19 de agosto, año 08
Faltaban alrededor de tres meses para concluir con la paciencia de Zeus; sin embargo, Libra ya no se preocupaba demasiado con ello, pues había conocido una faceta del escorpión que jamás se imaginaría que existiese. En el templo, la dura y terca actitud del chico era la misma, pero habían momentos en los que se contenía al ver a la menor con un rostro retante.
Los tiempos de caridad entre los dos había aumentado y, poco a poco, las discusiones disminuían. No levantaban sospechas ante los demás, aunque las recaídas del aqua ya no eran cotidianas, y Ofiuco comenzaba a tomar distancia, pero ni siquiera él se imaginaba las tiranías de los dos menores.
El mundo humano era cada vez más conocido por ambos y en él parecía no haber molestia alguna que los alterara mientras caminaban, corrían o simplemente observaban el movido entorno que formaban los hombre y mujeres que conviven casi en armonía.
Pero dentro de todo lo bello y brillante de las apariencias, la vida de un eslabón caía en lo penoso; la muerte esperaba a los pies del templo sin que nadie se diese cuenta. Si era cierto eso de que ningún semidiós muere por cualquier causa, pero aún existen muchos factores que pueden corromper esa supuesta inmortalidad.
— a un dios no lo engañas, el creador sabrá lo que estás haciendo e irremediablemente habitaras entre los mortales... Eso sí bien te va —
— si él lo sabe... No hay más remedio —
— la prueba está por finalizar y no tolerará tus traiciones aunque se logre el objetivo... Solo te queda esperar —
— bien, no me opondré a sus palabras — quizás su autocontrol se debilitaba al notar el callejón sin salida en el que se había adentrado.
El final aun no llegaba así que podía premiar a su acompañante, por lo menos hasta que la sentencia se acercarse, pero sin ayuda no lograría nada.
— oie estaba buscándote por todo el... — Géminis podría estar algo loco, casi rozando la psicopatía, pero su sentido de la educación era una guía, eso desde la partida de su gemela — ¿Qué sucede? —
— necesito tu ayuda —
(***)
Los árboles comenzaban a perder sus hojas dejando un bello lugar de descanso para la chica aqua. Con normalidad, compartía las vistas con Acuario o la pequeña Piscis, pero en esta ocasión solo estaba ella frente a su gigantesco mar de dudas.
Pasos cercanos rompieron la parsimonia, la atención de la delirante chica se dirigió a sus espaldas encontrándose con el escorpión a pocos metros de sí.
— pequeña, sígueme — dictó el escarlata sin detener su andar.
— ¿debo obedecer? — cuestionó la menor colgando de una rama solo por el agarre de sus piernas
— si — su seriedad era el incentivo para que Libra lo siguiese con el pretexto de la curiosidad. El andar continuó hasta la parte trasera del templo, donde Acuario y Virgo cultivaban infinidad de flores
Durante el otoño el lugar era cubierto por una fina capa de escarcha que mantiene la temperatura ambiental de las flores, para esto son cuidadas por algunas ninfas de invierno que después de la temporada de frío serán suplantadas por ninfas de primavera que las cuidarán hasta el regreso de las baja temperaturas, así todo el año tienes un hermoso escenario.
— amo este jardín — comentó Libra siguiendo los pasos apresurados del otro
Escorpio se guardó una respuesta para continuar avanzando entre los tulipanes, hasta fijar su vista en las hojas color aqua del eucalipto al fondo de la jardinera, justo al límite del templo.
El silencio de la caminata estaba lleno de misterio y otro montón de sentimientos que suelen acompañar al anterior. Las palabras no salían de parte de ninguno, pues no son tan simples como se cree. Antes de hablar se debe saber pensar y formular frases coherentes y las mejores en el momento; por ello, los sabios y filósofos suelen pensar más de lo que hablan. Aun cuando no seas un gran pensante puedes darte a entender sin necesidad de palabras; eso hacia Escorpio al intentar darse a conocer, pues era consciente de lo incorrecto de su hablar, eso lo hace esconder tanto misterio en sus acciones. Al fin y al cabo, las acciones callan a cualquiera.
La luna se comenzaba a asomar entre las finas nubes que decoraba el cielo como una delgada capa de seda. La única luz que se tenía provenía del plateado astro que comenzaba a tomar su puesto más alto en los cielos. Los ojos de la chica querían observar todo a la misma vez, pues parecía que su panorama no era suficiente para tantos detalles. Escorpio, por su parte, solo admiraba los dulces gestos de la menor.
En esta noche estrellada, dos constelaciones se apoderaban del cielo nocturno y el templo tenia las mejores vistas de este fenómeno anual.
— jamas habia visto algo tan hermoso — comunicó la chica hipnotizada por el brillo de cada uno de los luceros — no tengo palabras para describirlo — al igual que aquellas diminutas esferas, sus ojos se llenaron de vida, fijándose en cada una de las lucecitas de la noche.
Un suave tacto se posó sobre la mejilla de la chica; la sensación era fría a la par de reconfortante. Las orbes escarlata de Escorpio se perdieron en el color aqua de la vista foránea. Era como sumergirse en medio del mar sin temor a ahogarte.
El pasional escorpión no puede igualar su sentir al que posee un Libra. Ninguno puede comprender por totalidad al otro, pero fuera de esa significativa parte de los eslabones, son almas veteranas en existir y novatas dentro de las emociones puras.
Afrodita había creado el amor y la lujuria como sensaciones totalmente diferente, pero que al compartir similitudes los hacen difíciles; como Libra, el amor puro y pasional, pero con delicadeza tal como un ágape; en cambio Escorpio, como la lujuria también es pasional pero centrado en lo estético y la mera satisfacción momentánea de la calidez.
Pero ¿Qué es el amor puro sin satisfacción y calidez? ¿Qué es la lujuria sin delicadeza al tacto?
La inocencia de una joven se ve amenazada por la tentación de su mayor, ambos de acuerdo con las consecuencias de sus actos.
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No son solo estrellas (Libra X Escorpio)
FantasyEquilibrada, amorosa y testaruda. belleza natural delicada y divina Fácil de amar pero difícil de olvidar Nadie conoce realmente el corazón de un libra y mucho menos lo complicados que son sus emociones... ni siquiera ella misma las comprende ******...