Bague sin rumbo por la ciudad como un muerto viviente, con la partida de Sergio también se fueron mis alegrías de estas vacaciones.
Me dirigí inconscientemente al cementerio para visitar la tumba de Pablo, me detuve delante de su lapida.
-Hola, tío -
El cementerio estaba en silencio, lo que me facilito el poder "hablar".
- se que no hemos venido a verte, pero hemos estado ocupados con los estudios...- reí -si yo tampoco me lo creo - me quede en silencio como si Pablo me fuese a responder.
-He conocido a una chica, es guapísima - volví a esperar la respuesta de Pablo, pero solo silencio, aunque en mi cabeza me imaginaba las respuestas de Pablo - Sergio se marcha a Estados Unidos...ya se que es una putada, y le prometí decírselo a Dana y también quería decírtelo a ti -
Permanecí hablando por muchas horas, la mayor parte sobre Alexa.
La noche cayó.
Evité al guardia que hizo su ronda, y después salio y cerró la verja del cementerio. Me senté en la pared de enfrente a la tumba de Pablo. El frio era cortante, subí lo máximo posible la cremallera de mi cazadora y me puse la capucha.
Me dormí.
Esa noche no tuve ninguna pesadilla.
Desperté con la primera luz del día, estaba helado. El ruido de la verja me despertó del todo, tenía los huesos doloridos por el frio. me deslice por la puerta cuando el guardia se perdía por una fila de tumbas.
Volví a caminar lentamente, me dirigí hasta casa, mis piernas me llevaron hasta la cama, que estaba helada de la falta de calor humano, pero aun así el poco calor que desprendían las sabanas, me quede dormido. No soñe nada parecía que mis pesadillas solo sucedían cuando dormía con Alexa, ya era de noche cuando abrí los ojos, había descansado muy bien.
Me duche, mientras decidía si iba a casa de Dana para contarle lo de Sergio,pero no me apetecía ir tan tarde ni ir a casa de Alexa.
Cené y me puse a ver la tele, justo en ese momento llamaron a la puerta, miré por la ventana, al darme la vuelta estaba Alexa, el corazón se me paró del susto.
Pero antes de poder decir nada la mano de Alexa se estrelló en mi mejilla.
-¡¿donde te habías metido?! - grito Alexa.
- Aquí ¿donde iba a estar? -
- Llebas casi dos días desaparecido - Alexa estaba furiosa.
- Tranquila, han sucedido una serie de cosas, a demás no dicen en las series de policia que tienen que pasar cuarenta y ocho horas para declarar una desaparición - dije.
- podías haber dado señales de vida -
- venga ya, me estas diciendo que no seías capaz de encontrarme con tus "habilidades" no puedes localizar a cualquier persona - Alexa parecia a punto de romper a llorar, pero miraba para otro lado para disimularlo, bella y orgullosa.
- Pensaba que estabas hablando con Jessica, pero como no viniste por la noche me preocupe...creía que estabas con otra chica - una lagrima cayó por la mejilla de Alexa. - te llamé...-
-oye, tranquila - dije en tono bajo - siento haberte dicho eso y haberte preocupado - Alexa me abrazó. -me quede sin batería por eso no pude contestar ¿como me iba a ir con otra chica? teniendo a un Demonio - Alexa comenzó a llorar.
Le conté lo ocurrido a Alexa, a lo que ella me escucho atentamente.
-Anoche vino a cenar Jessica -
- La había invitado yo,pero con todo lo sucedido, me fue imposible acordarme -
- estaba algo asustada pero después poco a poco, fue divirtiéndose -
Me quedé unos segundos en silencio, sin decir nada abrazado a Alexa.
- mañana tendré que ir a hablar con Dana - estas palabras hicieron que Alexa se separara de mi.
-¿por que tienes que hablar con...ella- dijo seria y parecía que tenía alguna otra palabra para referirse a Dana.
- se lo prometí a Sergio y por que es mi amiga -
- James, tú eres un ser especial, y cuando seas un caído no podrás tener amigos -
-¿un caído? - pregunté sorprendido.
- ¿no quieres compartir mi mundo? -
- no se...vería morir a todos mis amigos y familiares...-dije
Cesó la conversación, Alexa se fue a su casa y yo me acosté pensando en hablar con Dana y en la idea de ser un caído.
Me levante con la idea de ir a casa de Dana, el clima de aquella mañana era frio, los pocos rayos de sol que atravesaban las nubes no eran suficientes para proporcionar calor. Caminé con las manos en los bolsillos.
Al mirar por a puerta vi a Dana en la terraza leyendo un libro.
- Buenos días - salude desde la puerta. Dana sonrió mientras cerraba el libro y se acercaba para abrir la puerta. Llevaba una gran sudadera de color gris de las que ella siempre solía llevar, que casi parecía un vestido al llegarle por debajo de la cintura.
- Buenos días James,¿como tú por aquí?...y tan pronto - la ironía de Dana por mi falta de visitas era evidente.
- quería verte - Dana sonrió.
Cerró la puerta, y se volvió a sentar en la silla de la terraza.
- ¿no tienes frío? -
-¿por que lo preguntas? -
- no se quizás por que es invierno y hace tanto frío que podrían venir pingüinos para vivir - dije sentándome en la silla que estaba helada.
- me gusta el frío ¿a ti no? -
- me gusta la nieve, aunque nunca suele nevar...el olor a aire fresco -
-¿donde esta tu...novia? - parecía que a Dana le costaba decir esa palabra.
- se que no os lleváis bien, pero no hace falta estar enfrentadas todo el tiempo -
- seguro que no has venido a intentar que Alexandra y yo nos hagamos mejores amigas ¿me equivoco? - dijo con una falsa sonrisa.
- tú nunca te equivocas... -dije riendo.
- ¿entonces? ¿a que se debe esta grata visita? -
- es por Sergio...él -
- no será que te manda para que volvamos ¿verdad? - dijo
-no, él...- me quede un momento en silencio - él se ha marchado - Dana se rió, pensando que era broma, pero al ver que no me reía, su cara cambio.
-¿se ha ido? ¿a donde? -
- a...Estados Unidos, sus padres han encontrado un buen trabajo y tenían que mudarse -
-¿se ha ido ya? ¡sin despedirse! -
- me pidio ese favor, porque el no se veía capaz...
-¡es un cobarde! ¡tantos años de amistad y no es capaz de despedirse! - Dana estaba llena de ira, lágrimas de ira y impotencia cayeron por sus lagrimas.
- Le fastidió mucho tener que irse - defendí a Sergio.
- ya no es amigo mio ...nunca más -
-Dana...no, él te quería, al igual que te quería Pablo y te quiero yo-
-James...ya no hay pandilla, acepta lo -
- tú sigues aquí, siendo mi amiga ¿no? -
-si, pero todo termina - Dana parecía más triste que antes.
-¿por que dices eso? -
-Pablo esta muerto, Sergio se a ido y tú estas todo el tiempo con Alexandra -
-eso va a cambiar, hoy quedamos tú y yo, para hacer lo que más te apetezca - Dana sonrió mientras se quitaba las lágrimas con la extensa manga de su sudadera.
-Podríamos ir a la biblioteca...o a un museo - parecía muy entusiasmada.
- claro...lo que quieras - dije disimulando -
- es broma, podemos ir al cine o a tomar algo - río Dana.
- de acuerdo - dije ofreciendo la mano para sellar el trato.
Dana se quedo en silencio un momento.
-¿tienes un tatuaje? -
-eh...si, te lo iba a enseñar - me tape el tatuaje.
-quedamos aquí a las seis -
- vale, luego nos vemos - recogió el libro y entró en casa.
La figura de Alexa volvió a aparecer por sorpresa al cruzar la esquina.
-¿ya has hablado con ella? -
- si, ¿que haces aquí? -
- tengo que tener alguna razón para verte- mi amor por ella era tanto que su sola presencia era un placer, pero no quería perder la amistad de Dana.
- esta tarde he quedado con Dana - estas palabras oscurecieron la mirada de Alexa.
- de acuerdo, lo entiendo es...tu amiga - dijo forzando una preciosa sonrisa.
- gracias -sonreí.
-pero me tienes que prometer una cosa -
-Claro ¿el que? -
- que vengas después a casa, sea la hora que sea te esperaré despierta -
- de acuerdo - Alexa selló el pacto con un beso -
Alexa desapareció, regresé a casa, comí y me duche, para estar a la hora en casa de Dana.
LLegue a casa de Dana.
- no me creo que seas puntual - dijo Dana, estaba vestida con unos pantalos vaqueros rotos por las rodillas, y una chaqueta de color verde con la capucha adornada con pelo de color blanco, se había puesto el pelo para un lado, me imagine que había intentado imitar a Alexa.
-estas muy...elegante - dije mientras Dana bajaba las escaleras.
- eso significa que ¿estoy guapa? - asentí.
- ¿que has pensado en hacer? - dije pregunte.
- había pensado en ir a los recreativos, y luego a una fiesta de una amiga que cumple diecisiete años -
- pero no tengo regalo -
- tranquilo, tu eres un invitado así tomamos algo -
Recorrimos la ciudad hasta llegar a los recreativos, tuvimos suerte y no había muha gente, Dana coloco las bolas de billar, mientras yo buscaba los palos.
-¿apostamos algo? - preguntó Dana.
-¿que quieres apostar? - dije.
- quien gane pondrá un castigo al perdedor -sonrió.
- vale, si gano yo...en la fiesta debes beber unos...diez chupitos seguidos -
- vale y si gano quedarás conmigo siempre que quiera - rió malvadamente.
- trato hecho -dijimos los dos .
Empezó Dana, para ella la bolas enteras y para mi rayadas. Era bastante mala, al final a los dos solo nos quedamos la bola negra, en gran parte por que yo había fallado a su favor, como era de esperar Dana falló y yo gané la partida.
-seguro que has hecho trampas - dijo Dana enfadada.
- pero si yo e fallado más que tu si no, no habrías metido ninguna bola -
Volvimos a recorrer la ciudad hasta la calle de Dana, lo que sirvió para que Dana y yo nos pusiéramos al día, llegamos a la calle de Dana, hasta una casa de color amarillo con el tejado negro.
Desde fuera se escuchaban las risas de chicas, Dana llamó a la puerta, una chica de cabellos castaños como los de Dana, llevaba un jersey de color gris bastante grande.
-Hola Dana - dijo la chica abrazando a Dana.
- Hola Carmen, mira este es James - dijo mientras Carmen me daba dos besos.
- Encantado - sonreí.
Dana me presentó a Carmen, y también a Beatríz, Mónica, Laura y por último a Silvia todas las amigas de Dana tenían el cabello castaño,pero solo Dana tenía los ojos de color verde,las demás tenían los ojos marrones.
-¿Empezamos la fiesta? - dijo Carmen que parecía que era ella la que cumplía años.
Todos entramos en la enorme casa de Carmen, en el salón había comida y bebida, y unas siete sillas, lo que me hacía pensar que ya esperaban mi presencia.
-Tenía pensado algún juego como verdad o reto - todas las chicas estuvieron de acuerdo.
- Voy un momento al baño - dije
-Claro, subiendo las escaleras a la derecha - dijo Carmen sirviendo a las chicas.
Subí por las escaleras, mientras miraba los cuadros con Carmen de pequeña, al terminar bajé las escaleras, empecé a escuchar las voces de las chicas.
-¿entonces estáis juntos? - preguntó una voz que parecía la de Laura.
- no -respondió cortantemente Dana.
- no te enteras de nada Laura, no ves que dijo Dana que estaba con la chica nueva del instituto - explicó Carmen.
-Aprovecha, en las fiestas se suele ligar - rió Beatríz.
- no digas tonterías - contestó Dana.
-¿que pasa? es mono - dijo Mónica.
- tú siempre igual, normal que tus relaciones no duren - dijo Carmen.
Subí de nuevo y cerré la puerta esta vez con más fuerza para que me escucharan, al llegar las chicas fingían hablar de lo que podían hacer con diecisiete años.
-¿quieres tomar algo? - preguntó Carmen haciendo de anfitriona.
- vodka negro con coca-cola, si tienes -dije.
-Claro - me sirvió un vaso Carmen.
Empezamos a jugar a verdad o reto, al principio me libre de participar por la falta de confianza que tenía con las chicas.
-James...¿verdad o reto? - dijo Dana.
-eh...prueba -dije.
- te reto a...llamar a mi hermana y decirla la quieres - rió Dana.
-¿y si no lo hago? -
- Deberás beber - dijo Laura.
Bebí, ya que sabía que si le decía algo parecido a Jessica, saltaría lo de Kiara y todas las amigas tendrían con que burlarse.
- Te toca James ¿a quién preguntas? - dijo Carmen.
- Tú misma - dije sorprendiendo a Carmen - tienes que llamar a un chico de tu elección, y decirle que estás locamente enamorada de él -
Carmen dudo unos instantes, mientras buscaba a alguien en su móvil, mientras las demás se reían, sin decir nada marcó un número.
-¿Michael? soy Carmen -
- Hola Carmen...me ha sorprendido tu llamada - Michael Morgan uno de los chicos más atléticos y populares del instituto, solía estar con chicas de otros institutos, era alto de pelo rubio, bien peinado, ojos marrones claros siempre solía llevar camisas que marcaba su figura de gimnasio.
- yo te llamaba, para decirte algo... -dijo Carmen que su rostro había cogido un tono rojo.
- Claro, dime -dijo Michael.
- Estoy...locamente enamorada de ti - El tono rojo del rostro de Carmen fue en aumento, al mismo tiempo que todas se aguantaban las risas.
- Woow...Carmen, es una...sorpresa - Michael, el rompecorazones sin palabras.
- Siento haberte lo dicho -
- No, tranquila si quieres podemos quedar este fin de semana -dijo Michael, los ojos de Carmen se iluminaron y las demás no se lo podían creer
- Claro me gustaría mucho - Carmen colgó y estaba tan colorada que le dió un fuerte trago al vaso.
-Una cita - gritaron todas las chicas.
-Gracias a James - Carmen se dirigió hacía mi.
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¿Tienes Miedo A La Muerte?
Novela JuvenilEn ocasiones un perfume es más peligroso que el veneno. ¿Tienes Miedo A La Muerte? Tengo miedo a vivir sin ti.