Katniss:
Me despierto y automáticamente miro el televisor. Peeta está abajo con Haymitch, yo he subido a dormir un poco. Veo la pantalla, todo parece estar tranquilo. Algo llama la atención de Nataniel, que está afuera del refugio haciendo guardia junto a Helen Shadows. Le dice que irá a buscar algo y ya regresa. Me fijo de qué se trata, son fresas. Me visto rápidamente y bajo en el ascensor. Mientras voy descendiendo, me llama la atención que haya de pronto comida en el estadio, esperaba que pronto hubiera un truco para obligarlos a luchar o un terremoto, avalancha, inundación, lo que sea para matar a varios. Sin embargo, parece que Haymitch tiene razón, los conflictos que hay afuera están haciendo que "suavicen" Los Juegos del Hambre, porque los distritos están volviendo a manifestarse en contra de la matanza a sus hijos. Por eso mismo han decidido dejarlos una semana en paz, sin ataques, y darles un auricular a los ocho finalistas.
Llego a la planta baja y me doy cuenta enseguida de que algo malo ha ocurrido. La cámara principal enfoca un primer plano de Kimberly llorando desesperadamente y Haymitch acaba de maldecir a los gritos y tirar algo al suelo. Atravieso corriendo la sala hasta llegar a él, Peeta, Johanna y Annie.
-¿Qué ha pasado? -Les pregunto preocupada.
-Las fresas estaban envenenadas. -Dice Peeta seriamente.
-Nat las ha comido. -Agrega Johanna, y entiendo todo lo que ha pasado.
Miro fijamente la pantalla, Holly abraza a Kim, pero el llanto desgarrador de mi hija hace que se me escapen a mí también varias lágrimas. Era un compañero de clases de Mark, un niño de catorce años. Kim no se separa de Nat hasta que no la toma de los brazos y la pone en pie Holly Smith, quien la abraza y la consuela. Helen Shadows descubre que lo que ha matado a Nat son las fresas.
Kim sigue llorando y siendo consolada por Holly un buen rato. Helen descubre que además de frutas, han aparecido animales en el bosque. Tiffanny plantea cazarlos, pero todas temen que estos también sean venenosos.
-Atrapemos uno, sin matarlo, luego cacemos otro y le demos a comer la carne al primero. Si come y no muere, podemos comer nosotras. -Propone la niña del Distrito 8.
Como a todas les parece una buena idea, deciden poner en práctica. Construyen redes y nudos con lianas, haciendo trampas para los animales. Se ven conejos, comadrejas, ardillas, incluso algunos animales grandes, como ciervos o cabras. El primer animal en caer en una de las trampas es una comadreja. Helen la toma, le ata una soga como si fuera una correa para llevar de paseo a un perro y la ata a una rama del árbol más próximo al campamento.
-¡Tenemos una mascotita! -Dice Tiffanny riendo y todas ríen, incluso Kim, que ha estado todo el día con los ojos llorosos.
Cae la noche antes de que puedan atrapar nada más. Suena el himno de Panem, y en la pantalla principal repiten la muerte de Nataniel, mientras que en el estadio reflejan su rostro. Kim mantiene la vista fija en el suelo, incapaz de mirar.
-Yo haré guardia esta noche. -Se ofrece Tiffanny.
-Y yo te acompañaré. -Dice Kim.
-Kim, estás agotada, deja que yo acompañe a Tiffanny y descansa un poco. -Dice Holly, tiene que insistir para que mi hija acepte, pero al final lo consigue.
Al día siguiente, entre Helen y Holly matan un conejo que cayó en una de las trampas, cortan un trozo pequeño y se lo dan a la comadreja. El animal lo come sin que se observe nada malo en él. Le dan un poco más, todo se ve en orden.
-De todos modos, esperemos un poco. -Propone Kim -Si en unas horas no le pasa nada al bicho ese, comemos el conejo.
Los profesionales han cazado conejos y hasta un ciervo y los han comido sin que les haya pasado nada, pero eso las chicas no lo saben. De modo que la precaución que toman está muy bien empleada. Descubren que la comida no tiene nada malo, y siguen cazando animales y cocinándolos al fuego antes de repartir entre todas lo que consiguen de comer.
Tres días más tarde, todo sigue igual. Por la noche, anuncian tanto en la sala de mentores como en el estadio que han pasado dos semanas completas, por lo que a partir de ese momento solo dos tributos pueden ganar, siempre y cuando en el momento de quedar ellos solos en la arena lleven más de veinticuatro horas como aliados.
Los profesionales siguen en torno a la cornucopia, han acampado allí y están esperando que muera una más del grupo de las cuatro chicas para ir a matar a las que queden. Pero el anuncio de que las dos semanas han pasado los altera, a diferencia del otro grupo, ellos no pensaban en dividirse, sino en ganar los tres. Se reprochan unos a otros haber perdido demasiado tiempo y que tendrían que haber matado a todos los tributos en esa semana.
Los chicos del Distrito 9, por su parte, han tenido problemas con los animales. Se toparon con un felino extraño, como un león pequeño, que ha herido gravemente a la chica. El muchacho se ha dedicado enteramente a cuidarla en estos días, pero el aspecto de la niña no ha mejorado. Sigue pálida, con fiebre y muy débil.
En el campamento de las chicas, Holly y Kim están haciendo guardia. Conversan de cuestiones cotidianas, contando anécdotas de sus vidas. Juegan a una especie de juego, en donde por turnos tienen que contar una historia alegre o graciosa que les haya sucedido.
-Con mi hermano Mark, teníamos una época en la que queríamos inventar comidas que no existieran. -Dice riendo mi hija, y sonrío recordando aquellos años. Mark debía tener seis y Kimmy unos nueve años. Tocaban todo lo que encontraban en la cocina y mezclaban ingredientes que no tenían nada que ver unos con otros. -Un tiempo se nos dio por inventar panes, de sabores que no existían. Y no solo que los hacíamos, sino que no nos gustaban y los dejábamos por ahí. Y a veces mamá iba a probar un pedazo de pan y ponía unas caras de asco geniales. -Dice riendo -No te cuento cuando inventamos el pan de pimienta y arroz. Le metimos arroz crudo en la masa y un montón de pimienta ¡Era una porquería!
Holly ríe con la historia, mientras Kim se parte de la risa. Ha logrado sacarnos una carcajada a Peeta y a mí. Creo que es la primera vez que ambos reímos con ganas desde que anunciaron los juegos.
-¿Qué es eso? -Pregunta Holly señalando algo en el suelo.
Kim mira con atención, y la cámara enfoca lo que están mirando. Son hormigas, pero del tamaño de cucarachas más o menos. Y hay muchas de ellas acercándose al campamento. Despiertan a las chicas y deciden irse de allí.
Mientras están escapando, Kim chilla que una le ha picado en el tobillo, comienza a caminar más despacio.
-¡Vamos, Kimberly! -La apremia Holly.
-¡Ay, me ha picado otra! -Grita y camina cada vez con más lentitud.
Las otras chicas siguen huyendo, pero Holly regresa a ayudar a Kim. Le indica que se apoye en sus hombros y haga todo lo posible por apurar el paso. Sin embargo, prácticamente la está arrastrando.
-¡Vamos, Holly! O te alcanzarán a ti también. -Grita desde un poco más allí Helen Shadows.
-Si me ayudaras, sería más fácil. -Protesta Holly enojada, en su voz se nota que está haciendo un esfuerzo. Kim está muy pálida y no parece capaz de mantenerse en pie.
-No hay tiempo, nos alcanzarán a todas. Hay que dejarla. -Insiste Helen.
-Vayan ustedes, entonces. Yo ayudaré a Kim aunque me cueste la vida. -Dice con decisión.
Las otras chicas siguen su camino. La alianza se ha dividido. Ahora son dos grupos de dos chicas. Holly intenta cargar a Kim en su espalda, pero no tiene la fuerza suficiente para hacerlo. Sigue caminando como puede, casi arrastrando a mi hija que en este momento ya está inconsciente. Avanza unos cuantos metros más, ya está bastante lejos de las hormigas mutantes, y apoya a Kim suavemente en el suelo antes de recostarse ella y respirar agitadamente. Unos minutos después, se sienta en el suelo e intenta hacer reaccionar a Kim sin éxito.
Levanta con cuidado el pantalón, en la zona del tobillo, en donde Kim se ha quejado de que le dolía. Una gran marca se deja ver incluso en la oscuridad en la que están las chicas, al parecer la picadura produjo una inflamación grande en todo el tobillo, como una ampolla enorme. Es evidente que se trata de algún tipo de muto, como las rastrevípulas. Miro desesperada la pantalla buscando algo que pueda ayudarla, pero no encuentro.
-Esto -Señala Peeta al ver un frasco que yo había pasado desapercibido. Es crema para todo tipo de picaduras y lesiones en la piel. No estoy segura de que funcione del todo, lo de Kim no es solamente una lesión en la piel, pero de todos modos, a falta de una idea mejor, la envío.
Holly está concentrada revisando la respiración y el pulso de mi hija y tarda un segundo en notar el paracaídas. Lo abre de inmediato y comienza a aplicar en las marcas que Kimberly tiene en los tobillos y la pantorrilla. En total, ha sido picada por cinco de esas hormigas. La chica sigue intentando hacerla reaccionar, al borde del llanto y con la voz ronca.
El sonido de un cañonazo me estremece, por un momento temo lo peor, pero entonces me doy cuenta de que la pantalla principal está enfocando a la niña del Distrito 9, que acaba de morir. Al momento, el presentador anuncia que ya hay ocho finalistas, por lo que se entregarán auriculares conectados a los tributos y sus mentores. Un avox pasa repartiendo los auriculares, cada uno con el nombre del tributo con el que se conecta y el distrito al que representa. Un paracaídas cae al lado de cada chico, indicando en los auriculares el número de su distrito. Annie se coloca los auriculares que indican Holly Smith, Peeta y yo dejamos a un costado los de Kimberly, en este momento no nos sirven de nada.
Holly está arrastrando a Kim detrás de un arbusto para dejarla a resguardo cuando observa los paracaídas. Enseguida los abre, se coloca sus auriculares y exclama con un deje de desesperación en la voz:
-¡Annie! ¿Eres tú? ¿Me escuchas?
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El retorno de los juegos del hambre
FanficHan pasado treinta años desde la ultima edición de los Juegos del Hambre. Todos parecen haber olvidado de que se trataba. Hasta que el nuevo gobierno del Capitolio anuncia que se reconstruirán las arenas.Katniss y Peeta temen mas que nunca una venga...