Abrí mis bellos —bueno no tanto— ojos y me quedé perpleja al ver la hora, ¿las tres de la tarde? ¿tanto dormí?
Pues no me sorprende, el cotilleo de no madre me dejó bastante abrumada y...¡LA ENTREVISTA!Había olvidado que tenía una entrevista de un posible trabajo, no era el de mis sueños ni el mejor remunerado, pero el dinero se acaba. No quiero pedir monedas en la plaza, y con la suerte que tengo dudo que un alma noble que se apiade de mi, terminaría sin dinero y repleta de caca de paloma.
¡Ya, Goldie, deja de divagar!
Corrí al baño, me duché y vestí con rapidez, me até el cabello en una coleta alta y desordenada, ¿celular dónde estás cuando te necesito? No hay tiempo de buscarlo.
Salí a la calle y saqué las llaves del coche, ¿para qué las llaves si tu auto se averió y lo abandonaste a tres calles de aquí?
Oh, MALDICIÓN.
Corrí por el camino que indicaba el papel, no era tan lejos, media hora en auto y una hora corriendo, no mejor dos por estos tacones.
Obviamente mi intención no era ir corriendo, no quería llegar a mi entrevista con la ropa revuelta, toda despeina y encima apestando.Quiero dar una buena impresión.
Divisé un taxi y me emocione: —TAXI —grité extendiendo mi brazo. Él muy idiota apretó la bocina y me pasó por de lado—. HIJO DE PERRA —gritate con enojo.
—Gente mal educada —dijo con desprecio, una señora nariz respingada.
Esta vieja busca perder la peluca..
Tranquila, Goldie, respira.
Seguí mi camino, corriendo, con la esperanza de llegar temprano y que un puto Taxi me parara.
¿Por qué algo como esto hoy?Miré atrás con la misma esperanza y ¡BINGO! Viene uno. Pero..¿cómo debo pararle? ¿Quizás si le enseño la pierna o le enseño los pechos?
No, no y un rotundo NO.
No estoy tan loca y desesperada..o bueno, ¡Al Diablo! Seguí mis impulsos y lejos de convertirme en un striper en plena calle, me paré en medio de su camino, cerré los ojos con fuerzas y crucé los dedos:
—¡que frene, que frene, que frene! —me repetía, con los ojos tan apretados que dolían.
Un chillido de frenos se sintió, acompañado de una escandalosa bocina.—Mucha loca, casi te mato —gritó exasperada una voz femenina. Abrí con lentitud los ojos y ahí estaba, el auto frenó a poco menos de medio metro de distancia de mis chuecas piernas.
—¡Hasta que al fin! —exclamé.—¿Qué? —chilló confundida ella de nuevo— ¿acaso así paras siempre los Taxi's?
—Cuando fui normal, tres simios-taxistas me ignoraron.. —le hablé con rapidez y exageración.
—Hijos de perra.. —refamfuñó, y corrí dentro del auto antes de que se arrepintiese.
Unos treinta minutos después, estaba frente a la cafetería donde posiblemente no me contraten.
Suspire, arreglé mi ajada ropa y entré.—Hola, soy..vengo por la entrevista —le dije a una chica detrás de la barra.
—Ah, sí, aquella mesa. Te esperan —señaló unas mesas mas atrás.
Me acerqué con cautela y pensando en cada palabra que diría..¿QUÉ DIRÍA? ¿CÓMO ME DISCULPO POR LLEGAR TARDE?
—¿Goldie? —preguntó la mujer de unos cuarenta y tanto, supongo que dueña del lugar. Asiento y me siento donde me ordenó.
Apoyando mi trasero en la silla, un horrible rechinido se sintió, mierdas, sólo falta que se rompa o que se haya roto mi falda.
Miré al frente y la mujer reprimía su risa, frunci el ceño y enseguida retomó su posición déspota.—Estamos buscando a alguien puntual, responsable, que llegue cuando y como debe... —sus pañabrase hicieron tragar en seco. De pronto estalló en cracajadas dejándome confundida, ¿qué le sucede? No quiero una jefa bipolar.
—¿Qué pasa? —me animé a preguntar.
—Es un chiste, puedes tomar el trabajo siempre y cuando seas simpática y tengas buen equilibrio —sus palabras me aliviaron pero también preocuparon, ¿qué pasa si la mala suerte me azota y mi equilibrio se va..a donde se imaginen?
—Creo..creo que podré —balbucee.
—bien, me lo pensare igual.. —hizo una pusa analizándome— ..tu cabello es algo...algo..
—LLAMATIVO. —exclamó una mesera que traía nuestros refrescos.
—Exacto —asintió, mi no tan próxima jefa—. Este es un lugar recatado, no tengo problemas con que clientes vistan mal o cosas como esas, pero sí con mis trabajadores. Tu pelo es algo extravagante..
—Entiendo —dije ya resignada—. Podría cambiarlo.. —solté sin pensar.
Me analizó con ayuda de la camarera —me sentí un bicho raro—, por lo que escuché necesitaban personal, así que lo pensaría.¡Agh! ¿por qué no me daba una alegría? ¿por qué pensarlo?
Volvía a casa desanimada, queriendo ahogar mis penas en leche —el alcohol y alguien como yo, no somos buena combinación—.
Por pegar un pequeño brinco, para evitar tropezar con las sueltas baldosas de esta puñetera ciudad, un taco se me rompió.
No debiste comprar zapatos de oferta, Goldie.
Es que no había dinero, había compromiso y estaban chulos..¡uf! Seguí caminando, cogiando mejor dicho.
Después de hacer llorar a un niño que se burló de mi aspecto y situación, sí quizás fue un acto muy infantil pero estaba enfadada, llegué a mi casucha.
Me tiré en mi cama y encontré mi teléfono, todo el tiempo en mis narices y mágicamente estaba sonando.Mi padre.
No, gracias paso.
Tal fue la insistencia que me imaginé lo peor e hice lo peor, contestar.
—¿Qué pasa, papá? —hablé con pocos amigos.
—Sí hija, también te extraño.
—¿Qué pasa? No estoy de humor..
—¿en aprietos? ¿voy por ti? —pregunto con tono dulce.
—No.
—Bien..¿por dónde comienzo?..eh..¿cómo estás? —habló nervioso.
—Papá, no divagues, ve al punto.
—Están invitados a mi boda, es en tres semanas y quiero que vengas en estos días a pasar un día con nosotros.. —suspiró— que bien se sintió soltarlo.
—Bueno.
—¿Sólo bueno? ¿vendras? ¿no me odias? ¿no reclamas?
—Pá, pareces una radio, y está bien. Iré y ahí te reclamaré.
☀.☀.☀
Holis, ¿cómo va? Hoy no hay mucha diversión, es mas bien la parte desgraciada-desgraciada de Goldie.
En fin, estoy en el colegio, así que espero que se publique..*rezo*.
Dos horas mas tarde...
El Internet no me hizo caso, pero ahora sí, espero.
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¿A DÓNDE VOLÓ MI SUERTE?
Humor¿Cómo debería empezar? A sí, tal vez con mi nombre.. Soy Goldie, un nombre raro y -según yo- el causante de todas mis desgracias. Cada paso que doy trae consigo una montaña de cosas malas, como si yo tuviera un imán gigante a la mala suerte. ¿Si...