9. "¡¿Ya se acabó?!"

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— ¡¿Pero enserio era necesaria la lengua?! —exclamaba el castaño, cuando Taion le explicó el porqué de su acción.

— La lengua era lo más fundamental —contestó como si nada, con una Wendy dormida en brazos.

— ¡¿De verdad?! —aún estaba incrédulo y en ese momento, Taion le volteó el rostro, mirando a Clary.

— Dame al chico del pelo raro —demandó con seriedad.

« ¿Por qué el repentino cambio de tema, eh? ¿Así que en verdad la lengua no era necesaria? ¿Lo que vi fue realmente un acto impuro? », pensaba con la mirada sombría el chico mutante.

— ¡Por supuesto, baby! —exclamó, sacando de su mochila un frasco negro—. Pero a cambio, deberás darme un be-... —ni siquiera pudo terminar su frase, pues la mirada imponente de Taion la hizo callar y obedecer. Ella bufó molesta y le entregó el objeto.

Abrió el frasco, asomando un ojo. Entonces fue capaz de encontrar a un diminuto Deimos y a un pequeño Karma.

— ¡Hijo de wion! ¡¿Qué haces aquí de nuevo?! ¡Te asesinaré! ¡Te juro que...! —insultaba una y otra vez el peliaqua, sin embargo, ver a un enano Deimos, con una vocecilla de ardilla apenas audible, le causó gracia a Taion—. ¡No te rías!

  — ¡Mueran, bastardos! —se unió Karma nada más porque sí y porque ama insultar.  

Después de que lograron sacar a Deimos, Taion le explicó todo lo acontecido, mientras que Kurt intentaba esquivar la mirada asesina del peliaqua, escondiéndose tras el chico de los Kill.

Por supuesto que cuando Deimos se enteró de que ambos iban a volver a abandonarlo a su suerte, estuvo apuntó de matar al dúo, pero entonces Taion logró hacer que se callara cuando usó su típico tono autoritario para controlarlo.

El peliaqua se sentó en el suelo, mirando fijamente hacia arriba, con la mente perdida. Suspiró.

— "¿Quién iba a pensar que cabeza de apio iba a ser la única persona que estuviera de mi lado?"—recitó divertida Clary, al usar su habilidad telepática en Deimos.

— ¿Y tú quién eres? —volteó a verla con desdén.

— ¡Yo soy Clary Sezger y para ti, tu baby! —guiñó el ojo seductora, lo cual provocó que a Deimos lo recorrieran miles de escalofríos desagradables.

Pero la paz y la calma no duraron mucho.

— ¡A-ATENCIÓN A TODOS! —comenzó a escucharse la voz de la instructora y el chillido del micrófono al no ser usado adecuadamente, lo que causó que los demás taparan sus oídos con molestia—. ¡SI NO REGRESAN EN DIEZ MINUTOS, TODOS ESTARÁN DESCALIFICADOS! ¡ADIÓS!

Y así sin más, el silencio volvió.

— No nos habían dicho nada al respecto —dijo un muy enojado Taion. Y cuando todos voltearon, Sezger ya no estaba.

— Que molestia —Wendy estaba incorporándose apenas—. Apuremonos —indicó y empezó a caminar hacia donde su mirada analítica le había dicho que era la salida.

— No puedo creer que apenas salí de esa estúpida trampa, el juego ya había terminado.

Deimos observó a Wendy de arriba a abajo y encontró más heridas de las que esperaba en su cuerpo. El "demon breath" le había dejado una quemadura en especial en su espalda, que probablemente se convertiría en una cicatriz, que también serviría como recordatorio para Deimos, como diciéndole: "ella fue la única que estuvo ahí cuando todo el mundo te abandonó, a pesar de todo lo que le hiciste".

Él fue siempre un niño despreciado por todos. Sus padres lo concibieron con una única meta que no lograron y fue debido a la incompatibilidad de los genes de sus padres en él, que sus poderes no se mostraron sino hasta mucho después, pero para ese entonces él ya había sido abandonado por los padres que lo consideraron inútil. Los maestros siempre le decían que él no tenía remedio y nunca encontraron la manera de controlarlo, así que al final, dejaron de intentar hacerlo cambiar y lo empezaron a aislar. Todos los compañeros de todas las academias a las que asistió lo odiaban y bueno, es que hay que admitir que Deimos es detestable la gran mayoría del tiempo. Nada podía hacerlo cambiar, porque desde que nació siempre anduvo por su cuenta, es por eso que él creía que eso lo hacía su único y propio jefe. Y aún, como todos los presentes, no encontraba idea que le dictara las razones de Wendy. Así que preguntó.

— ¿Por qué me salvaste? —su mirada iba directa a la espalda de la chica—. ¡Pude haber salido por mi cuenta! —agregó orgulloso ante la falta de respuesta.

— Por supuesto que sí —comentó Taion sarcástico tras Deimos y este lo fulminó con la mirada.

— Hey, ¿no vas a contarme tus razones? —y cuando quiso verle la cara, se percató de que ella estaba caminando profundamente dormida.

Taion empujó al chico hacia atrás de él, en caso de que quisiera hacerle algo a Wendy y este quedó al lado de un tembloroso Kurt.

— Deimos, t-tranquilo —musitó, más la mirada fogosa del diablo en el contrario, lo hizo preferir callarse. Y es que Deimos odia ser ignorado, ya que eso es como despreciarlo, según él.

Siguieron caminando con total calma y todos llegaron en silencio a la salida.

Pero esperen. ¿Algo falta, no creen?

— ¡Ah, Karma! —recordó Zweijer.

¿La segunda prueba será tan fácil como la primera?

Heroes aren't always nice Donde viven las historias. Descúbrelo ahora