¿A DÓNDE VOLÓ MI SUERTE?

XIV. PESADILLAS.

¿Alguna vez tuvieron una súper horrible pesadilla de la que se despertaron asustadísimos y siguieron así por el resto del día?

Pues yo sí. Hoy mismo.
Creo que no volveré a dormir en días...nah, mentira pero sí me asusté mucho.

Peor susto me llevé cuando vi que en mi mesita de noche, había una pequeña nota.

¡No-mi-Dios!

-Má...mamá...mami... -fui gritando mientas salia de mi cama y habitación-, ¿estás en el baño? -pregunté y efectué unos golpecillos a la puerta, nadie respondió.

Quizás fue por compras. Sin pensar más volví al cuarto y tomé el papel, ahí me debe de haber dejado la dirección de su paradero, ésta mujer no se actualiza mas.

«Perezosa -fue lo primero que leí, mamá siempre tan cariñosa-, no creas que me olvidé ni que no iba a cumplir con mi palabra -creo que mi madre bebió, pensé-, empezaremos tu entrenamiento sí o sí, y será hoy. -E.»

Vaaale. Realmente bebió.
¿Qué entrenamiento? ¿por qué volvió antes? ¿por qué firma con una 'e' si su nombre lejos está de empezar con dicha letra?

Sí, necesito hablar seriamente con ella y pedirle que se haga ver, y yo también, esto puede ser hederitario y ya bastante tengo con mi mala suerte.

-Hola... -responde con una voz bastante adormilada.

-Hola mamá, ¿dónde estás? -pregunto sin dar vueltas.

-Por ahí...

-Qué interesante -ironizo- ¿de qué va ese incoherente mensaje que me dejaste?

-Goldie, no te he enviado ningún mensaje y tengo mucho sueño y quiero dormir, ¿si? -responde de mala gana.

-Espera...¿tú con sueño? Y te hablo de la nota que me dejaste hoy al lado de mí cama...

-Tengo mucho sueño, no te he dejado ninguna nota. Vete a dormir ya y dejame dormir.

-Mamá -grito-, ¿dónde estás?

-Agh -se desespera-, estoy en lo de mi amiga, ahora ya no molestes con tus notas extrañas. Chimpancé loco... Nos vemos y te quiero.

Corta.

Tres segundos tardo en crear una nueva hipótesis...

-Hola linda... -responde Andrea con entusiasmo.

-¿De qué entrenamiento me hablas? -ataco.

-Espera, loca, ¿qué pasa contigo, tuviste una noche loca o aún te hace daño el alcohol? -responde.

-¿No viniste a mi casa? -pregunto de nuevo.

-No -responde y mi segunda hipótesis se va a la basura- ¿qué pasa?

-Una nota extraña apareció... -digo- nadie tiene mi llave excepto tú y mi madre...

-¿Y no pasaste la noche con nadie?

-No -respondo con prisa.

-¿Emiliano no cumplió su palabra? -vuelve a decir.

-¿E quién?

-Emiliano, el que te recete...

-¿El chico de la suerte? ¿te atreviste a darle mi llave?

-Claro que no, el te dijo que iría, ¿recuerdads? Pocas veces no cumple con su palabra...

-¡CÓMO UN DEMONIO..! -digo con furia y corto.

Pego otro grito busco su número, madito Encantador alias Emiliano.

«¿Te atreviste a entrar en mi casa?» -envio.

Si le llamo por teléfono, de seguro no digo ni la mitad de lo que tengo pensado, porque ese embaucador es bueno con la labia.

«Buenos días para ti también, y sí y lo volveré a hacer.» -responde.

«¡Es un delito! ¡¡ESTÁS VIOLANDO MI PRIVACIDAD!!»

«Denunciame...» -responde.

«¡Idiota!» -contesto.

«exacto, sabía que no me denunciarias. Calmate. Sé que me quieres y, repito, empezaremos con tu entrenamiento. Pronto serás la chica de mejor fortuna, cariño.» -leeo con ganas de matarlo, esas ganas aumentan cada vez mas.

Aveces las pesadillas se vuelven realidad.

«Vete al diablo..»

«si si, en un rato estaré contigo, amor. Tranquilaaaaa.» -hago oídos sordos u ojos ciegos, como mas les guste, y dejo de hablarle.

Imbécil se nace, y con los años se empeora, o días.

Ven, las pesadillas sí se vuelven realidad.
No tenía suficiente con mi madre -nótese el sarcasmo- que ahora llega éste, encantador o Emilio o como sea que se llame, a joderme la vida.

Ay, Ay y miles de ay's ¿será que no tuve suficiente con mi mala suerte que me acecha desde recién nacida?

¡Claro qué no, Goldie! No pidas imposibles.

🎂🎂🎂

Holaaaa, ¿qué tal?
Creí que esto se había publicado ayer pero NO, #malditointernet.
Ahora sí, tao vez actualice toda esta semana, tengo que aprovechar esta semana, quizás deba desaparecer luego...
En fin, disfruteeen.

Pronto volveré-mos...