La Carta

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Al salir del Dickens, sin saber por qué me adentre en el bosque, la casa rodeada se árboles, estaba iluminada, me quedé de pie mirando la casa, y la luz que salía por las ventanas, la figura de Alexa se movía de un lado a otro, me senté debajo de un árbol. Alexa parecía perder los nervios, las sombras de las cortinas, mostraban como arrojaba algunas cosas que no llegaba a identificar.
Decidí entrar en la casa, subí por las escaleras, con cuidado para que Alexa no me escuchara, abrí un poco la puerta, y las sombras no me engañaban, Alexa había destrozado su cuarto, había lanzado peluches, libros...
Entre despacio en el cuarto, estaba tan sumida en su vorágine destructiva, que no noto mi presencia.
-Alexa-
-James - un fuerte abrazo me golpeó en el cuerpo, antes de poder reaccionar.
-¿Por que destrezas tu habitación? -
-Estaba furiosa, por lo que te hice - su tono de voz era tan dulce y triste, que no podía estar enfadado.
Había sido un día muy largo, tenía mucho sueño, le conté a Alexa, lo que había pasado con el inspector, y que había sido mandado por orden de Ángela.
-Estúpida entrometida - dijo Alexa - que le importará a ella, solo es un "perro" faldero, no tiene voluntad propia.
-¿Los ángeles podrían negarse a que yo me convirtiera en un demonio? -
-Si, y lo harán y más siendo un descendiente de la sangre - dijo.
-¿Por que es tan importante mi sangre? -
-Hay una leyenda -
-¿Cual? -
-Todo se remonta al principio de todo, a la guerra entre los ángeles y demonios, las fuerzas de ambos bandos, esta guerra se prolongó durante varios siglos, idearon una solución para acabar con la guerra, escogieron a un mortal, le entregaron una copa de oro, dentro agua con una gota de sangre de demonio y otra de ángel, esas gotas de sangre se fusionaron con su propia sangre, esa sangre sería la clave para nivelar la balanza hacia un lado, pero no podría ser obligado, debería ser decisión propia, todos buscándote y tú me encontraste a mi - dijo Alexa, la había estado escuchando sin decir nada.
-¿Cuando viniste al instituto ya sabías que era yo? - Alexa negó.
-Sabía que en esta ciudad, había una presencia extraña, al igual que en Gijón, no sabía con exactitud que eras tú -
-Yo te encontré - sonreí.
-Y me alegra que lo hicieras -
Alexa y yo planeado ir a comer al bosque si hacia bueno, dormimos juntos, soñé que estaba en un altar, Alexa se estaba acercando, tenía un ramo de flores en las manos, tan hermosa como siempre.
Se colocó enfrente mio, sus ojos brillantes, sus labios rojos
-Te querré eternamente - la voz de Alexa resonó.
Esos sueños... ¿mostrarán el futuro? Sea cual sea su significado, mi futuro estaba junto Alexa.
Me desperté y Alexa me estaba observando, esos ojos azules que brillaban cada día más.
-¿Cuanto llevas observandome? -
-Desde que amaneció - respondió
-¿Te apetece bajar a desayunar? - dije levsntandome.
-Tu sangre es algo muy tentador - dijo.
-¿Que pasaría si probases mi sangre -
-Sería un acto tan grave, probar la sangre de un descendiente, se pagaría con la muerte -
-¿Y si yo te ofreciera mi sangre? - quería tentar a Alexa.
-¿Lo harías? No creo que pudiese controlarme - su cara reflejaba deseo y tentación.
Bajé a desayunar y dejé a Alexa con la duda, me senté en la mesa de la cocina y espere a Alexa que apareció con cara de frustración.
-James tienes una carta - dijo Valeria.
-¿Una carta? - Valeria me entregó un sobre negro.
-Ese sobre es de... - comenzó a decir Alexa y Valeria asintió.
-¿De quien? - pregunté.
-De personas muy importantes - empecé a leer la carta:
"Estimado James:
Ha llegado a mis oídos, que está residiendo en casa de la señorita Victoria, y saliendo con su hija Alexandra, le escribo esto para invitarle a cenar, y me complacería que aceptará la invitación, le esperamos a usted y a la señorita Alexandra en nuestra casa dentro de dos semanas.
Un cordial saludo
Lilit".
-¿Quien es? - pregunté.
-Es la esposa de nuestro rey - dijo Alexa más pálida de lo normal.
-Reclaman tu presencia, es un gran honor - dijo Valeria.
Valeria fue a contar lo de la carta a Victoria, que entró en un estado de euforia.
-¿Te apetece acompañarme? - le pregunté a Alexa mientras desayunaba
-No es algo normal, que llegue una carta como esa - Alexa parecía igual de sorprendida que yo.
-Es surrealista, voy a cenar con el mismo demonio - no terminaba de creérmelo.
-Tú eres alguien importante en nuestro mundo-
La carta había creado un gran revuelo en la carta, Alexa se centró en darme clases de como tratar con "la alta nobleza" como ella decía.
-A nuestro señor, deberás estrechar la mano con fuerza, y a su mujer le besaras la mano con delicadeza - repetía Alexa una y otra vez.
Aproveché estos días para estar todo el tiempo con Alexa, íbamos a comer al bosque, pero el tiempo paso demasiado rápido, y la cena llegó. Victoria y Valeria, estuvieron colocando bien mi traje cada vez que me movía, esperé a Alexa en la puerta, donde apareció su figura con un vestido rojo con una cazadora de cuero, y llevaba un pañuelo rojo que le sujetaba el pelo. El timbre sonó, un señor de traje oscuro, apareció en la puerta.
-Buenas noches, vengo a recoger al señor López y a la señorita Fiend - una limusina nos esperaba al salir de la casa, el señor nos abrió la puerta, y volvió a sitio del conductor.
-¿Donde nos lleva? - preguntó Alexa.
-Al hotel Alfonso X - dijo el conductor.
Un hotel estaba situado en la zona centro de la ciudad, Alexa permaneció en silencio, parecía una chica de la película Grease.
El coche se detuvo, en conductor bajo del coche y rápidamente nos abrió la puerta, las personas nos miraban sorprendidos, de ver una limusina en mitad de la ciudad. Al entrar en el vestíbulo, la recepcionista sonrió al vernos, entramos en el ascensor, donde el conductor pulso el botón del piso seis tres veces seguidas, subimos a lo que parecía la última planta, se abrió una puerta lateral.
Era una casa muy lujosa, parecía un museo.
-me permiten sus abrigos - dijo una mujer con un traje de color granate, Alexa entregó su cazadora de cuero, y yo entregue un largo abrigo de color negro. - pasen por aquí - dijo de nuevo la señorita conduciendonos por los pasillos, música clásica sonaba por todos lados, llegamos a un salón que parecía ser el origen de la música,
Tres figuras estaban de pie, un escalofrío, recorrió todo mi cuerpo.
-Bienvenidos, mi nombre es Lilit- la mujer de cabellos rojos y ojos oscuros, llevaba un vestido de color negro.
La figura masculina, vestía de traje, su pelo estaba engominado, de ojos azules, a su lado una figura de la altura de Alexa, también de cabellos rojos.
-Bienvenidos, mis queridos invitados - dijo la figura masculina. Su voz era grave, pero no aterradora como me esperaba.
Como Alexa me había dicho y repetido, salude al diablo con un apretón de mano, y a su esposa y a la otra chica con un beso en la mano.
-Esta es nuestra hija - dijo Lilit.
-Me llamo Tamila - dijo con una voz dulce, su mirada me atravesó.
Me recordó a la noche en la discoteca con Alexa.
-Es un placer señorita - la volví a saludar con un beso en su mano derecha, Alexa parecía furiosa por este gesto.
-Ya está la cena señor - dijo la señorita de antes.
-Estupendo, por aquí - dijo Lilit, señalando el camino.
-Es un placer conocerte descendiente de la sangre - dijo el demonio. Estaba aterrado de estar en su presencia.
-Igualmente, señor - él sonrió.
El comedor era muy amplio, Alexa se sentó a mi lado, parecía estar celosa, Tamila se sentó enfrente mía, lo que no le hizo gracia a Alexa. La cena era deliciosa como la de Victoria. Había muchos sirvientes, aunque no se si llamarlo así, pero todo eran mujeres.
Las "sirvientas" no me gusta esa palabra, las llamaremos señoritas, las señoritas nos llenaron la copa del alcohol para demonios.
-¿Como llamáis vosotros a esta bebida? -
-El jugo del bosque -
-¿Porque ese nombre? - pregunté intrigado.
-Todo lo bueno salió del jardín, y todo lo malo del bosque de su alrededor - río Alexa.
Tamila, me miró mientras bebía de su copa, su mirada era desafiante, provocativa.
Lo poco que había tomado de jugo del bosque me empezaba a afectar, Alexa dialogaba con Lilit, y parecía que Tamila si se había dado cuenta y reía. Tenía que disimular los síntomas que aún no dominaba, la cara me comenzó a arder.
Me imagine la sangre de Tamila, como la de aquella chica del tren, seguía mirándome fijamente.
-Madre, James necesita ir al baño - dijo Tamila sin dejar de mirarme.
-Claro, acompañarle - una de las señoritas caminó hasta mí.
Me levanté y la señorita me acompañó por un pasillo, entré en el baño, me refresque la cara, me alivió bastante, regresé al comedor y de nuevo la mirada de Tamila, me recordó a cuando vi por primera vez a Alexa. La cena terminó y antes de marcharnos, Lilit me llamó para hablar en privado.
-James-
-Si, señora -
-Se que no está bien lo que te voy a pedir - tomo unos segundos, donde reinó el silencio - No se me permite que te pida que utilices tu sangre para ayudarnos, pero te pido que no ayudes a nuestros enemigos, esta guerra esta destrozando a mi esposo - ¿nuestros enemigos? ¿Serían también los míos? ¿Y por qué diría lo de la guerra? Alexa me había dicho que llevaban siglos enfrentados, pero no que habían vuelto a combatir entre ellos.
-¿Que quiere que haga? -
-Que te mantengas al margen, nosotros seguiremos como siempre, vive con Alexa si la amas -
-Lo haré - dije y salí de la sala.
En la puerta me esperaban Alexa y Tamila.
-Ha sido un placer conocerte - dijo Tamila.
-Igualmente - Alexa seguía furiosa.
Alexa tiró de mi brazo para entrar de nuevo en el ascensor con gran fuerza. El ascensor se cerró y comenzó a bajar.
-Maldito demonio - el comentario de Alexa me hizo gracia, me miró y la besé.
-Te daré una gota de mi sangre, si tu me das una gota de la tuya - acaba de prometer quedarme al margen y ya estaba dando mi sangre a Alexa.
El chófer que estaba en recepción nos llevó de vuelta a casa.
-Podíamos hacerlo en dos semanas - dijo Alexa entrando en la casa entusiasmada por la idea - tengo tantas ganas de estar contigo para siempre.
A pesar de la idea de compartir el mundo de Alexa, yo seguía queriendo ver a Dana y a mis amigos.
-¿Tenéis algún ritual? -
-No... Exactamente -
-¿Que quieres decir? -
-Tendrías que pasar una prueba -
-¿Una prueba? ¿Que clase de prueba? - Tomarás mi sangre, y al tomarla tendrás que sobrevivir - me quede callado - si tu mente y tu cuerpo, aceptan la sangre vivirás y tendrás un poder inmenso.
-Y mi sangre... ¿que te hará a ti? -
-entraré en un un estado de éxtasis, mil veces superior a la sangre de cualquier humano, tendré que saber controlarme.
Sería una prueba para ambos, yo tendría que esquivar a la muerte por segunda vez.
La última prueba antes se estar para siempre con Alexa.

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