Todo sucedió tan rápido que, no pude ni racionar. Un segundo y después nada.
Empezaré por el principio como llegue a mi nuevo hogar después de que mi madre, me desterrase; yo vivía en Madrid con mi madre, vivíamos solos desde que mis padres se separaron, pero las malas notas, mi nueva conducta desde la marcha de mi padre y el mucho trabajo de mi madre en un restaurante, la llevaron a mandarme a León a la casa de mis abuelos, pero el lado bueno es que mis abuelos habían cogido una casa en la playa para disfrutar de su matrimonio, después de cincuenta años casados, pero eso me dejaba un chalet para mi solo, pero no os imagináis el típico "chalet" de los famosos, es un chalet de una sola planta con patio delantero, con un pequeño jardín trasero y un pequeño trastero en la parte de abajo, aún así es más que suficiente para mi solo.
A pesar del destierro, mi nueva vida en León era muy buena, mis notas no mejoraron mucho pero, me hice inseparable de unos locos, Sergio, Pablo y Dana.
Los cuatro organizamos un viaje a Gijón, durante un fin de semana. Dana tubo que hacer lo imposible, para convencer a sus padres de que sólo eramos sus amigos, y que no la secuestraríamos o algo peor.
El viaje en tren desde León fue muy agradable, ya que los cuatros estuvimos todo el viaje durmiendo. El tiempo en Gijón no era muy adecuado para ir a la playa, pero eso daba igual con tal de estar entre amigos. El hotel, no era gran cosa pero era lo mejor que pudimos encontrar con el dinero disponible, lo echamos a suerte y me tocó dormir con Dana, no se si eso era bueno o muy malo.- que te lo pases muy bien con Dana- dijo Sergio, Pablo y Sergio siempre me decían que Dana estaba colada por mi,
-Que no está colada por mi, ¿por qué pensáis esas tonterías? - dije cogiendo la llave de la habitación
- es la forma en la que te habla, como te trata... - dijo Sergio,
- pero si nos habla igual a los tres, y nos trata igual - reproche,
- ¡tu alucinas! - intervino Pablo, - la última semana de clase, cuando gastamos esa broma a los de clase, Dana nos dio de collejas hasta llegar a casa, mientras que a ti solo fue una- argumento Pablo.
Esa broma fue muy legendaria, los tres entramos los primeros y pusimos pegamento en todos los asientos, para la última hora y justo cuando sonó el timbre para marcharnos a casa de vacaciones, solo nosotros tres nos marchamos riéndonos mientras que los demás nos gritaban y lanzaban insultos. Una de las victimas fue Dana que por culpa del pegamento, tubo que romper unos pantalones vaqueros que eran sus preferidos, y las consecuencias ya las sabéis.
Como sabía que ni Sergio ni Pablo, desistirían en su intento de convencerme de el supuesto amor secreto de Dana, subí hasta la tercera planta, la etiqueta de las llaves marcaba, la habitación número trece, aprovechando que Dana no había subido todavía, deje la mochila en la entrada y contemple la habitación que tenía un pequeño pasillo hasta llegar a una habitación donde solo había dos camas separadas por una alfombre color rojo oscuro y dos mesitas de noche y enfrente de ellas un televisor, que parecía tener muchos años, el baño era un espacio minúsculo que albergaba una ducha, un lavabo un retrete y un espejo no muy grande, decidí quedarme con la cama junto a la ventana que tenía unas excelentes vistas al mar, justo en ese momento Dana entró en la habitación,
-Que si mama, ya hemos llegado...si, esta todo bien...dormiré con James...- en cuanto escuche mi nombre, fingí que observaba por la ventana, mientras ella hablaba -ya conoces a James, sabes que es un buen chico...si se portan mal, les mando a León de una bofetada- aunque no lo parezca Dana, es una chica amable y divertida pero la mayor parte del tiempo se comportaba como nuestra hermana mayor, Dana es una chica de cabello castaño dorado, con los ojos verdes, de físico envidiable por las chicas más populares de clase, pero ella siempre lo escondía con pantalones vaqueros y sudaderas enormes, pero aun así, seguía siendo una chica muy cotizada en el instituto, es comprensible que sus padres estén tan preocupados si su hija se va con tres chicos. - Ya hablamos mama, chao - Dana lanzó el móvil a la cama, y volvió a la puerta para coger la maleta.
- Aún no me creo que hayas traído una maleta, para un fin de semana - dije sentando me de nuevo en la cama.
-Por que yo, a diferencia de vosotros me voy a cambiar de ropa, supongo que no habréis traído más ropa interior que la puesta ¿no? - dijo Dana mirando mi mochila.
-En eso te equivocas, e traído más calzoncillos que ropa normal - dije riendo.
-menos mal, y ¿cual es el plan?-preguntó Dana, intrigada.
-tendríamos que hacer el plan entre todos, pero podríamos ir a comer por ahí, luego de turismos o de compras que te gustará más y luego ya veríamos - dije tumbando me en la cama. La cara de Dana reflejaba que sólo había oído lo de ir de compras.
-tendremos que preguntar a los otros dos idiotas - el tono de Dana, parecía como las sospechas de Sergio y Pablo, pero que posibilidad habría de esa hazaña, Dana era una chica que podría tener a cualquier chico del instituto, no la veo con un chico como yo, que siempre había dejado el tema de las chicas por imposible, era imposible de comprender a las chicas.
Al final decidimos, dejar la playa para el sábado y dedicar el viernes a hacer turismo. Nos dedicamos a seguir a Dana tienda tras tienda, después nos fuimos a comer a un restaurante cerca de la playa, para planear que hacer por la tarde.
-¿que os parece si vamos a algún monumento que haya? - propuso Dana pero los tres la ignoramos.
-¡tengo un plan que os va a encantar! - comenzó a decir Pablo.
-¿cuál? - preguntamos Sergio y yo.
- la idea sería, volver al hotel descansar y luego por la noche ir a una increíble fiesta que hay en un local de moda por aquí - dijo Pablo entusiasmado.
-¿y como sabes tu lo que está de moda aquí? - intervino Dana furiosa por que su idea había sido rechazada.
-llámalo intuición masculina, o Internet - dijo Pablo con una sonrisa de victoria mientras señalaba su móvil, no hay cosa que más odie Dana que perder ante uno de nosotros.
-me parece bien- dije
-y a mi- confirmo Sergio.
Después de comer volvimos al hotel, y mientras Dana se probaba todo lo que se había comprado, aproveche para ducharme.
-¡Oye James! ¿te gusta este conjunto para ir esta noche? - Dana entro como un tornado en el baño.
-no es por ser mal educado, ¡pero te das cuenta de que estoy desnudo y que no es el mejor momento para preguntar algo así!- dije sacando la cabeza por la cortina de la ducha, la mirada de Dana parecía poder atravesar la cortina y por un momento, hasta creí que estaba abierta. -no creo que a tus padres, les gustase enterarse de que andas entrando en el cuarto mientras uno de nosotros nos duchamos ¿no crees?- dije siguiendo con la ducha.
-no iba a meterme contigo, a no ser que tu me lo pidas- a continuación la puerta se cerró, la teoría de Sergio, estaba siendo verdad.
Salí de la ducha, y me di cuenta de que no había traído, ropa para cambiarme.
-¿Dana estas en la habitación? - pregunte, rezando para que no estuviera.
-claro, ¿donde iba a estar? - respondió a través de la puerta.
-¿me podrías pasar la mochila? Que no puedo salir - en ese momento, Dana entro con los ojos cerrados, y con la mochila en la mano.
-muchas gracias, ya puedes salir - dije tapando me con la mochila. Dana abrió los ojos.
-¡vaya James!, que recibimiento - dijo Dana mirando con una sonrisa maliciosa. Y antes que pudiese racionar, Dana me estaba dando un beso, intente esquivarlo pero tenía que sujetar la mochila. Pero si os soy sincero no, hice mucho esfuerzo para impedirlo.
-esto... Tengo que salir un momento, gracias por acercarme...La mochila- dije saliendo y cerrando la puerta del baño. Aproveche para vestirme rápidamente, y me senté en la cama, me tranquilice cuando escuche el sonido de la ducha, ¿que le estaba pasando a Dana?, nunca se había comportado así. Por un momento sentí la tentación de entrar al baño, pero sería un gravisimo error; decidí ir a hablar con Sergio y Pablo.
Salí de la habitación, caminé por el pasillo hasta la habitación del lado, y llame a la puerta, me abrió Sergio.
-¿que pasa?..-no le di tiempo, a terminar y entre como un rayo y me senté en la cama.
-ya puede ser grave, para interrumpir la siesta- dijo Pablo sin abrir los ojos.
-Dana y yo nos hemos besado - dije y en menos de un segundo Sergio se había sentado en la cama y Pablo se había incorporado con los ojos abiertos como plantas.
-si total, no teníamos tanto sueño - dijo Pablo.
-¿que ha pasado? , cuenta con todo tipo de detalle - siguió Sergio.
Les conté toda la historia, tal como había sucedido, los dos permanecieron en silencio y prestando atención, nunca les había visto así ni siquiera en clase.
-me estas diciendo, que Dana te ve desnudez, te besa ¿y tu lo que haces es salir corriendo? - dijo Pablo rompiendo el silencio posterior a mi historia.
-deberíamos tirarte al mar desde un acantilado, ¡que aguante¡ - dijo Sergio sonriendo.
-no lo entendéis, Dana me ha besado y ahora tendré que pasar, el fin de semana con ella - dije levantando me de la cama y paseando por la habitación.
-lo dices como si eso fuese algo malo - intervino Sergio en mis pensamientos.
-¡es una putada!- replique.
-mira esta noche, vamos a esa discoteca y ya verás como a la segunda copa, ya no te acuerdas de tu "problema" - y la idea de Pablo, me pareció bastante buena.
Como ya estaba vestido, me ahorre pasar por mi habitación.
Por fin llegó la hora, y salimos para esperar a Dana, apareció con unos pantalones vaqueros cortos y acompañada de una camiseta sin mangas color rosa, su pelo castaño dorado había sido ondulado, sus labios tenían un color rosa brillante.
Estaba preciosa.
El local parecía muy conocido en Gijón, tuvimos que esperar una cola de media hora, en el que me es forcé en no hablar con Dana, el local se llamaba "La Habana", tras pasar por un armario con traje que vigilaba la puerta, logramos entrar, la gente bailaba mientras una lluvia de luces llenaba el local.
Nos sentamos en una mesa lo más apartada de DJ y de la gente que bailaba.
-decidme chicos, ¿que vais a tomar?- dijo la camarera sacando una libreta de un bolsillo.
-yo un vodka con naranja - se adelantó Dana.
-y tres monsters con jager - dije yo.
-enseguida os lo traigo - diciendo esto la camarera se marchó.
El DJ puso a todo volumen la canción de "Here" de la cantante Alessia Cara, una de mis cantantes favoritos.
-me encanta esta canción - dije
-¿la canción? ¿o la cantante? - concluyó Sergio mirándome de reojo.
- ambas -
La camarera nos sirvió las bebidas a cada uno.
-pago yo, que mis viejos me han dado pasta - se adelantó Pablo, - y me darías tu número - esa frase le produjo una risa a la camarera.
-patético - dijo Dana riéndose.
-tíos, apoyarme - Pablo nos miro.
-lo siento tío, pero es que es muy patético - dije mientras Sergio me daba la razón con la cabeza.
-ya veréis como consigo su número antes de marcharnos- concluyó y dio un trago largo a su bebida.
Las canciones y las copas corrían con mucha velocidad, Pablo seguía en su empeño de conseguir el número de la camarera, para diversión del resto.
En aquel momento vi a una chica en mitad de la pista, y parecía como si las personas a su alrededor se moviesen más lentamente, tenía un cabello negro, acompañado de unos ojos azules tan brillantes que se veían desde el final del local, vestía una camiseta blanca sin mangas abierta por los costados, con unos pantalones de cuero negros.
Parecía mirarme fijamente, debía ser por las copas de más, pero sin poder evitarlo mis piernas se movían por instinto, no podía ni escuchar lo que me decían Sergio o Dana, "James, para" mi cabeza me intentaba volver a la realidad. Pero era inútil, aunque fuese el mayor fracaso de mi vida, no podía evitarlo.
Antes de que pudiera decir, aquella chica puso su delicado dedo en mis labios, y me indicó que no dijera nada, colocó sus brazos sobre mi cuello, su piel era de un tacto muy suave, desprendía un perfume que era como un sedante, tenía un fuerte deseo de hablar con ella y saber su nombre, pero el silencio era lo que me unía a esa chica, con todos esos pensamientos no me había dado cuenta de que estaba sonando una canción lenta, todas las parejas bailaban como en la típica película de instituto de los años 80'. Pose lentamente las manos sobre la cintura de aquella chica, tenía ganas de cerrar los ojos, pero estaba seguro de que aquello era un sueño y no quería despertar.
Mis pensamientos fueron interrumpidos, por una fuerza que provenía de esa chica, me condujo hasta la salida y corrimos hasta el puerto, la luna estaba espectacular aquella noche, pero no era la belleza de la luna la que destacaba, seguí sin decir nada y ella tampoco, su voz era dulce aún si conocerla, el alcohol estaba haciendo de sedante, mezclado con el dulce perfume que desprendía aquella misteriosa chica, tenía ganas de desmayarme, de dormir eternamente.
Solo recuerdo oscuridad, y después una luz ¿estaba muerto? ¿me había muerto en el club, y aquella chica era el ángel que me llevaría al cielo?.
Pero la realidad era muy diferente, no era otra cosa que la luz del día entrando por la ventana, estaba en el hotel ¿pero como?.
En la cama de al lado, Dana aún dormía profundamente, en su rostro había aún maquillaje, lo que significaba que había bebido suficiente como para no des maquillarse.
La habitación me deba vueltas, las preguntas me daban más vueltas en mi cabeza y la luz me estaba torturando, miré la hora en el móvil, solo eran las diez de la mañana, pero el móvil reveló algo aún más terrible, tenía una docena de llamadas perdidas de mi madre, y un centenar de mensajes.
Como las represalias de mi madre eran inevitables, preferí no llamarla, y también vi que tenía un mensaje de Dana de anoche a las tres de la mañana.
"James, no se donde demonios te has metido, pero no es muy educado dejar a una chica sola y borracha. Te espero en la habitación, "
Dana había llegado antes que yo a la habitación, ¡Maldita sea! No puedo pensar, necesito despejarme; aprovechando de que Dana dormía profundamente, fui hasta la ducha sin temor a que me observara.
El agua fría, conseguía despejar mi mareo pero no mis dudas, ¿como llegué? ¿y la chica?. Recordaba que había estado con ella en el club, y en el muelle pero luego... Solo tengo un fondo negro de recuerdo.
Al despertarse Dana, me di cuenta que mi madre no era lo peor que podía suceder ahora, pues su irá me pillo desconcertado.
-¿Pero donde te habías metido? - casi la prefería profundamente dormida, aún no estaba lo suficientemente despejado como para defenderme de sus golpes, así que preferí inventarme cualquier cosa.
-estaba en el club, con vosotros, ¿no te acuerdas? - dije bebiendo agua.
-¡con nosotros! ¡nosotros nos marchamos a las tres, por que no sabíamos donde más buscarte! - los gritos de Dana, se elevaron tantos que cada palabra suya era como una bomba para mis oídos.
-seguramente, alguna copa me sentó mal y salí a airear me - mentí.
-¡mentira! ¡te vi con una chica! - seguía sin saber mentir, era un problema por el cual Dana me descubrió. - no me parece correcto, que te bese y la misma noche te vayas a bailar con otra- ahora lo entendía, su enfado era por celos no por estar desaparecido.
Durante el resto del día, no hable con nadie, Sergio y Pablo estaban peor que yo, pero aún así decidimos ir a la playa por la tarde, encontramos una zona muy bonita en la playa, en la que parecía haber más olas que en cualquier otro lado, según pasaba la tarde y la noche se acercaba, el aire aumento y con ello el oleaje se volvió salvaje, pero no le dimos importancia pues seguíamos disfrutando de las olas, hasta que una ola enorme nos sorprendió, llevados por la fuerza nos sumergimos cuando salí a la superficie vi una sombra, al mismo tiempo que otra ola me volvía a engullir, choque contra una roca y un dolor me recorrió el brazo derecho. Volví a salir y intente gritar.
-¡chicos!- grite pero una ola, aún más grande se elevó sobre mi cabeza. Todo sucedió tan rápido que, no pude ni racionar. Un segundo y después nada. Solo oscuridad, golpee por segunda vez con una roca con suficiente fuerza como para perder el conocimiento.
Abrí un ojo con las fuerzas que tenía, estaba tumbado en la playa, una persona corría hacia mi, no llegue a distinguir quien era, detrás de ella la misma sombra que había visto en el agua.
-¡aguanta! Sigue respirando - dijo una voz, pero me sumergí en la más profunda oscuridad, no recuerdo nada más de aquel fatídico día.
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¿Tienes Miedo A La Muerte?
Novela JuvenilEn ocasiones un perfume es más peligroso que el veneno. ¿Tienes Miedo A La Muerte? Tengo miedo a vivir sin ti.