Abro lo ojos con miedo de lo que pueda encontrar pero, ahi está mi mamá. Riendo a carcajadas. Riéndose de mi. Maliciosamente.
—¡Esto fue muy gracioso! —dice entre risas descaradas.
—¿Sabías que casi me matas de un susto? —hablo lo mas calmada y pausa posible.
—Eres una miedosa —hace un ademán despectivo.
—¿Sabías que estás cometiendo un delito? —volví a decir perdiendo la poca paciencia que me queda.
—Soy tu madre.
—Un carajo, casi me matas, no puedes entrar a mi casa así como así.. —elevó el tono y ella se cruza de brazos.
—Mira, chimpancé verde, no te tuve nueve meses en mí vientre ni sufrí como condenada al parirte para que me trates así —me mira seria—. Así que, pequeña lagarta, deja de gritar, saludame como se debe y dime que me amas.
—Mamá.. —me quejo.
—Goldie.. —dice en tono de advertencia.
A regadientes le doy un beso en la mejilla, ellas las pellisca y me rompe todos los huesos con un súper abrazo.
—No vuelvas a hacer esto —le advierto, aunque suena como suplica.
—Si si.. —responde con desdén—. Vine por algo importante, además limpié tu chiquero.. Podrías llamarte puerquita y no Goldie.
—¿Me quieres adjudicar algún animal mas? —me echo sobre el sillón.
Estos sustos me estresan.
—No, creo.. —bufo— ¡Tengo..un..NOTICIÓN! —exclama con énfasis.
—No. No. No, señora. No estoy para chismes —hablo frenética.
—¿Me llamas chismosa? —dramatiza.
—Así es. Y no quiero escucharlo.
—Es importante, es sobre..
—Papá —la interrumpo— lo sé y no quiero saber. Déjalo ya. Tienes cuarenta años, es hora de que disfrutes de tu vida..
—Tengo treinta —ataca.
—Mamá, no me tuviste a los diez.
—Bueno.. Trienta y seis —sacudo la cabeza sin dar crédito. Esto tiene que ser chiste—. Ok, treinta y ocho.
Me tomo la cabeza e intento arrancame los cabellos, esta mujer me desespera.
—¿Qué haces aquí y a estás horas? Dilo de una vez, quiero descansar.
—Vine por muchos motivos —indica cruzándose de piernas—. Primero: hace días no te veo ni mandas mensajes.
—Nos vimos hace menos de una semana —me quejo.
—Segundo: voy a ser abuela —mis ojos se abren como plato.
¿Estoy embarazada y no lo sé?
¿Tengo un hermano perdido?
La primera no es opción, no estoy embarazada.
La segunda es menos probable aún, mi madre odia los niños, dudo que haya tenido dos hijos..—No estoy embarazada, mamá —recibo un sonora carcajada en respuesta.
—¿Tú embarazada? —se ríe más fuerte— claro que no, Goldie. Se te murieron ocho peces en un mes, ¿te imaginas lo que le pasaria a un hijo tuyo?
Rasco mi nuca y analizo sus palabra. Tiene razón.
Mis pobres bebés murieron en un mes —o quizás menos, yo pensaba que ellos adoraban dormir panza arriba y no que estuvieran, bueno, ya saben..—.
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¿A DÓNDE VOLÓ MI SUERTE?
Humor¿Cómo debería empezar? A sí, tal vez con mi nombre.. Soy Goldie, un nombre raro y -según yo- el causante de todas mis desgracias. Cada paso que doy trae consigo una montaña de cosas malas, como si yo tuviera un imán gigante a la mala suerte. ¿Si...