Veneno Carmín

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— te confiaste demasiado, escorpión — el siseo de una serpiente rompió el silencio siendo acompañado por su dueño — ya fue suficiente tiempo a solas... ¿o creíste que realmente te permitiría corromper a la dulce princesa? — los escasos centímetros que separaban a la chica de la horca aumentaron con la ayuda de un tercero — te recuerdo que mi trabajo es cuidar de ella aun en su contra —

La escamosa cola del serpentario envolvió a la chica alejándola de su principal amenaza. Los ojos del escorpión amenazaban a su oponente derramando su odio por todo el lugar, provocando la satisfacción en el rostro enemigo. Su sonrisa era descaradamente limpiada por una extensa lengua bífida. La noche fue acompañada con la suave melodía de un cascabel.

— ¿realmente crees que dejara que tu egoísta y vengativo ser la destruya como Libra lo hizo contigo? — en segundos el aguijón de Escorpio se presentó con movimientos lentos y encantadores que incitaban la guerra — es hora de que la niña conozca tus obscuros recuerdos — antes de que el odio se siguiera alimentando, una lluvia de hojas aqua del eucalipto desvaneció totalmente la presencia de Libra dejando solo a los dos viejos amigos — que mala costumbre tienes de conmover corazones ajenos solo por tu propio placer —

— tu... TU NO SABES NADA... ERES UN ESTORBO — gritó irritado el escarlata alarmando a los demás dentro del templo

— ¿quieres que crea que mágicamente sientes algo por alguien?, me haces reír — los puños aparecían en el escarlata buscando con sus fuerzas aferrarse a la poca cordura que Libra le había regalado despues de meses juntos — pero, no te preocupes... Tengo una peticion especial para ti — las obscuras orbes de azabache mostraban un brillo inusual en un color carmín tan reluciente que hipnotizaba al igual que su cálido tono de voz. Su veneno comenzaba a desbordarse por sus afilados colmillos en señal de su éxtasis emocional — podrás agradecerme después — el color escarlata del anillo de Escorpio cambio por un azul verdoso que brillaba incandescente. Satanás envolvió sutilmente su brazo reptando de manera suave hasta el oído del escorpión.

— te encontré — murmuró una voz femenina.

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Los pies del escorpión tocaron aquel suelo que te hacía pensar en nubes, era suave, cómodo y reconfortante, pero se deshacía con cada paso que das. Una atmósfera creada solo para soñar.

Ahí frente a él se mostró aquella joven alta y pálida que en años atrás había sido su única inspiración para vivir. Sus manos se estiraron hacia ella intentando tocar su rostro desvaneciéndose al igual que el suelo lo hacía al caminar. Se quedó quieto esperando ver algo más, y su espera dio frutos. De nuevo la hermosa dama se posó frente a él. La chica le sonrió tiernamente, como solo le sonreía a él; esa misma mueca que en el pasado escondía sus perversas intenciones.

— esta dama a la que has buscado por años... No es más que la misma mentira que has creado tú — la reconocida voz de Bael distorsionó el ambiente. A la distancia la imagen de aquel ser comenzaba a hacerse clara — ella murió desde el momento que sus miedos nacieron y ni siquiera te diste cuenta ¿que clase de confidente eres?—

El cuerpo de la mujer cayó al suelo de rodillas comenzando a sollozar sin borrar su alegre mueca. Escorpio intentó moverse pero no respondía a si, lo que sus ojos reproducen no le permitía reaccionar. "el cálido filo de la estaca acarició los blandos tejidos de su muerto corazon" recito el demonio para después abrir el pecho de la chica y mostrar un hueco totalmente vacío.

Una serpiente se abrazó nuevamente del escorpión sin perder su lugar en el hombro del escarlata — lamento que veas esta imagen, pero me obligaste a hacer esto —

El escenario profundamente obscuro cambio y el suelo dejaba de ser suave para sentir como la arena de una playa se colaba en sus descalzos pies. El océano llegaba hasta su presencia subiendo poco a poco con ayuda de las violentas olas que rompían con ferocidad sobre la tierra. El serpentario le seguía de cerca, haciendo que su puntiaguda lengua rozara la piel del escarlata hasta llegar a su oído.

— has estado viviendo por algo que jamás tuvo sentido... Aun así no sabes la suerte que tienes , es verdaderamente difícil encontrar un alma reencarnada — los ojos del escorpión fueron cubiertos por aquellas frías manos que el serpentario siempre poseía. La voz se volvió susurro — ella pensaba que serias feliz si encontramos a tu amada... Pero ¿a quien buscamos, Escorpio? —

No son solo estrellas (Libra X Escorpio)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora