Mi Muerte

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Alexa estaba inquieta.
Como su madre al organizar una fiesta, solo que ella organizaba mi muerte.
Para vivir como un ángel caído, según Alexa todos nacemos ángeles, pero no todos tienen la fuerza o el don para estar en cualquiera de los dos bandos.
Supongo que esto tendría la  necesidad  de despedirse de muchas personas, pero yo en cambio no me llevaba bien con mi familia, con Sergio ya no tenía relación y la única amistad lejos de Alexa, eran Dana y Jessica.
Para mi sorpresa Alexa, me aconsejó quedar todo lo que pudiera con Dana ya que luego iba a estar muy ocupado deseando devorar a Dana, pero como los demonios solo podían alimentarse de malas personas, Dana estaba a salvo.
Al preguntar a las hermanas que querían hacer, decidieron pasar un día en Gijón, algo que no les iba a gustar a sus padres, pero en esta ocasión solo iríamos un día sin pasar la noche y esta vez solo iríamos a ver la ciudad.
Me levanté pronto ese día, le dí un beso a Alexa que aún dormía, y fui en coche a buscar a Dana y Jessica, aparque a la vuelta de la esquina para que sus padres no supieran que iba a conducir yo.
Las hermanas me esperaban en la puerta con cara de mucho sueño.
-Que sorpresa - dijo Dana.
-¿El qué? -
-Que vengas solo -
- Hoy es un día para pasarlo entre amigos - como no conocía lo que Kiara había contado a Jessica no dije nada que pudiera sonar extraño.
-Venga tortugas, que nos queda un largo viaje - Jessica parecía entusiasmada, lo que me preocupaba bastante.
-¿A que viene tanta euforia por tu parte? - pregunté.
-Tengo ganas de ver que tiendas hay en Gijón - ¡oh no! Ir de tiendas con dos chicas... Iba a ser un largo día.
Montamos en el coche, y nos pusimos en marcha, Jessica durmió la mayor parte del viaje en los asientos de atrás, mientras que Dana que se había sentado delante conmigo, me hablaba de mis continuas desapariciones, sus ojos indicaban que estaba deseando criticar a Alexa, pero era una buena amiga y solo ponía una buena sonrisa.
¿Como habría sido mi vida si hubiera estado con Dana? Supongo que estaría vestido con polos y el pelo lleno de gomina, comiendo en el campo con sus padres los domingos. No habría conocido la historia de mi linaje, de mi sangre. No había estado en compañía de ángeles y demonios. Pasaría los días con Dana estudiando y leyendo en el patio de su casa, los de clase me odiarían por estar con Dana.
Alexa era una asesina, pero de personas malas, eso estaba en su naturaleza, tenía una belleza superior a la de cualquier demonio.
Dana no tendría que peinarse como Alexa, ella lo llevaba suelto y rizado y eso es lo que la hacia especial.
-¿En que piensas? - intervino Dana.
-¿Que te hace pensar que estoy pensando algo? - reí.
-Llevas mucho rato callado y mirando a un punto imaginario -
-No deberías peinarte así para parecerte a Alexa, no tienes que cambiar como eres - Dana se tocó el pelo como si estuviera avergonzada. - estás genial, pero estabas mejor antes - esto parecía confortar a Dana.
Llegamos a Gijón y buscamos un bar para desayunar, como era de esperar en Dana ya tenía hecho un horario, para risa mía y desesperación de Jessica
-¿Que querías hacer? -preguntó frustrada, ya que su horario no había sido acogido como ella esperaba.
-Ir de tiendas - dijo directamente Jessica.
-Es otra opción - dijo Dana. - Pero cuidado con lo que gastas, o se enfadará mamá -.
Al acabar de desayunar fuimos mirando diversas tiendas, Dana a pesar de todo estaba comprando más que Jessica.
Había comprado unos cinco pantalones vaqueros, de los cuales ninguno se diferenciaba del anterior, todos tenían líneas rotas con partes más desgastadas, también unas sudaderas cada una más amplía que la anterior. Claro que Jessica no se quedaba atrás; una montaña de camisetas negras con nombres de grupos de los cuales solo conocía un par de ellos. Una cazadora de cuero y varios pintalabios de tono oscuro. En cuanto a mi había comprado una sudadera de tono gris, un CD para el coche y una cazadora de cuero para Alexa, solo que esta no tenía ningún pincho como la de Jessica.
Las hermanas continuaron de compras hasta pasadas las dos de la tarde, buscamos un sitio para comer, encontramos un sitio desde el cual se veía el mar.
Unos chicos que parecían igual de góticos y "raritos" que Jessica se acercaron para hablar con ella. Para pedirla el teléfono, pero para sorpresa de todos Jessica fingió que yo era su novio.
Los chicos se marcharon serios.
-Creo que me van a hacer vudú - Jessica y Dana se rieron.
La comida y las vistas era geniales, la brisa del la mar era muy refrescante. Me fijé en una pequeña roca a la derecha de la playa, reconocía aquél lugar, ahí había sucedido todo, sentí por un momento un dolor en el costado.
-¿Estas bien? - pregunto Dana al darse cuenta de donde miraba.
-Si, todo bien-
Por la tarde las hermanas habían agotado sus energías, y dimos un paseo por la playa, cuando el sol empezó a esconderse, decidímos volver.
Jessica se tumbo en los asientos del coche, y se puso unos pequeños auriculares.
-Deberías descansar tú también - dije.
-Tengo que vigilarte -
-¿Vigilarme? -
-No tienes carnet, imagina que cometes una infracción - dijo con tono serio.
Dana reclinó el asiento y cerró los ojos pero sabía que seguía escuchando lo que pasaba.
Puse el CD de la cadena de radio "Europa FM" de canciones de verano de años anteriores. Paré en una gasolinera, para ir al baño y estirar las piernas, las hermanas seguían durmiendo y los ronquidos de ambas me habían impedido escuchar la música.
Al salir del baño, una figura estaba al lado del coche. Era Tamila ¿Que hacía aquí?.
-¿Tamila? -
-¿Le llevas comida a tu querida Alexandra? - miró al interior del coche.
-Son unas amigas, no comida -
-Ya cambiaras de pensamiento -
-¿Que haces aquí? - pregunté.
-Note tu dolor y tu miedo - parecía preocupada.
-¿Miedo? Yo no tengo miedo -
-Lo sentí, no tienes por qué avergonzarte - Tamila me abrazó, no sabía muy bien como reaccionar.
-Alexandra también lo sentiría - dije.
-No es tan poderosa - dijo sonriendo. - pronto serás tan poderoso, que el miedo solo será una palabra para ti -.
Tamila me miró, y se empezó a alejar entre la noche.
Entré en el coche donde había un silencio solo roto por la respiración de las hermanas.
-¿Quien era? - Dana me miraba.
-Una amiga -
-Yo soy tu mejor amiga, y yo no te abrazo -
-A... A tenido una pelea familiar - dije.
-Eso no explica que hace aquí y su abrazo - dijo y se giró para mirar por la ventana.
Arranqué el motor, ya estábamos a punto de llegar a León. Dana no dijo nada en el resto del viaje seguro que estaba pensando cualquier cosa sobre Tamila. Llegamos a casa, y desperté a Jessica poniendo la música de su móvil a tope.
-¡Idiota! - dijo Jessica quitandose los auriculares como si fuese una araña.
-Llegamos - dije riendo.
Jessica y Dana abrieron la puerta con cuidado de no hacer ruido.
-Dana,¿Podemos hablar? - Jessica entró y subió las escaleras.
-Claro, tu dirás -
-La chica que viste es solo una amiga, que me a sorprendido verla - dije.
-No me tienes que dar explicaciones, pero te creo - me dirigí al coche - James -
-¿Sí? -
-Me lo he pasado muy bien - sonrió.
-Yo también - Le devolví la sonrisa.
Conduje hacía el bosque, hasta que ví la casa. Alexa me estaba esperando en las escaleras de la entrada, se levantó al verme llegar, parecía alegrarse al verme.
Bajé del coche y Alexa parecía que se acercaba para abrazarme, pero se detuvo.
-¿Que te ocurre? - pregunté extrañado.
-¿Que es ese olor...? - parecía furiosa.
-Será el perfume de Dana o Jessica -
-No es un aroma de mortal - Alexa inspiró profundamente uno segundo con los ojos cerrados - Tamila... ¿Has estado con ella? -.
-Nos encontramos por casualidad, en una gasolinera - Le conté toda la historia a Alexa.
-¿Que tal el coche? - Alexa cambió de tema.
-Genial, me encanta - miré a Alexa.
Alexa camino hasta la entrada.
-¿No vas a entrar? Estarás cansado - dijo entrando.
Cogí la bolsa con la cazadora para Alexa y entré. La casa estaba en silencio una música salía del cuarto de Kiara.
-¿No le molesta a tu madre la música? - No está, ha salido...a cenar - me dió a entender que había salido a buscar a gente mala.
-Entonces mañana tendremos que ver la ls noticias - Alexa sonrió - Toma, tengo algo para ti - Le entregué la bolsa con la cazadora. Alexa sacó la cazadora de la bolsa y la miró.
-Es preciosa, me encanta -
- Podríamos ir a cenar, y así la estrenas si quieres -
-Claro, pero antes de dormir duchate, no soporto ese aroma -.
La ducha me relajó bastante, aunque no notaba ningún aroma después de unos quince minutos duchandome pensé que ya se habría quitado el aroma a Tamila.
Desde la ventana del baño ví que Victoria y Valeria se acercaban caminando, escuche el sonido de la puerta abriéndose. En ese mismo momento la música de Kiara cesó.
Cogí algo de ropa de la que había estado dejando en cada de Alexa; y regresé al cuarto.
Alexa me esperaba sentada en la cama.
-Morirás en una semana - dijo directamente Alexa.
-¿Una semana? -
-Lo tengo todo listo -
-¿Que has planeado? - una parte de mi no quería saber la respuesta y maldecir haber formulado esa pregunta.
-Iremos a cenar, tu última cena sobre este mundo humano, caminaremos hasta el claro del bosque y ahí beberá mi sangre -
-¿Que sentiré? -
-Te mentiría diciéndote que nada, pero lo que sentirás será dolor, pena, remordimientos, nostalgia... Pero también alegría, ganas de nuevas cosas. Te enfrentarás a una prueba -
-¿Prueba? ¿Que clase de prueba? -
-Tanto tu cuerpo como tu mente, deberán ser uno para sobrevivir, ya que por separado cada parte tendrá un sufrimiento particular, pero yo estoy seguro de que tu eres suficientemente fuerte para sobrevivir - Alexa parecía no confiar en esas palabras.
-¿Y donde vas a querer cenar? - intenté cambiar de tema.
Alexa notó que yo no quería seguir hablando de ese tema y sonrió.
-Es una sorpresa - Alexa sonrió. A pesar de su naturaleza, muchas veces pensaba que era una chica normal. Pero amaba a Alexa por encima de su belleza y de todo lo que era, siempre la veía como aquella chica perdida entre la gente en la pista de baile, alguien con quien poder despertarme durante el resto de mis días.
-¿Tengo que llevar traje? - pregunté intrigado.
-Si quieres, yo llevaré un vestido que quede bien con tu regalo-.

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