Capítulo 10.

44 2 3
                                    

Era domingo por la mañana, me encontraba en el supermercado comprando la despensa que mamá me había solicitado, mi celular comenzó a vibrar era un mensaje de Zulema

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Era domingo por la mañana, me encontraba en el supermercado comprando la despensa que mamá me había solicitado, mi celular comenzó a vibrar era un mensaje de Zulema.

Mis sospechas sobre ella siendo mujer fatal eran ser ciertas, ya que resultó ser la típica chica fácil del consultorio, se había hecho de una reputación malísima y en tan solo dos semanas ya conocía la cama de todos los doctores, pasantes y practicantes.

Sentía pena por ella, ya que nadie la tomaba en serio, y nadie quería comer en el mismo lugar donde ella se encontraba.

En una ocasión la invite a sentarse en mi mesa, de esas veces que no comía con Diego

y a partir de ahí, comenzó a seguirme a todos lados y se autonombro mi BFF (mi mejor amiga por siempre). Pero no creo que lo hiciera porque le agradara mi amistad.

Ella vivía sola ya que su familia se encontraba en otro estado y vino a estudiar aquí.

Era dos años mayor que yo y tenía una hija la cual vivía con sus padres, pues aquí no había quien la cuidara. Así que era "soltera "y sin hijos ni familia podía darle vuelo a la hilacha.

Zulema era de complexión alta, con piel blanca, cabello rubio, ojos azules, y con buen cuerpo que siempre mostraba ya fuera con sus pronunciados escotes, o sus mini faldas que llevó desde el primer día que inicio sus labores, quizá eso les llamaba la atención, además de andar de ofrecida, que era la típica niña de serie norteamericana.

"Diego me acaba de agregar a la red social, que raro ¿Discutiste con él? o ¿Porque me agregó?"

¿Por qué me escribía esas cosas? ¿Qué ganaba? Claro, ya le había echado el ojo a mi Diego.

Ignoré el comentario pero rápidamente le envié un mensaje a Diego.

"hola Diego, me pregunta Zulema que para que la agregas a la red social."

En menos de 10 minutos contestó.

"No lo sé Liz, estoy ebrio"

Genial.

Compré lo poco que me faltaba de despensa y muy enojada me fui a casa a llevarlo a la alacena.

Mis papás no estaban, así que después de guardar las cosas me eche en el sofá ¿Qué haría ahora?

Había declinado la invitación de ir con Rafael al cine, inventando que tenía mucho quehacer pendiente en la casa, pero la realidad era que no quería salir con el.

Lamentablemente ahora me arrepentía, así que decidí llamarlo.

-Hola guapa ¿Ya terminaste tus labores?

- Si mi amor, que tal si te invito a comer y luego al cine

-Por supuesto, dame 30 minutos y llego a tu casa ¿Ok?, quiero verte ya.

Mi decisión.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora