primer día en un nuev...