Nuevo Cielo De Octubre.

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Octubre 22, año 07.

Los once chicos que representan el templo del zodiaco se encontraban reunidos fuera de las blancas paredes del edificio. El sol ya había caído y las estrellas eran lo único que iluminaban la silenciosa atmósfera. Zeus había acordado con ellos una fecha y hora exacta en la que debían recibir al doceavo integrante, ese que sellaría finalmente la cadena que hace años atrás deseaba crear. En el inicio de sus tiempos como rey de lo dioses, cuando él se propuso renovar los reinados y sus apoyos (año 0), comenzó la creación de un primer signo zodiacal tomando en cuenta las millones de estrellas que surcaban el manto celestial.

Capricornio (21 enero), tomando su representación de Amaltea, cabra que cuidó de él en el mundo humano. Su llegada al templo fue el 19 de febrero siendo la primera habitante del enorme lugar y así poco a poco se crearon los demás. Una dinámica que se basaba en comenzar la creación y al transcurso de una mes abrirles las puertas del templo; ese periodo es el que los humanos usan para asignar un representante al crío recién nacido. Sin embargo, hubo un hueco en el tiempo que no se había llenado. Ya existían 12 representaciones del zodiaco pero aun existía una "nada" en el tiempo asignado como año.

Septiembre 23 del año 01, en el majestuoso cielo nocturno aparecieron un nuevo monto de estrellas. Pocos días después llegó la petición de Zeus de arreglar la séptima habitación para la nueva nube de estrellas. Pero, no fue mucho lo que brindó al templo, ya que fue desterrada del territorio de Zeus al insinuar poder ser más que el mismo rey de los dioses y atentando contra la vida de el color escarlata quien se había convertido en su compañero y amante; por seguridad de todos ella fue sentenciada a morir. 

Del cielo comenzaron a apagarse una a una las estrellas que formaban ese juego de luces.

Seis años le tomó a Zeus darse cuenta del vacio que habia en ese sitio y, retomar la idea de crear a la real regidora de ese espacio en el tiempo. Una joven monocromática, de apariencia dulce, tranquila y tímida descendió de entre las nubes en compañía de una pequeña mariposa teñida igual que ella. Sus prendas eran tan claras, casi tocando la pureza del blanco pero con un equilibro demasiado exacto con el negro. Sus ojos resaltan con unas largas pestañas dignas de envidiar.

— ho... Hola — su voz resuena angelical y endulza tus oídos con finas frecuencias, su sonrisa temblaba pero no dejaba de ser linda. Era una de esas creaciones que enorgullecen al rey de los dioses.

En esa madrugada comenzaba a despertar aquella gama de emociones, sensaciones y estrellas que tiempo atrás habían muerto. Ante ellos se presentaba el nuevo cielo de octubre.

No son solo estrellas (Libra X Escorpio)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora