Final: "Los Silencios Dan Respuestas"

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— ¿pasaste linda noche?, mis ayudantes me anunciaron que tuviste complicaciones para dormir —

— estoy bien, no debe de preocuparse por mi Layna — su delicada voz sonaba apagada y débil. El miedo que tenía la poseía por completo, incluso congelaba sus gestos volviendolos muecas erróneas.

— sabes que puedes conversar conmigo lo que necesites — la diosa insistía con sus aires de maternidad.

— no... No es necesario ahora, mucho me ha ayudado con mi indecisión —

— noto seguridad en tu pensamiento... Después de todo has pasado días enteros sin dejar de darle vueltas al mismo tema — la diosa también pecaba de curiosa cuando había de hacerlo — ¿encontraste la mejor solución? ¿quizás una que nadie haya visto? — cuestionó la mujer dejando de lado el libro que sostenía en sus manos.

— realmente, pensé más en Escorpio y en mi que en el resto de posibilidades... Me hubiese encantado no haberlo involucrado —

— no te atormentes, aqui el unico culpable de todo esto es tu corazón... Zeus lo hizo demasiado blando y humano —

— y los demás chicos... Como me gustaría contarles y darles alguna razón de lo que van a vivir —

— Ellos lo comprenderán algun dia, asi como tú lograste entenderte a ti, ellos lo harán — las nubes fuera de ese cristalino templo se volvían grises denotando la presencia de su creador.

— Es mejor que lo sigamos, Libra — interrumpió Atena abriendo las puertas del templo de la diosa blanca — ¿lista? — la chica asintió mostrando repentinamente una asombrosa seguridad. Incluso su protectora, Atena, se sentía intimidada ante la menor.

— ¡¡¡Hay pero que emoción!!! — un chillidos de euforia tomó la atención de las presentes.

— ¿Qué haces tú aquí? — cuestionó Atena quejándose de la representante del amor.

— una mariposa llegó a mi aleteando con una carga muy inusual... El pesar de un escorpio de veneno carmín, y pensé que sería un interesante espectáculo... Además hay un lazo que quizás deba romper —

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Tiempo restante: 30 minutos

La noche estaba por comenzar con la puesta del sol que adornaba el cielo con un distinguido color anaranjado que se convertía poco a poco en un morado obscuro que, hasta pasadas un par de horas volverá a ser totalmente negro en espera del nuevo amanecer.

En el templo, la caída del sol se sentía pesado y asfixiante, como si el gigantesco astro se llevase con él hasta la mínima pizca de oxígeno del ambiente. Dolía ver que aquella nube blanca y resplandeciente que acompaña a Zeus se posaba en la entrada del edificio como marca de un final que todos desconocían.

El silencio abruma hasta el punto de generar paranoias. Todos escondían sus miradas siguiendo a su creador como corderos hasta la sala principal.

— Escorpio y Libra, pasen al frente — ordenó el dios con una voz contenida en enojo. No recibió respuesta más que del escarlata quien sin mirarlo a los ojos se paró a pocos metros del dios — ¿Dónde está Libra? — cuestionó el rey — ¿Ofiuco?... ¿Dónde está Libra? — repitió ahora al serpentario.

— Yo he traído a la joven — el resplandor del aura de Layna se presentó en la sala salvando a Ofiuco de sus propias mentiras — pero antes de que hables con ella, hay cosas que aclarar, creador — a diferencia del resto de dioses o cualquiera de sus creaciones, la diosa blanca era la unica que podia clavar su mirada en la ajena sin sentir temor por ello.

No son solo estrellas (Libra X Escorpio)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora