Katniss:
Miro al cielo, ya es completamente de día. Los chicos se han levantado y están desayunando. Kimberly ya lleva puesto un vestido celeste que hace juego con sus ojos. Está realmente preciosa. Mark lleva una camisa a cuadros y un pantalón negro. Y Stephanie aún sigue en pijama. Miro la hora, tenemos poco tiempo.
-Ven, -susurro a Stephanie -tienes que cambiarte.
Voy hacia su habitación y escojo un lindo vestido rosa con volantitos. Es adorable, aunque no la hará parecer una rival digna de despertar preocupación en otro tributo. Pero contra eso no tengo alternativa, es una niña de diez años, de baja estatura y muy menuda y delgada. La vista con lo que la vista seguirá dando el aspecto de una dulce y tierna niñita.
-¿Me harás dos trenzas? -Me pregunta con una vocecita aguda. Es el peinado que suelo hacerle para fiestas, cumpleaños y ocasiones especiales. Pero en estos momentos yo no puedo evitar pensar en una niñita tierna y dulce, con dos trenzas rubias que salió elegida en la cosecha de Los Juegos del Hambre.
-No, amor, hoy no. -Me niego, y ella no insiste.
-¿Por qué nos vestimos como para una fiesta? -Me pregunta.
No sé qué responderle, así que digo alguna evasiva que no termina de convencerla. Pero no vuelve a preguntar. Ya debemos irnos. Cuando cierro la puerta, me pregunto quién regresara esa tarde a casa. Sé que quienes regresen estarán bien, todos los vecinos los quieren y han prometido cuidarlos el tiempo que Peeta y yo estemos en el Capitolio. Así que solo debo aterrarme por la posibilidad de que alguno, o incluso dos de ellos nos acompañen.
Un escalofrío recorre mi cuerpo. Hemos llegado a la plaza, que por primera vez en treinta años está preparada nuevamente para una cosecha. Tengo que separarme de mis hijos, dejarlos junto a los demás chicos del distrito y subir al escenario junto con el alcalde y la enviada del Capitolio para realizar la cosecha: Clarence Snow, la nieta del ex presidente. La suerte no puede estar de nuestra parte. Mi corazón late tan fuerte como si quisiera escapar de mi pecho.
-Damas y caballeros, niños y niñas ¡Bienvenidos a los 76 Juegos del Hambre! -Anuncia con una felicidad que hace que sienta náuseas. -Como ustedes saben, en esta urna están los nombres de las chicas, y en esta la de los chicos. -Explica. Observo a Peeta, luego a Haymitch, trato de buscar a mis hijos entre la multitud. Encuentro a Mark, pero no veo a las niñas. -Primero, escogeremos el tributo femenino. La persona cuyo nombre yo lea en voz alta deberá venir aquí al escenario e irá al Capitolio a participar en los 76 Juegos del Hambre. ¡Que la suerte esté siempre de su parte!
La mujer mete la mano en la urna, remueve todos los papelitos y saca uno. Lo estira, se aclara la garganta y mis temores se confirman.
-¡Stephanie Mellark! -Un murmullo se expande por la multitud. El grito de Mark sobresale. Siento que mi cuerpo tiembla incontrolablemente mientras veo que las chicas comienzan a separarse y Steph camina lentamente, con el rostro pálido como la cera hacia el escenario. Kimberly grita espantada mientras su hermanita se acerca a nosotros. La pequeña me mira a los ojos. Intento sonreír, hacer algún gesto de ánimo, pero es imposible. Mi niña sube los escalones lentamente y se para al lado de Clarence. -Stephanie Mellark, ¿no me equivoco si arriesgo que eres hija de dos vencedores de este distrito, Katniss y Peeta, verdad? -Pregunta con una horrible sonrisa.
-No -dice con voz tímida mirándonos a mí y a su padre.
-Bueno, antes de pasar a seleccionar a los varones, ¿alguna voluntaria? Quien se presente voluntaria, deberá ser una chica en edad de participar y jugará ella en lugar de Stephanie. Si nadie se presenta, Stephanie será quien...-Empieza a preguntar al público, pero no termina de hablar porque la estridente voz de una chica la interrumpe.
-¡Yo! ¡Yo me ofrezco voluntaria! ¡Yo quiero ir en su lugar! -Mientras Kimberly viene casi corriendo hacia el escenario, repaso las conversaciones tenidas sobre los juegos con mi hija mayor. No recuerdo haberle contado que me ofrecí como voluntaria cuando salió el nombre de Prim, no hablamos de la cosecha, solo de lo que sucedía en la arena. Pero mi hija mayor es mi copia, y se lo está demostrando a todo Panem. ¿O es que Peeta y Haymitch le han contado? Lo dudo, Kim ha demorado en ofrecerse como voluntaria hasta que Clarence explicó el procedimiento, como si no lo supiera. No lo tenía planeado.
-Vaya, vaya, vaya... Creo que no necesito preguntar quién eres. -Dice sonriendo Clarence e invitándola a subir -Seguro que los que recuerden los 74 Juegos del Hambre se están dando cuenta de que tenemos a una nueva Katniss Everdeen. ¿Cómo te llamas, querida?
-Kimberly Mellark. -Responde entrecortadamente mientras le ordena a su hermana menor que baje del escenario.
-¡Excelente, Kimberly! Creo que tú y tu madre son las únicas que se han presentado como voluntarias alguna vez en el distrito 12, querida.
Mi hija no responde a Clarence, voltea a mirarnos a nosotros tres y clava sus ojos sorprendidos en los míos, preguntándome mudamente de qué habla la mujer. Nadie le ha contado, ahora lo confirmo, ella se ha ofrecido como voluntaria por los mismos motivos que yo.
Clarence saca el papel con el nombre del tributo masculino. Es un chico que va a la misma clase que Mark, estrecha su mano con Kimberly y entran al Edificio de Justicia.
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El retorno de los juegos del hambre
FanficHan pasado treinta años desde la ultima edición de los Juegos del Hambre. Todos parecen haber olvidado de que se trataba. Hasta que el nuevo gobierno del Capitolio anuncia que se reconstruirán las arenas.Katniss y Peeta temen mas que nunca una venga...