Capítulo 23

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-MALDITA SEA

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-MALDITA SEA.

Sentí una punzada en la espalda, no traía el cinturón de seguridad, olvidé ponerlo, pero no importaba, debería ver que pasó.

Abrí la puerta para ver el daño y prepararme psicológicamente para calmar al conductor y que no se hiciera un problema legal.

El conductor salió de su coche también y ¡oh sorpresa!... Era Rafael.

Sentí un vuelco al corazón y abrí los ojos muy consternada, al verme hizo la misma expresión que sentí aparecía en mi rostro.

No dijimos ninguna palabra hasta después de unos minutos.

-Rafa... Rafael yo... discúlpame... voy a llamar al seguro para que arregle tu coche.

Él seguía sin decir nada, se acercó a la parte trasera de su vehículo para ver el daño y rió.

-No pasó nada, solo un ligero tallón que puede arreglarse, no te preocupes. ¿Tú como estas? ¿Te sientes bien?

-Si – en ese momento sentí un dolor agudo y punzante en el cuello y en la espalda que me hizo que hacer una mueca.

-Liza, no lo estás, tal vez fue solo el golpe, pero aun así deberías revisarte, solo por no dejarlo pasar.

-No te preocupes, con una aspirina se calma.

Rafael frunció el ceño.

-Haré caso omiso a lo que dices ¿Nos vamos en mi coche o en el tuyo?

Me tomo de la mano.

-¿Qué? ¿A dónde?

-A la clínica, a que te saquen una radiografía y te hagan un chequeo.

-He dicho que no Rafael.

-Anda vámonos.

Casi arrastrándome me subió al coche y me sentó en el asiento del copiloto.

-Dame tus llaves, estacionaremos tu coche en ese centro comercial – dijo apuntando un gran estacionamiento- y de regreso volvemos por él.

-No es para tanto.

-Dame las llaves por favor.

La punzada en la espalda me recorrió hasta el cuello, pronto se convirtió en dolor.

Quizas era mejor ir al médico como decía Rafael.

-Están puestas en el coche.

-No tardo más de diez minutos, aquí espérame.

Acomode mi cabeza en el asiento, ¿Qué estaba pasando?

Llame a Rafael con el pensamiento.

-Jajajaja Tonterías.

No pasaron más de diez minutos y Rafael ya estaba subiéndose a su coche trayendo mi bolsa de mano.

Mi decisión.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora