The Curb. |Mature| |h.s, au| -Español-

Chapter 88.

Dicen que el mundo es un lugar temporal. No debes tomar nada al salir, excepto todo el amor que recibiste de las personas a tu alrededor.

Amor.

Una simple palabra con tanto significado, emociones y promesas.

También dicen que el amor lo vence todo...

Pero, ¿qué si el amor nunca fue para ti? ¿que pasa? ¿es un error enamorarse y pensar que ese amor es real? Uno podría pensar que es una pregunta estúpida. ¿Por qué alguien le daría su amor a un extraño? Y, ¿por qué ese extraño lo aceptaría? Laura ahora piensa diferente.

Si alguien le dijera un mes antes que se enamoraría de una persona que no sabe nada de ella, ni siquiera su verdadero nombre, ella se hubiera reído. Pero ahora, está de pie frente a la puerta que fue cerrada en su cara por aquél guapo extraño del que se ha enamorado.

Tiene lágrimas en sus ojos mientras mira hacia la puerta.

El aire frío la hace temblar un poco y finalmente se aleja un poco, mirando a su alrededor.

Es libre ahora. Libre de la persona que la encerró en contra de su voluntad. Es libre del hombre que entró a su vida, a su mente, a su corazón.

Y ahora, cuando por fin lo ha aceptado y aprendió a quererlo, lo hizo otra vez. La forzó de nuevo a hacer algo en contra de su voluntad.

Le duele pensar en lo fácil que Harry consigue lo que quiere.

Primero la pone en su vida, y después la obliga a irse.

¿Cómo puede ser tan fácil? Se pregunta.

Ella quiere gritar, gritarle groserías a Harry por ser tan egoísta, tan grosero. Quiere golpearlo por arruinar su vida. Quiere decirle que no puede salirse con la suya todo el puto tiempo, pero en lugar de eso, mira impotente hacia la puerta mientras muerde su labio intentando controlar su llanto.

Los minutos avanzan antes de que ella logre reunir la fuerza suficiente para golpear suavemente la puerta.

"Harry." Su voz se quiebra al pronunciar su nombre en un susurro, con esperanza de que él abrirá la puerta.

"Por favor, abre la puerta. Podemos arreglar todo esto. Vamos a solucionarlo." Harry cierra sus ojos al escucharla, intentando bloquear los suaves golpes y su dulce, dulce voz.

Él sabe que dejará de escucharla si va a su habitación, pero no tiene fuerzas para moverse.

Se sienta ahí, apoyando su cabeza contra la puerta, esperando a que se de por vencida y se marche.
Los suaves golpes continúan y las lágrimas se deslizan por las mejillas de Harry. No sabe la razón de sus lágrimas. No sabe si son por Stella, por su bebé o por la chica detrás de la puerta pidiendo una oportunidad. Lo único que sabe es que está haciendo daño. A todos, a él mismo.

Los golpes dejan de sonar después de un tiempo junto con su voz y es cuando Harry entra en pánico.

Frunce el ceño e intenta prestar atención pero no escucha nada. Ni un solo sonido.

Harry siente algo extremadamente incómodo en su estómago cuando ve todo vacío en su casa. Vacío y completamente silencioso. Lo que Harry siente no se puede explicar.

Levantándose del suelo, Harry mira la puerta y pasa una mano por su cabello. Siente que se volverá loco. No sabe si abrir la puerta o simplemente ahogar sus penas en alcohol.

Su mano tiembla al decidirse por la primera opción.

Trata de convencerse a sí mismo que únicamente abre la puerta para asegurarse de que ella se ha ido, pero sabe que la realidad es otra, en el fondo quiere verla aún de pie esperándolo para poder explicarle.