12. "Direcciones diferentes"

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¡Por cierto, tengan esto! 

Unas insignias de un ave fénix de color dorado y negro, aparecieron de repente en los chicos. Deimos tenía la insignia grabada en su brazo izquierdo, Wendy en su muslo derecho y Kurt en el lado derecho de su pecho. Los tres estaban sorprendidos, pero antes de que dijeran o cuestionaran algo, la chica que era su guía, explicó antes:

¡Esas insignias sirven para indicar que son héroes, muchas puertas se les abrirán con ellas, además de que les ayudarán en batalla! ¡Básicamente, tienen con ustedes la insignia que les da el poder de un líder de reino! —agregó Silpple con alegría y emoción. 

— Ya veo —dijo Wendy sin más—. ¿Dónde está el lugar al que debemos ir, Sil? —cuestionó, un poco más despierta que antes. Deimos no había parado de hacer berrinche, mientras se sentaba lejos del Vion y la Mtizry.

Oh, está a diez kilometros de distancia de donde se encuentran. Sólo vayan todo derecho y encontrarán a ciertos personajes problemáticos, ¡yo que ustedes me apresuraba! —sus palabras eran apenas comprensibles, pues al parecer, Silpple estaba comiendo.

— S-señorita Sil, hable después de comer —regañó Kurt con amabilidad, pero la chica se soltó a carcajadas ante eso, avergonzando al chico.

— Bueno, vamos de una maldita vez —refunfuñó Deimos, ya dejando de quejarse. Wendy rodó los ojos, cansada de la actitud del molesto peliaqua—. ¿Por qué hiciste eso?—le reclamó, a la vez que ya habían empezado a correr hacia el lugar donde ocurrían los problemas.

— ¿Hacer qué?

—¡Tú sabes qué, cabeza de apio!

— No, no sé —mintió.

— ¡Si que lo sabes, maldición! ¡¿Acaso estás despreciandome?! —y con eso dicho, la chica volvió a rodar los ojos—. ¡Ah, otra vez!

El trío iba tan rápido como podía, usando sus poderes para llegar lo más pronto posible, pero ninguno más que Wendy, poseía la habilidad de aumentar su velocidad. El saber que el destino aún estaba a diez kilometros de distancia, los impacientaba.

— Me estaba preguntando, Sil...—dijo Deimos de pronto.

¿Eh? ¿Qué cosa?

—¡¿Que no podías simplemente transportarnos directamente al lugar del problema, idiota?! —gritó furioso de aún no poder llegar y la chica, tan risueña como es, rió.

— No se puede, tonto. Mis habilidades sólo me permiten transportar a ciertos puntos, nunca a uno específico. Al lugar al que los envié al inicio era el más cercano del destino al que se dirigen.

  « Así que no es totalmente una cabeza hueca, ¿eh? », pensó el peliaqua.

— Como sea. ¿Y qué se supone que eres? ¿Al menos eres bonita? —una voz pervertida salió de Deimos.

¡Claro que soy bonita, tengo pechos gigantes y un lindo cuerpo también! —empezó a reír, orgullosa de ella misma.  

  — De pronto tengo ganas de conocerte, Sil —añadió seductor. Sil comenzó a reírse divertida, mientras que cuando Deimos giró la mirada a donde estaba Wendy, la misma lo miraba con una expresión de asco, que pocas veces en su vida a mostrado. Eso le causó gracia a Kurt—. Niños — suspiró con una sonrisa, elevando sus hombros, sin avergonzarse de que supieran que es todo un pervertido.

— Mantente a al menos mil metros lejos de mí, idiota basura —y con eso dicho, la chica se impulsó para tomar la delantera. El de los ojos de granada se enfureció, pero decidió dejarlo pasar por la situación actual.

Heroes aren't always nice Donde viven las historias. Descúbrelo ahora