¿los luceros parecen desvanecerse o es la barrera que cubre el templo la que hace que imagines que se van apagando?
Doce eslabones, un león, un toro e incluso una diminuta mariposa y un par de serpientes recorrían cada rincón del templo en búsqueda de la menor de los trece. El escarlata salió de su habitación apoyándose de cada pared y objeto para no caer presa del dolor.
— ¿Dónde está Libra? — en un hilo de voz cuestiono llegando a el jardín delantero del templo donde se encontraban parte de los chicos.
— te vez fatal — comentó el serpentario ignorando su pregunta y sirviendo de apoyo a el menor hasta llegar debajo del cerezo y dejarlo recargado al tronco del árbol — no te preocupes, ella está bien — susurró esperando a que el receptor lo guardara como un secreto, pero es obvio que cuando la ansiedad crece, lo último que quieres es ceder al silencio.
— ¿a dónde la has llevado? — el gesto del mayor se volvió frío ante la pregunta dándole la espalda para continuar "buscando" a la menor, pero antes de poder marcharse fue detenido por Géminis.
— ¿tu sabes donde esta, Ofiuco? — el rubio comenzó a atacar en voz alta llamando la atención del resto.
— RESPONDE — explotó el escarlata presionando su garganta por el punzante ardor de sus cuerdas vocales.
— ella ahora debe estar sola, recuperándose... Es necesario para todos — contesto bajo la presión de las miradas.
— Ofiuco... ¿Dónde está Libra? — el adorable habla de Piscis tranquilizó el nerviosismo del mayor
— no importa — murmuró intentando ocultar su mirada llevándola hacia lo más alto, pues bajar la cabeza sería un insulto a su orgullo.
— ¿QUE DIABLO DICES? ¿NO IMPORTA? — las obscuras orbes del escarlata hacen aún más notable su enojo e impotencia que le recorría y obligaba a quedarse de brazos cruzados esperando respuestas.
— Escorpio, relájate — irrumpió Capricornio intentando recobrar la poca calma que se podía tener — Ofiuco tiene razón, aun si supiéramos dónde está no tenemos ninguna forma de salir de aquí — mencionó recordando la presencia de la cúpula que rodeaba al templo.
— Zeus debe estar por llegar... — comentó Cáncer señalando la densa masa de nubes que se aproximaba al edificio.
— la verdadera prueba está apunto de comenzar, debes estar preparado — agregó el azabache que reunía a todas las pequeñas culebras que vagaban por el territorio.
— me imagino que Zeus no sabe nada de Libra, ¿o si, Ofiuco? — hacer presencia en las discusiones era tarea de Aries, pues estar tranquilo y más en esta situación le sería imposible.
— dudo mucho que sepa algo, ni siquiera Atena sabe —
— bueno, debemos prepararnos antes de su llegada, confiaremos en que Ofiuco dice la verdad así que mantengamos perfiles bajos — la firmeza de la mayor ante los dilemas era admirable pero su ruda personalidad la hacía parecer una especie de dictadora — ante cualquier pregunta sobre el tema... Ofiuco inventa un pretexto — después de ello, cada uno volvió a sus labores previstas.
— te ayudo — ofreció Tauro extendiendo su mano hacia el escarlata.
— Gracias — respondió para sorpresa del fornido chico.
— no te preocupes, todo esta bien. Pronto aparecerá y la veras como todos los días... — dialogaba el peliverde camino al interior del templo
— por ahora, preocúpate en tu comportamiento, o si no, todo el trabajo de Libra habrá sido en vano — la impotencia y el nerviosismo peleaban contra la ira y la desesperación, pero Géminis tiene razón.
Todo el tiempo, las sonrisas, los regaños e incluso las peleas; cada palabra de Libra volvía a su mente. Era necesario dejar un poco de su orgullo para darle valor a alguien que desde un comienzo se había posado frente a él cariñosamente y confió ciegamente en que no la dejaría caer.
La mirada del escarlata se perdió por un instante en el límite del templo, alla donde una barrera separaba la realidad de la ficción y las estrellas en el cielo dejaban de ser constelaciones para convertirse en monótonas esferas luminosas. Ese límite que representaba su mundo sin ella.
Por otro lado, en otro mundo. Una chica de ojos azules paseaba por lo bajo de los terrenos de Zeus, observaba a las personas que caminaba a su lado, así como suele hacerlo cuando acompaña al escarlata por estas regiones, pero la intensión era diferente.
Sus pasos se detuvieron en la cima de una colina donde tomó asiento esperando a la caída del sol. Había pasado un largo día vagando y descubriendo tierras desconocidas.
La soledad no era su compañía, pues ahora su corazón sabía diferenciar entre ese tenebroso amigo y la tranquilidad de la individualidad. Desde que fue creada, siglos atrás, había vivido por y para alguien, y a pesar de los desprecios, ella no podía alejarse. Ahora, quizas, debia aprender de ello.
— Layna no mentía con tu llegada — una chica joven se acercó tomando asiento junto a su, ahora consiente mayor — ¿realmente puedes recordarme? — cuestionó reposando su cabeza sobre sus rodillas.
— no lo se ¿de quién es tu corazón ahora? —
— me imagino que perdiste la cuenta del tiempo — las estrellas brillaban mas fuerte segun el manto se obscurecía.
— aun se te extraña... Nadie quiere decirlo pero Géminis necesita algo de tu ayuda —
— Quizás tú debas quedarte con ellos —
— creo que no, sería mejor que ahora ocupes mi lugar —
— ¿no piensas en que lastimaras lo lastimaras? —
— él... Es fuerte y yo ahora debo pagar por lo que mi corazón debe... No puedo estar con él sabiendo el daño tan enorme que le hice —
— no fuiste tú — un suspiro salió desde el fondo de sus pulmones atrayendo la mirada azulada de la chica — bueno, es hora de que vuelvas o quedaras atrapada aquí sin poder despedirte — ambas se pusieron de pie listas para partir cada una por su cuenta
— OYE... Espera a mi regreso — agregó el aqua antes de marcharse de quien había sido su mentora en el delicado mundo de carne y hueso.
Las tierras humanas son más poderosas de lo que se suele decir, se pueden apoderar de todo lo que tocan, incluso el mismo Zeus desea esos terrenos y los vela por el bien de todas sus creaciones. Tal vez por eso, un dios tiene prohibido habitar estas zonas.
Tiempo restante: 24 horas.
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No son solo estrellas (Libra X Escorpio)
FantasyEquilibrada, amorosa y testaruda. belleza natural delicada y divina Fácil de amar pero difícil de olvidar Nadie conoce realmente el corazón de un libra y mucho menos lo complicados que son sus emociones... ni siquiera ella misma las comprende ******...