The Curb. |Mature| |h.s, au| -Español-

Chapter 90.

Harry se encuentra en un lugar extraño, con cautela, mira a su alrededor para saber dónde se encuentra pero lo único que ve es luz blanca.

Da unos pasos inciertos hacia la derecha y se detiene cuando una pequeña figura aparece a lo lejos.

Harry no puede distinguir el rostro de la persona frente a él, pero siente su mirada.

"Hola." Harry dice. Su voz suena extraña para él, como si no la hubiera utilizado desde hace años. "¿Puedes escucharme?" Le pregunta y solo recibe silencio como respuesta.

Entrecerrando los ojos, intenta concentrarse en la figura que cada vez se aleja más.

"¡Espera!" Grita corriendo hacia la persona. "¡No me dejes! Por favor, no te vayas." Sus peticiones son ignoradas, observa con ojos amplios una brillante luz blanca antes de estar solo, otra vez.

Intenta recordar cómo fue que terminó aquí, en medio de la nada, pero no logra descifrarlo. Recuerda que salió de su casa y fue al cementerio, eso es todo. Lo que pasó después, es un misterio.

Busca una manera de salir de este lugar donde todo es blanco, después, la realidad aparece y un escalofrío le recorre la espalda. Tal vez, está muerto... o quizá, está entre la vida y la muerte. No está seguro.

Un ligero dolor se instala en su pecho al pensar que no volverá a ver a todas las personas que ama, que todos llorarán cuando su cuerpo sea enterrado.

Luego piensa en Laura, se pregunta si ella estaría en su funeral, entre todas las personas, de luto por su muerte.

También se pregunta si se quedará aquí solo por siempre, o alguien vendrá a hacerle compañía.

"Harry." Una dulce voz lo llama y su cabeza se mueve bruscamente en dirección al sonido, pero no hay nadie.

"Harry, despierta." Vuelve a decir y Harry frunce el ceño confundido. La misma voz familiar, le dice que despierte, una y otra vez.

Harry protege sus oídos con sus manos cuando su cabeza comienza a doler, Harry cae de rodillas cerrando los ojos, deseando que esa voz desaparezca.

"Vete. Vete, por favor." Jadea cuando se siente mareado, de pronto, intenta mantenerse despierto, pero su cuerpo lo traiciona y finalmente cae totalmente al suelo, perdiendo la consciencia.

Harry despierta cuando siente algo cálido y suave acariciar sus mejillas, trata de alejarse, pero un ligero peso en su pecho lo impide. Un quejido sale de sus labios cuando intenta moverse otra vez y al escuchar una dulce y melodiosa risa se queda inmóvil. Frunce el ceño, la risa parece infantil, como de una niña. Pero ese pensamiento lo descarta, convenciéndose de que está imaginando cosas. Entonces, vuelve a oírla y abre sus ojos.

Parpadea un par de veces antes de enfocar su mirada en la pequeña alegría sentada en su pecho, sus pequeñas manos están sobre las mejillas de Harry mientras él observa sus hermosos ojos verdes; como los suyos.
Sus labios color rosa que rodean una gran sonrisa. Él está hipnotizado por su inocencia, es brillante como si fuera un pequeño ángel con el rostro esculpido por el mismo Dios, tan delicado y hermoso.

"Arriba, papi." La niña dice con voz aguda, aplaudiendo con sus pequeñas manos y removiéndose en el pecho de Harry, todo el tiempo riendo.

Los ojos de Harry se amplían al escuchar la palabra 'papi.'

Le lleva un tiempo activar todos sus sentidos, de mala gana retira su vista de la niña que ahora descansa su cabeza en el hueco de su cuello mientras juega con su cabello.

Se sorprende al notar que está acostado en su cama, está en su casa donde una vez, vivió feliz con Stella.
Su mirada se desplaza hacia la puerta y el corazón se le detiene al verla ahí, de pie.
Cuando sus miradas se conectan, siente un escalofrío agradable, tiene los ojos fijos en la única mujer que ama.