La Guerra

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Pasé varias noches en vela pensando en Alexa.
La compañía de Dana no me ayudaba, dormía con ella pero no era capaz de dormir.
Probé a llamar a Ángela pero no obtuve respuesta, eso solo me hacía temerme lo peor.
Marzo llegó demasiado lluvioso, con eso iba a llegar mi cumpleaños, la verdad que no quería que llegase.
Dana parecía más emocionada que yo con mi cumpleaños, la había tratado de convencer de que no quería celebrar mi cumpleaños.
Necesitaba saber si Alexa estaba bien o estaba muerta.
Dana me llevó a un local para comer el día de mi diecisiete cumpleaños, pero al llegar, todos los de clase aparecieron.
-¡Sorpresa! - gritaron todos mis compañeros.
La verdad es que me sorprendió bastante y me alegró verlos a todos.
-Muchas gracias Dana, eres la mejor -
-Hemos hecho una colecta entre todos y hemos comprado la bebida, la comida y un par de regalos - dijo señalando la mesa.
-Es genial - dije.
-Y como Sergio no podía venir, tengo un invitado sorpresa -
-¿Quién? - Dana miró detrás mío y aquí estaba Alexandra, con su pelo cortado a la altura de los hombros, sus ojos se habían vuelto de un azul apagado casi blanco.
-¡¿Alexandra?! -
-¡Que hablé! - gritó Ryden. Miré a Alexandra por última vez y me subí a una silla.
-En primer lugar, gracias a todos por venir, y en segundo como la mayoría de vosotros habréis venido por la bebida, espero que no dejéis nada - Todos aplaudieron mis palabras y comenzaron a beber, la música comenzó a sonar.
Me dirigí donde estaban Dana y Alexa.
-Ahora vuelvo - Dijo Dana y me quedé a solas con Alexandra.
-Felicidades - no dije nada me limité a mirarla - te e traído un regalo -
-No hacía falta, pero hubiese preferido que me hubieses dicho que estabas bien - dije cogiendo una caja envuelta.
-Ábrelo, espero que te guste - Abrí la pequeña caja, y en su interior encontré una carta y una pulsera de color oscuro con una esfera en medio.
-Me a gustado, gracias, ¿te quedarás un rato? -
-Claro, un rato -
-¿Que te sucede? -
-Es la última vez que te veré, James -
-¿Por qué? -
-Estamos en guerra... Y en las guerras mueren personas que luchan en ellas-
-Alexa, no quiero que vayas a esa guerra estúpida, no apoyaré a ningún bando -
-No es tan fácil James, ambos bandos desean la destrucción del otro -
-¿Algo se podrá hacer? -
-Huyamos juntos... -
-Tengo que hablar con Ángela, seguro que hay algo que se pueda hacer -
-Según la leyenda solo con la desunión de la sangre se podrá cerrar una tregua -
-¿Eso sería posible? -
-Si, pero el portador morirá -
Debía morir para salvar el mundo, eso debían significar las pesadillas, si huía con Alexa todo el mundo quedaría destruido. Tenía que hacerlo.
-Lo haré -
-James, no por favor... -
-Alexa, reúne a las dos partes, por favor, y yo iré a hablar de forma neutral - Alexa comenzó a llorar, asintió con la cabeza y se marchó.
Esa tarde aproveché para estar con Dana.
En los siguientes días llovió, sin parar con muchos truenos que rompían en cielo, el cielo estaba rojo a pesar de las nubes.
La guerra se aproxima.
Tenía que hablar con ambas partes lo antes posibles.
Alexa me llevó a su casa, donde me esperaban Ángel y Tamila. Las representantes de cada bando.
-¿Que hacemos aquí? - preguntó Ángela.
-El descendiente de la sangre quiere hablar con nosotras, así que cállate - intervino Tamila.
-Estoy aquí para poner fin a la guerra que está por venir entre vuestros bandos, y para ello estoy dispuesto a devolver mi sangre para que así ninguno pueda declarar otra guerra -
-¿Estás loco? Eso te mataría - dijo Ángela.
-Lo sé, Alexa ya me a contado el proceso, supongo que la idea de que alguien con la sangre de ambas partes es suficiente como para desear la guerra -
-James...-Empezó Alexa, pero la interrumpí.
-Es una estupidez que le dierais la sangre a un mortal para no enfrentaros cuando ahora que alguien posee las dos sangres seguís deseando una guerra -
-Son cosas muy complicadas, James - Dijo Tamila.
-Si yo devuelvo la sangre a las dos partes... ¿Se firmará un pacto de paz? -pregunté. Tamila y Ángela asintieron con resignación.
-Quiero ver por escrito que os comprometereis a no enfrentaros y menos si es poniendo a todas las personas del mundo en peligro -
-Tres días - dijo Ángela antes de desaparecer.
-Te voy a echar de menos - Sonrió Tamila.
-¿Por qué haces esto? -
-Para proteger a las personas que quiero... Incluida tú - dije.
-por qué no nos vamos, donde nadie nos encuentre -
-Si el mundo se destruye no servirá de nada -
-Si bebes mi sangre serás inmortal... No puedo perderte -
-Alexa, no puedo dejar ver morir a las personas que quiero...Mi familia, Dana, Sergio incluida tú podrías morir en esta guerra -
-Nadie sabrá que los has salvado, no se merecen tú sacrificio ¡Los humanos son una raza miserable! -
-Yo soy humano y tú hace tiempo también lo fuiste -
-James... -
-Nos veremos en tres días, te echaré de menos Alexa, cuida de Dana cuando yo no esté, procura que sea feliz al igual que mi familia ¿Lo harás? -
-Si, lo haré por ti -
-Gracias -.

Los siguientes días me mantuve distante de Dana, permananecí solo en casa, sin hablar con nadie sin salir de casa, intenté mentalizarme de lo que iba a hacer.
Decidí quedar con Dana. Quedamos en un parque cerca de su casa.
Me esperaba sentada en un banco, se levantó al verme llegar.
-James, ¿Estás bien? No te veo desde tu cumpleaños -
-Si, es que tengo que irme de viaje por un tiempo y lo estaba organizando -
-¿Un viaje? ¿A donde? -
-Lejos, realmente lejos... Más lejos incluso que Sergio, no quiero dejarte sola pero no me queda otra opción -
-Podría ir contigo, solo tengo que hablarlo con mis padres... -
-No puedes, al menos no hasta dentro de muchos años...pero te esperaré -
-Eso significa que...¿Lo dejamos? -
-Lo siento Dana, pero quiero que seas feliz -
-Contigo lo soy -
-Serás feliz, vivirás tu vida y yo te esperaré cuando llegue el momento de reencontrarnos -
-Eres mi mejor amigo James... Te echaré de menos, y espero volver a vernos algún día -
-Yo también espero volver a vernos pronto - besé a Dana y me marché.

Los tres días pasaron, Alexa vino a mi casa con un vestido negro, los labios pintados de negro y la chaqueta de cuero que la había regalado.
-Hola, Alexa-
-Pensé que te gustaría que viniese a buscarte -
-Claro, ya estoy listo - cerré la puerta y me quede un segundo mirando a todo lo que había pasado en aquella casa, mi infancia con mis abuelos y ahora mi destierro.
Caminé a través del bosque con Alexa en completo silencio.
-¿No tienes miedo? - me preguntó
-¿Por qué iba a tener miedo? -
-Todo el mundo tiene miedo a la muerte -
-¿Por qué tener miedo a algo que nos pasa a todos y no se puede evitar? -
-Recuerdo que hace tiempo te pregunte si tú tenías miedo a morir y me respondiste... -
-... Que tenía miedo a vivir sin ti - respondí.
Alexa comenzó a llorar.
No me gustaba verla llorar, la abracé.
-Cuidaré de tu familia y de Dana, pero no se si soportaré mucho tiempo vivir sin ti - las palabras de Alexa me confirmaron que de verdad me quería, tal vez la tendría que haber creído pero estar enfadado con ella no devolvería la vida a Pablo.
Llegamos a casa de Dana y en la puerta me esperaban Tamila y Victoria.
-James, es muy noble lo que vas a hacer - dijo Victoria.
-Gracias -
-¿Nos vamos? - dijo Tamila, Alexandra me agarró del brazo y sentí una sensación de vacío debajo de mis pies y aparecimos en una sala donde estaba Ángela.
Ángela me dio un papel enrollado con un sello rojo.
Lo leí atentamente :
"Como promesa al descendiente de la sangre y en acto de preservar la paz que hay entre ambos bandos, se realizará a la firma de las tres partes en las cuales el portador de la sangre hablará en representación de los humanos, la paz será firmada a cambio de la devolución de la sangre que se le entregó a su linaje.
Este se compromete a devolverla y asumir las consecuencias que esto conlleva.
Este acuerdo será irrompible y cualquiera que lo incumpla será castigado como se merezca, según la gravedad de sus actos"
-Me parece correcto - dije volviendo a enrollar el pergamino.
-Pues tenemos que firmar - Dijo Tamila.
Ángela, Tamila y yo firmamos con una pluma.
-¿Estás listo? - preguntó Ángela.
-Si, cuanto antes lo hagamos, antes terminará todo - 
-No podéis hacerlo - dijo Alexandra llorando.
-Alexandra, mantén las formas - dijo bruscamente Tamila.
-Alexandra, está todo bien, de verdad...empecemos - dije sentandome en una silla.
Ángela me puso unas pulseras, de color plateado.
-La sangre de cada bando se guardará en una de las pulseras, no notarás nada...solo sueño -
-Genial - dije.
Ángela y Tamila se miraron y acto seguido note un pinchazo en la muñeca y las pulseras comenzaron a llenarse de sangre.
Alexandra me miraba mientras muchas lágrimas descendían por su mejillas.
-Podéis dejarnos un momento - dije algo mareado. Ángela y Tamila se marcharon de la sala y Alexandra se acercó.
-James... - dijo arrodillandose a mi lado -No podré soportar estar sin ti -
-Solo quería decirte que...te perdono -
-No me merezco eso -
-Aunque Pablo era uno de mis mejores amigos...conocerte a ti es lo mejor que me a pasado - dejé de notar el cuerpo, un mareo muy fuerte esta llenando mi cabeza. - Tengo sueño - vi que las pulseras estaba casi llenas.
-Duérmete - Alexandra cerró los ojos muy fuerte.
-Te quiero Alexa - cerré los ojos y me dormí. Lo último que recuerdo escuchar es a Alexa llorar.
Mi Muerte había llegado.
La guerra se había detenido antes de empezar.
Los dos bandos se habían comprometido a no enfrentarse.
Había perdonado a Alexa.
Ella me había prometido cuidar de Dana.
Todo estaba bien.
Podía morir en paz.

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