16. "Criados para matar y morir"

95 14 5
                                    

Mientras Deimos era golpeado a placer por la nueva forma de su enemigo, pensaba en dos únicas cosas. La primera era el por qué su padre, líder del reino de Telestia no estaba presente, como si hubiera predicho que algo de esto sucedería. Y la otra era algo que desde la primera vez que Silpple les contó sobre "Purge Sevenfold", había estado rondando en su cabeza, para quedarse ahí para siempre. Seis de enero; el día de los secuestros y el día en el que la hermana de Deimos desapareció de su vida. Está bien; él tenía que creer eso por sí mismo, tenía que realizar una buena actuación para que todo saliera de acuerdo al plan, pues hay ojos y oídos hasta en los suelos.

— Cara rajada —pronunció el chico a duras penas, derribado en el suelo. Su oponente alargó una tétrica sonrisa al oír su nuevo apodo—. ¿Es cierto que tus amigos y tú fueron los culpables de los secuestros de hace seis años? —cuestionó directamente. La gigante mano del títere lo elevó hasta cruzar sus oscuras miradas. Deimos parecía el verdadero títere.

— Nosotros no somos amigos -contestó entre gruñidos, con una fuerte voz grave—. Pero si te refieres a "Purge Sevenfold"... puede que lo hayamos hecho —al ver la cara furiosa de Deimos, sonrió aún más—. No, de hecho, si fuimos nosotros —confesó al fin. Si algo tenían en común los miembros de dicha organización de criminales, era que todos son extremadamente inteligentes, por lo que Sphintle no tardó en darse cuenta de que Deimos estaba involucrado en el caso de los secuestros y que lo más probable era que ella y sus compañeros hubieran capturado a alguien importante para él. Sphintle se estaba burlando del chico.

De alguna forma, Deimos logró liberarse del agarre, cayendo de pie sobre el suelo.

— ¿Te suena el nombre de Iria?

— Ah —contestó rápidamente—. Así que a quien buscas es a Iria —respondió fastidiada.

Fue más bien un impulso que nació de su furia, lo que hizo que Deimos se precipitara y atacara al azar a su enemiga.

— ¡Devuelvanmela! —gritaba frenéticamente mientras golpeaba a la enorme mujer títere sin siquiera detenerse a respirar. Pero fue decepcionante y hasta frustrante, como un solo dedo de Sphintle lo hizo volar por los aires, como si fuera basura en el camino.

El herido chico maldijo en su interior, lleno de impotencia.

Hace mucho tiempo, cuando era un niño pequeño, fue entrenado de la forma más cruel y malvada que nadie jamás se podría imaginar, todo con el fin de despertar los poderes ocultos que sus padres creían que poseía. Experimentaron con él de mil formas y con el tiempo, la anestesia ya no era necesaria, pues ya no surtía efecto. En vez de hacerse más fuerte, su cuerpo era cada vez más débil; Deimos estaba muriendo lentamente. ¿Y cómo no hacerlo, si la dura "crianza" de sus padres era algo que ni siquiera las bestias podrían soportar?

 ¿Y cómo no hacerlo, si la dura "crianza" de sus padres era algo que ni siquiera las bestias podrían soportar?

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Más si él no lo hacía, le tocaría a su hermanita cargar con dicha responsabilidad. Y ella era la única luz que tenía Deimos; la luz que le robaron.

Heroes aren't always nice Donde viven las historias. Descúbrelo ahora