19. "Frankenstein"

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"Recuérdalo: soy tu obra y debería ser tu Adán, pero más exacto sería que me consideraras el ángel caído, expulsado por ti de las alegrías y arrojado a la miseria ".

Frankenstein de Mary W. Shelley.

Las personas somos seres egoístas, siempre cambiantes como las estaciones según nuestros sentimientos. 

Si ustedes alguna vez intentaran componer una canción, poniendo todo su esfuerzo, gastando horas y hasta días para hacer una perfecta melodía, que fuera armónicamente con la letra, incluso dejando de lado todos los placeres que pudieron haber disfrutado, todo para encomendarse en cuerpo y alma a la grandiosa creación de la canción más maravillosa del mundo, ¿qué harían si al final, no resultara como querían? ¿La volverían a hacer desde el inicio, trabajando en lo que falló o... se desharían de ella? 

Les preguntaré algo más a ustedes, lectores. ¿Piensan que la vida está conformada por coincidencias o por cosas inevitables? Depende de ustedes si la respuesta les traerá felicidad o no. Porque después de todo, así es como es vivir. Si la vida se basa en coincidencias, entonces algo que pasó una vez no se repetirá y lo que sucedió, no debió pasar; por otro lado, si está compuesta por cosas inevitables, significa que, simplemente nos rigen las decisiones necesarias del universo.

  Hay algo que no todos saben. Y eso es que todos tenemos secretos, sin excepciones. La única razón para la que una persona crea lo contrario, es que todavía es muy ingenua hacia la vida. No obstante, debes saber que la mayoría de los secretos son el misterio que debe ser callado, para que las condiciones del orden del universo sean cumplidas. Si fuerzas al universo a que te los diga, las consecuencias podrían ser dignas de temer. Hay quienes dicen que aquellos que descubrieron el secreto del universo, dejaron de existir. ¿Pero cómo saben ellos de eso? Ese es otro gran misterio que tal vez debería seguir siéndolo. 

Habían pasado ya dos días desde la llegada de la primavera. Los cuatro ya habían sido asignados a sus respectivas aulas. Deimos, antes de poder entrar a la suya, fue mandado a la oficina del director, pues el mismo quería hablar con él personalmente. Vaya sorpresa que se llevó cuando descubrió quién era.

  — Bienvenido, ¿quieres té? —le ofreció, elevando una tetera y el contrario disgustado, negó con la cabeza—. Ah, mi nombre es Ghalow, ¿me recuerdas? Soy el que les puso a tus amigos y a ti la última prueba del "Abyss" —dijo entre risas. 

  — ¿Cómo olvidarlo? —gruñó Deimos entre dientes.

  — Que lindo de tu parte —respondió enternecido, ignorando la notable expresión de desconcierto del chico—. Bueno, dejemonos de rodeos, no me gustan —añadió de pronto—. Te mandé a llamar porque quería realizarte una pequeña entrevista antes de que iniciaras tus actividades escolares en "Ghalow Forest Academy" —dijo mientras le daba un sorbo elegante a su taza de té—. Ah, el té ciaropé es el mejor de todos.

Deimos frunció el ceño.

— ¿Que no vas a servirme té, Ghalow? —refunfuñó de pronto el ojos de granada, clavando su mirada fiera en el hombre con desconfianza.

En un inicio el sujeto se extrañó, pero su personalidad facilmente adaptable, simplemente lo aceptó y le sirvió té en una taza de apariencia exótica, llamativa, además de lujosa. Ghalow tiene una teoría: "Las personas son como las tazas; cada quien con su propia y única apariencia, todas hechas de diferentes materiales, unos más resistentes que otros", por lo que cuando él mira a alguien, puede determinar exactamente que clase de persona es, ajustando sus personalidades a las distintas tazas que poseía.

Heroes aren't always nice Donde viven las historias. Descúbrelo ahora