Bucle suicida

Capítulo 18

Volvemos con todos y noto que hay cierta tensión. Antes de preguntar a que se debe me doy cuenta de que Sam está entre mis amigos. Lucía le tiene al lado y no parece muy incómoda. Creo que Bruno le odia ya que parece que el solo pensamiento de tocarlo o mirarlo le repugnara. La verdad es que si alguien pegara a Lucía yo también le odiaría, así como odiaba a Samuel por lo que le hacía a Laura...

-Esto... Diego, ¿vamos? -pregunta incómodo Sam.

-Sí, claro -se gira hacia mi-. Adiós Carolina -me planta un beso en los labios.

Veo cómo Sam nos está escrutando con la mirada. ¿Lo habrá hecho Diego a propósito para marcar territorio? Como si yo fuera un perro.

-Adiós Cate -se despide Sam alejándose con su hermano.

Lucía y yo nos miramos instintivamente y el resto del grupo la interroga con la mirada.

-¿Adiós Cate? -interviene Patri-. ¿Des de cuando se despide de ti? O más bien dicho, ¿des de cuando te dirige la palabra?

-Sam y yo nos hemos llevado siempre bien.

-Hombre si te refieres a que la única vez que has hablado con él fue para enrollaros y cargarte tu relación con Diego, pues entonces sí -suelta Bruno.

-Así que por eso cortásteis... -añado.

-No entendéis nada sobre Sam -contraataca Cate.

-Yo creo que sí lo entiendo -le susurro.

-Cierra el pico guapa, no querrás que me vuelva a enfadar -me dice antes de irse hacia su casa con una sonrisa amenazante.

Lucía viene hacia mi y me coge por el brazo apartándome del grupo.

-Tenemos que hablar.

-¿Qué pasa?

-Verás... Este domingo es mi cumpleaños y...

-¿Que? ¿Tu cumpleaños? ¿No me podrías haber avisado un poco antes?

-Quedan cuatro días. Pero bueno, el caso es que quiero hacer una fiesta. Entonces... Sería en mi casa y tengo pensado invitar a Bruno, Diego, Cate, Patri, Nina y tú. ¿Me dejo a alguien?

-No pero... ¿Cuál es el problema?

-Tampoco es un problema... Simplemente que no sé. No hay muy buen rollo con el grupo en estos momentos. Quizá deberíamos hacer una cita doble y ya está.

-¡No! Es tu cumpleaños y has de invitar a todo el grupo. Nos lo vamos a pasar ne grande.

-¿Entonces te parece bien la idea? Vamos a mi casa, hacemos un aperitivo, quizá miramos una película de miedo... Ponemos música, bailamos...

-Me parece perfecto, enserio.

-Vale pues está decidido, este domingo fiesta en mi casa.

-¿Qué quieres que te regale?

-A ver ya sé que vas a pensar que me paso un poco pero bueno me gustaría un móvil nuevo, un portátil, maquillaje, una colonia y... quizá ¿algun que otro instrumentro?

-Oye pues perfecto, lo tendrás todo -le digo irónicamente.

-Que buena amiga eres -me dice riéndose.

-Lo sé, ¿acaso lo dudabas?

-¿Yo? Nunca -me contesta-. Adiós Caro, luego te llamo.

-Adiós Lucía -le digo riéndome y girándome para ir a mi coche.

Me meto en él y voy a casa. En el fondo el día no ha estado del todo mal.

Al día siguiente me despierto animada y me levanto de la cama y me visto con una energía matutina anormal en mí. Finalmente ayer hablé con Lucía y quedamos en que hoy comentaría el tema de lo de la fiesta. Bajo y no hay nadie despierto aún, así que salgo y cierro la puerta intentando hacer el menor ruido posible. Una vez en la escuela, me encuentro con Diego.