El retorno de los juegos del hambre

16. La pesca

Katniss:

Ahora que Holly y Kim se han hecho aliadas, Annie y nosotros trabajamos en conjunto. En la pantalla de Kim aparecen ella y Holly, y en la que aparece Nat, se ha dividido en dos, un sector también destinado a Jim Dorne. Las chicas están durmiendo tras los arbustos. Nos parece un lugar bastante inseguro, pero es cierto que es lo mejor que han podido encontrar.

Nataniel está caminando al lado del río, mirando entre los árboles si encuentra algo de comer. Los profesionales parecen ser los únicos que tienen comida, y han vuelto por ella a la cornucopia. Ni Kimberly ni Nataniel son buenos cazando, apenas han aprendido a hacer algunas trampas en el centro de entrenamiento. Pero no tienen sogas, no pueden armar nudos ni trampas. Está cerca de dos tributos, Tiffany Taylor, del Distrito 8 y Helen Shadows del 7.

-Deberían empezar a turnarse para dormir un poco -Apunta Haymitch mirándonos a los tres.

-No pienso moverme de aquí. -Digo automáticamente.

-Si crees que puedes estar algunas semanas allí sentada y sin dormirte, créeme que te equivocas. -Asegura.

Tiene razón, lo sé, pero soy incapaz de dormir en este momento. Lo haré cuando no tenga otra alternativa.

-Al menos come algo, iré a buscarte algo que comer. -Murmura Peeta.

-Tú tampoco has comido. -Apunto, y es cierto, desde hace más de veinticuatro horas, que empezaron los juegos, no hemos comido nada.

-Te equivocas, he invitado a al menos diez patrocinadores a tomar café o almorzar en el bar. -Dice sonriendo. -Te traeré algo. ¿Annie, quieres algo?

-No, estoy bien así. Gracias.

Pero cuando Peeta regresa con una bandeja cargada de sándwiches, tartas, jugos, gaseosas y cuatro tazas de café es evidente que no le ha hecho caso. Al sentir el aroma de la comida enfrente mío, comprendo el hambre que tenía. No lo había notado, pero comienzo a comer casi con desesperación.

-Espero no interrumpir el almuerzo. -Murmura una voz a nuestras espaldas. Los cuatro estábamos tan enfrascados en lo que sucede en la pantalla que no mirábamos a nuestro alrededor. La primera en voltearse a la velocidad de un rayo es Annie, y se lanza a los brazos de Finnick.

Tengo que pestañear varias veces para creérmelo, es imposible. Pero a la vez es real, está aquí, al lado nuestro, abrazando a Annie con el amor de siempre. Se nota en él el paso de los años, pero sigue siendo el mismo. Una vez que suelta a Annie, nos abraza a Peeta, a mí y a Haymitch. Luego mira la pantalla y sonríe.

-Oye, Katniss. Tu padre y Prim están muy bien. Cinna los ha acompañado a la estación e irán a casa con tus hijos, tu madre, y Patrick. -Me dice Finnick.

-Gracias, Finnick. -Le respondo.

-Veo que ya te han puesto al tanto. ¡Quería ser yo quién te lo dijera! -Murmura Annie sonriendo.

Finnick la abraza y la besa.

-Tienes para contarme toda la vida de Patrick, no te preocupes. -Le susurra mientras le acaricia el cabello. -No sabes lo que te he extrañado.

Pasado un buen rato, Finnick ha convencido a Annie de que descanse un poco, y como ni Peeta ni yo hemos aceptado ir a dormir, Haymitch ha decidido hacerlo él.

-En algún momento esos dos necesitarán un mentor con dos neuronas despiertas. -Murmura antes de salir.

Volvemos a mirar la pantalla, Holly y Kimberly están buscando comida. Está atardeciendo, casi va a ser de noche. Kimberly rastrea los alrededores, pero no se ve un solo animal.

-Oye, esos árboles tienen lianas. -Dice de pronto Holly. Kim observa hacia arriba, es cierto.

-¿Crees que las lianas sean comestibles? -Pregunta con una expresión de asco.

-No pensaba comérmelas, pensaba pescar. He visto un río más allá en el bosque. ¿Sabes pescar? -Pregunta la niña del Distrito 4.

-No, Patrick Odair intentó enseñarme en unas vacaciones pero me resultó aburrido así que no le he prestado atención. -Admite Kim.

-¡Tienes el profesor más hermoso del Distrito 4 y no le prestas atención! ¿Acaso en el 12 tienen a alguno más lindo que Patrick? -Pregunta burlonamente Holly.

A mi lado, Finnick ríe a carcajadas.

-Sí, la verdad sí. -Responde Kim y sus mejillas se tornan repentinamente coloradas.

-No importa, yo pescaré y tú cuidarás que nadie me mate mientras tanto. ¿Te parece bien? -Pregunta.

-Sí, es una buena idea.

-Entonces ayúdame a sacar esas lianas, tenemos que construir una red.

Finnick y Peeta dicen lo que yo estoy pensando. Entre que saquen las lianas, armen la red y comiencen a pescar, se les hará de noche y no podrán ver nada.

En la otra pantalla, Nataniel se ha encontrado con las chicas del Distrito 7 y 8, y se han convertido en aliados. Aunque él les dice que si se encuentran con Kim, ella automáticamente será aliada de ellos también y las niñas aceptan. También ellos notaron las lianas, pero las están usando como trampas. El problema es que no parece haber ningún animal cerca que pueda caer en ellas.

Kimberly y Holly han terminado de construir la red, les ha quedado muy bien y bastante resistente. Ahora caminan hacia donde la chica del 4 recuerda haber pasado el río. Van directamente hacia él. Cuando llegan, Holly toma su hacha y empieza a romper con ella el hielo que lo cubre.

-Espantará a todos los peces de ese modo. -Murmura Finnick.

-Pero no tienen opción, no puede pescar sobre el hielo. -Apunta Peeta.

Una vez que el hueco en el hielo tiene un tamaño considerable, Holly mete los pies en el agua para entrar a ella con la red. Exclama que está muy fría, pero vuelve a intentarlo, al tercer intento logra mantenerse sentada en el borde de hielo, con las piernas y manos en el agua sosteniendo la red.

-¡Ay! -Grita de pronto. Da un salto y suelta la red. -¡Oh, no! -Murmura adentrándose más el agua para sacarla.

-¿Qué pasa? -Pregunta Kim asustada.

-Algo me mordi... ¡Ay! ¡Ouch! -Holly suelta la red completamente e intenta salir del agua, aunque al parecer algún animal la retiene. Cada vez que intenta salir grita de dolor. Kim se acerca a ella, estira su mano desde el borde del hielo, toma la de Holly pero antes de poder sacarla, se vuelven a separar. Entonces, Kim se mete al agua a tratar de sacarla.

Ahora están las dos gritando de dolor al ser mordidas por algo que no se llega a ver. El relator de los Juegos del Hambre dice a la audiencia que las chicas están siendo atacadas por pirañas.