Capítulo 8: Flores Secas

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Los últimos peldaños para llegar al lugar del que provenía esa dulce voz se me hicieron larguísimos.

Me temblaban las piernas y me castañeaban los dientes.

No sabía si era miedo, frío o curiosidad, pero me sentía totalmente indefenso ante esa nostálgica melodía.

¿Alguna vez han sentido que pueden confiar en alguien a quien apenas conocen? Pues yo no conocía a esta niña, pero su canto me seducía; me decía "Ven Tom... Yo puedo ayudarte"

Llegué a un punto en el que solo asome mi cabeza sobre aquel pequeño piso escondido, esperando un barbudo hombre gritándome "caíste!" y mandándome de culo nuevamente escaleras abajo... Pero no...

Su canto había cesado pero las dulces notas del piano no paraban.

Ahi estaba ella...

De espaldas a mi, no podía ver su rostro pero su extensa, ondulante y prolija cabellera castaña me asombró.

Llevaba un vestidito blanco de encajes y no traía zapatos.
Su silueta era tan pequeña y esbelta que me dio la impresión de que lidiaba con una chica de unos 15 o 16 años. Por lo menos de espaldas no parecía ser peligrosa ni intimidante.

La melodía provenía de un majestuoso piano de pedal color caoba, tan grande como antiguo y estaba siendo dirigido por ella misma de una forma muy profesional.

Bill y yo aprendimos a tocar piano con un profesor particular muy famoso, pero sin duda alguna ella nos llevaba siglos en técnica y elegancia.

Terminé de subir los escalones embelesado por su sutil perfume, un aroma mezclado entre flores y frutas, que se sentía hasta donde estaba, pegando con fuerza en mis fosas nasales.

"People... Help the pee...o...ple"... canto interrumpidamente ella una vez más, sin percatarse de mi presencia y me descoloco por completo.

Despacio y controlando mi  desesperación llegué hasta ella, extendí un brazo y lo pose sobre su hombro haciéndome sentir.

Y cuando volteo solo pude quedarme congelado.

Nos miramos a los ojos durante casi medio minuto: sus ojos eran de un color extraño, eran castaños pero con un tinte rojizo, parecían estar inyectados de sangre... Como un vampiro... Pero su mirada era triste y parecía estar a punto de llorar.

Fue entonces cuando me fijé en sus pequeños labios color rosa, un rosa hermoso... Pero temblequeaban... Estaba susurrandome algo....

Salí de mi rápido aturdimiento y le dije un simple

- Ayúdame...

Lo que pasó después fue el resultado de mi torpeza en su máxima expresión.

Ella empezó a gritar como una loca, casi tan fuerte como las sirenas de los carros de bomberos.

Le empecé a suplicar que no lo haga, que me ayudara pero nada la calmo. Se alejó de mi pidiéndome cosas que no entendía, hablaba en otro idioma aún cuando hacía minutos antes la había escuchado cantando en un perfecto inglés.

Segundos después llegaron los guaruras hijos de perra de Lizsak y Parker, alertados por el alboroto de la niña y al descubrirme ahí, los ojos se les salieron de sus órbitas.

Ella por su parte no paraba de gritar, se sacudía y se enredaba las manos en los mechones de sus frondosos cabellos.

- ¿ Que mierda haces aquí Kaulitz? — vociferó Lizsak — ¿ que carajos le hiciste a la perlita?

- No le hice nada — parecía una súplica — no le hice nada

- Ahora si eres hombre muerto barbón — completo Parker

- Pero no le hice nada — me ardían los ojos — diles que no te hice nada — le grite a ella pero no se inmutó

Seguía en su esquina, gritando y llorando como si hubiera intentado matarla y eso no ayudaba. Pego su cuerpo al gran armario empotrado y se deslizó sobre el hasta desparramarse por el suelo.

No me lo creía... ¿pero de que iba esta mujer?

- Despídete Kaulitz... - dijo Lizsak sacando su revólver del cinto y apuntándome directamente en medio de la frente

Cerré los ojos con fuerza y no pude contener que esas dos lágrimas se escurrieran sobre mis mejillas.

Y me despedí

- Ni se te ocurra Liszak — dijo una voz desconocida en un tono más calmado

Abrí los ojos con miedo de encontrarme con  Kauffman y su puño mortal, pero en su lugar estaba un hombre delgado, de cabello negro azabache y dueño de unas malvas ojeras que daban grima.

- Si lo haces — continuó — Kauffman te matara de la misma manera... Recuerda que dijo que sólo el se haría cargo de Kaulitz — finalizó muy seguro de si

Apoyo su flacucha silueta a un costado del piano y observo con total indiferencia a la niña que lloraba en el piso. Estiro el brazo y empezó a sacar las pelusas que colgaban de su traje negro, totalmente despreocupado.

- Y bien Matthew... ¿Entonces que hacemos? — ironizó Liszak

- Primero deja de apuntarle al niñito con tu pistolita — seguía en lo suyo — llévalo a su habitación y luego presenta tu informe con Nícolas... Eso es todo...

Liszak dejo de apuntarme.

- ¿Y que con la perlita? ¿Ahora quien la calla? — aporto Parker dándole un vistazo a la chica desparramada en el piso

- Ufff... Que fastidio... Todo lo tengo que hacer yo

Soltó su brazo y se paseo por el salón llegando hasta ella, la vio desde su altura (que no era mucha pero si era algo) con desprecio, diría que hasta con asco; se agacho y con una fuerza sobrehumana la levantó del antebrazo hasta que su pequeño cuerpo de mujer se despegó del piso.

La miró a la cara y ella a el totalmente asustada, el le sonrió y seguidamente le propinó tal cachetada que a mi parecer hizo que su menuda cabeza diera una vuelta de 360 grados.

El llanto y el alboroto desapareció.

La niña no volteo la cara y el soltó todo su peso nuevamente hacia el suelo.

La había noqueado.

- Liszak llévatela a la perla a su habitación y tu Parker por una vez en tu vida haz algo bueno y amarra a este tesorito a una silla — se dirigió a mi — sino querrá seguir dando paseos por la mansión y a Kauffman no le gustará saber que sois unos incompetentes ineptos. Aún....

Me echo un vistazo de pies a cabeza y me sonrió.

- Pues si que te pareces a Bill... — comento como si lo conociera de toda la vida — lástima...

- ¿Lastima, que? — dije saliendo de mi shock

- A Nícolas no le gusta que toquen sus cosas y tu... Haz tocado a su perla... No te irá bien...

- No soy yo quien la ha noqueado...

- Pero eso el no lo sabe — sonrió mostrandome sus dientes perfectos.

Y se fue...

Tras La Pared/Saga Behind The Souls - Parte IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora