Capítulo 4: AB+

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La bolsa de tela negra me tapo la visión por completo. Un olor a sudor y sangre me embargo las fosas nasales provocándome arcadas, eso evidenciaba que ya había sido usada para el mismo fin por lo menos con otra persona.

- Noooo!!! - escuche los esforzados gritos de mi hermano no muy lejos de mi - no se lo lleven... Tom! Tom!

Mis brazos se revolvieron ansiosos tratando de liberarse del agarre ejercido por ese par de gorilas.

- ¿Que ya te arrepentiste barbón? - se burló una voz masculina que no supe definir

- Solo no lo toquen más - amenacé

Siguieron empujándome hacia lo que deduje era un auto; probablemente me meterían en una maletera como habían estado diciendo y pronto se me acabaría el aire frío que ahora inundaba mis pulmones con fuerza.

Tenía miedo, lo aceptaba. Pero la decisión estaba tomada y no habían vuelta atrás.

Me resistí una vez más a aquel arrastre y como recompensa recibí una patada en la boca del estomago que me dejó sin el aire en el que estaba pensando hace minutos.

Caí en lo que supuse era la maletera y pronto escuche el sonido metálico de la puerta cerrándose sobre mi.

Ahí me quede a oscuras, por un tiempo que no pude calcular, pensando en Bill, en que no me había cerciorado si de verdad lo habían dejado en paz.

Lamenté para mis adentros aquel fatal descuido, por no garantizarle por lo menos la integridad que quería darle.

De verdad lo amaba... Era todo lo que yo tenía y nunca hubiera permitido verlo en las circunstancias en las que estaba yo ahora. Secuestrado.

El aire comenzó a tornarse caliente y sofocante, me costaba respirar cada vez más y el ardor en el esternón provocado por la patada recibida no ayudaba. Intente palpar el terreno en el que estaba: efectivamente era la cajuela de un automóvil.

La bolsa atada a mi cuello llevaba un nudo imposible de desamarrar, lo cual me hizo dar cuenta que si me habían dejado libres las manos era justamente para eso... Para que me reventara los sesos intentando soltarla de mi garganta.

Los maldije en silencio.

Esto no se parecía en nada a las películas de mafiosos que había visto en el cine y la televisión. Parecían novatos e incluso un poco idiotas. Espere a que me sacaran de ahí pateando como pude las paredes de ese minúsculo lugar.

Se me estaban entumeciendo las piernas por lo dobladas que estaban y el aire cada vez más caliente me quemaba los pulmones.

Tal vez no eran tan tontos como parecían. Tal vez querían ahogarme.

En ese instante pensé en Ría... ¿Acudiría Bill a ella después del problema que tuvieron?... Probablemente el estaría desesperado y lo haría... Pero yo la había dejado inconsciente en el auto mientras corrí detrás de Bill y no sabía que había ocurrido con ella.

Mi cabeza daba vueltas en una y otra cosa y luego deduje que seguramente sería por el calor y la falta de oxígeno.

Entre sonidos lastimeros me di cuenta que el coche había parado al fin. Espere ansioso a que abrieran la portezuela para lanzarme con una patada voladora sobre ellos. Ya no me importaba si me golpeaban después, no me dejaría sin antes volarle siquiera un diente a uno.

No la abrían... Y las voces se esfumaron de un momento para otro. Tenía la ligera sospecha de que me habían dejado olvidado ahí adentro o tal vez de verdad querían matarme ahogado.

Empecé a hiperventilar... ¿Serían capaces de hacer algo parecido? No... Me necesitaban...
Trate de guardar esa esperanza muy dentro de mi cabeza porque aquello era lo único que podría mantenerme con vida dentro de ese infierno.

Bill buscaría ayuda... Si no era en Ria, lo haría en Georg y Gustav... Incluso con David o Alex... El era el creativo, el soñador... Ya se le ocurriría algo para solucionar esta mierda en la que estaba metido.

Bill...

Cerré los ojos con lentitud al ver como se escapaba de mi el último halo de aire tibio de los pulmones.

Me estaba muriendo...

Tras La Pared/Saga Behind The Souls - Parte IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora