8. La sorpresa

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Katniss:

El tren se detuvo, nos dirigimos con Kimberly hacia las puertas. Pero antes de que estas se abran, ocurre algo inesperado: el televisor se enciende, los altoparlantes anuncian que se ha liberado a todos los estilistas prisioneros desde el Vasallaje de los Veinticinco y que ellos serán los estilistas de los tributos de los 76 Juegos del Hambre.

El televisor se ha apagado y las puertas se han abierto. Pero yo me quedo clavada en mi lugar, tratando de darle un sentido a lo que acabo de oír. Los estilistas prisioneros desde el Vasallaje de los Veinticinco. No hubo estilistas que sobrevivieran, anunciaron que todos habían muerto. De repente me quedo abrumada por el peso de mis pensamientos: anunciaron, sí, pero nadie vio morir a ninguno. ¿Todos han sido liberados? ¿Llevaban treinta años presos? Pero, lo más inquietante es por quiénes han estado presos, quién los aprisionó y quién los mantuvo en ese estado tanto tiempo. Y el porqué. Porque tiene que haber un porqué. Un motivo que explique la causa por la que el gobierno de la rebelión ha admitido eso.

Pero por sobre todas las cosas, hay una que invade mi mente... ¡¿Mi antiguo estilista está vivo?! Nataniel pregunta si debemos bajar ya. Haymitch le dice que sí, y tiene que darme un leve empujoncito para que mis piernas reaccionen y pueda empezar a caminar.

Apenas ponemos un pie en la estación caminamos hacia el edificio en el que está el que los equipos de preparación recibirán a los Tributos. Luego se hará el desfile, que atravesará toda la ciudad hasta el Centro de Entrenamiento, en donde permanecerán hasta el día que deban salir a la arena. Todo está igual a la última vez que se celebraron los Juegos, como si nada hubiera cambiado en estos treinta años. Miro a mi alrededor, mientras indican a los chicos que sigan a un ayudante del Capitolio que los llevará a conocer a su equipo de preparación. Mi primer impulso es evitar que mi hija vaya con esa gente, pero sé que no puedo ni debo hacer nada, así que me quedo en donde estoy, esperando que alguien me diga qué hacer. Enseguida lo hacen, nos indican que la reunión instructiva de mentores es en el salón del fondo. Seguimos a la mujer que nos guía, y entramos en una sala con una gran mesa en forma de semicírculo. Apunta a una gran pantalla, al lado de la que se encuentran algunos de los Vigilantes. Miro que los lugares tienen números, nos dirigimos hacia un extremo de la mesa en forma de medialuna, en donde tres asientos con el número 12 nos aguardan.

Intercambio una mirada con Peeta, y luego con Haymitch. Ahora sé en dónde estaba este último cuando nosotros estábamos con el equipo de preparación. Luego miro a mi alrededor, reconozco a Annie, sentada en el único lugar con el número 4, y la saludo con un gesto de la cabeza mientras pienso que no hay más vencedores de su distrito. Siento nostalgia a recordar a Mags y a Finnick. También reconozco a Johanna, sentada en el único lugar con el número 7, a Beete en el que corresponde al Distrito 3, Enobaria está en el lugar de al lado, que corresponde al 2. Es allí cuando observo que algunos distritos, como el 11 o el 5 no tienen mentores. No son tantos los vencedores que han sobrevivido al último Vasallaje y a los treinta años que le siguieron. Algunos mentores que vivieron, ya eran muy adultos y han muerto ancianos. Trato de obligarme a no pensar en los chicos que deberán ir a la arena sin mentores, ni menos aún en que muchos de ellos deberán morir si quiero regresar a casa con mi hija.

Los Vigilantes se ponen de pie y asumimos que la reunión dio comienzo. Uno de ellos adelanta un paso y empieza a explicar el trabajo del mentor: mantener al tributo con vida, aconsejarlo para la arena, conseguirle patrocinadores, enviarle regalos. Explica que estaremos sentados frente a una pantalla en la que podremos ver al tributo del que somos mentores en tamaño real. Que allí tendremos una serie de controles e indicadores. En un costado de la pantalla veremos un mapa con la ubicación y distancia de los otros tributos, el dinero recaudado con las donaciones de los patrocinadores, el tiempo que lleva el tributo en la arena desde el comienzo de los Juegos del Hambre, etcétera. En los controles, podremos comprar regalos y enviarlos a los tributos. Tendremos libertad para abandonar el asiento y conversar con la gente del Capitolio para pedirles donaciones para nuestros tributos, o para irnos a dormir si preferimos. Los mentores de un distrito pueden decidir si dividirse los tributos y ser uno encargado de salvar a alguno en particular o actuar en equipo para ayudar a ambos participantes.

La regla de los tres vencedores durará dos semanas, es decir que si los Juegos duran más de catorce días, solo podrá haber dos vencedores, por dos semanas más. Si los Juegos alcanzan las cuatro semanas de duración, uno solo será capaz de ganar. Intento recordar cuánto duraban los antiguos Juegos del Hambre... Entre tres y seis semanas.

El retorno de los juegos del hambreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora