Que tienes esos labios, que necesitas más como la mayor potente de las drogas.
Que tiene su perfume que es más reconfortante que cualquier brisa matutina.
El domingo llegó, encapotado de nubes grises, al igual que mi mundo sin estar con Alexandra.
Al contrario que los días anteriores, en las noticias no apareció ninguna noticia de un nuevo cuerpo en los alrededores de León.
El móvil vibró en el bolsillo de mi pantalón deportivo, era una mensaje de la fabulosa Alexandra.
-necesito verte - el texto de Alexandra era breve pero conciso.
-¿ocurre algo? - pregunté para asegurar el terreno.
-solo necesito verte, te espero dentro de media hora en los límites del bosque, en la zona de las Lomas. No tardes. - cerraba el mensaje Alexandra y daba por seguro que era una orden.
Me duche y vestí y me dirigí hasta las Lomas.
Llegué a la zona y aun no había llegado Alexandra, pero tardó poco en llegar.
-al final has llegado tu tarde - sonreí.
-me quería poner guapa para ti - dijo poniéndose el pelo por un lado.
-siempre estas hermosa - la besé otra vez ya era una auténtica necesidad tener sus labios.
-nadie me había tratado tan bien nunca, en todos mis años de existencia- sonrió Alexandra.
-seguro que muchos chicos, te tratarían como una reina - dije tomando como imposible la idea de que desprecien a Alexandra.
-no creas, hay algo en mi que les ahuyenta - río Alexandra.
En ese preciso momento comenzó a llover con mucha intensidad, Alexandra y yo nos refugiamos debajo de un árbol.
El rostro de Alexandra, brillaba con las gotas de agua, la miraba fascinado mientras ella trataba de apartarse el pelo mojado de sus mejillas.
-¿por que necesitabas verme? ¿ha ocurrido algo? - me senté en una raíz del árbol.
-tengo que tener algún motivo, para querér ver a mi novio - era la primera vez que Alexandra usaba esa palabra.
-puedes verme siempre que quieras, mi casa siempre estará abierta para ti - acaricie su suave mejilla
-¿por que te vienes a vivir a mi casa? - la pregunta de Alexandra hizo que me atragantase antes de poder responder.
-pero si nos acabamos de conocer - dije casi sin poder hablar.
-me refiero a que pases más tiempo conmigo -.
Y así sucedió pasaba gran parte del tiempo en compañía de Alexandra, sin asistir a ninguna clase ni a quedar con nadie más.
Malas y dulces compañías.
Solo veía a Jessica, cuando venía a casa de Alexandra.
Todo era perfecto hasta que llegó la fatídica noche.
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¿Tienes Miedo A La Muerte?
Teen FictionEn ocasiones un perfume es más peligroso que el veneno. ¿Tienes Miedo A La Muerte? Tengo miedo a vivir sin ti.