La Surfista Y El Hotel De Los Engaños

El fin del verano

-¿van a participar en el concurso de surf? -preguntó Nathan

-por supuesto -respondió Kelly -después de todo será bueno conocer a todos los competidores

-bueno al menos ya nos conoces a nosotros -dijo Lo

-tiene razón -habló Finn -conozco tu espíritu competitivo, pero puedes estar segura de que yo ganaré esa competencia

-no si yo puedo impedirlo -interrumpió Reed

-sí, recuerden que ahora no es solo un concurso de surf femenino -apoyó Lance

-y tú que dices Johnny ¿participarás? -le preguntó Nathan

-sí, será divertido, después de todo será el último concurso antes de que termine el verano

Todos participarían en el concurso, aunque aún había alguien que no dijo que sí.

-Emma ¿vas a participar? -le preguntó Tyler

Emma se quedó pensando por un momento.

-sí, después de todo como dijo Johnny es el último concurso de surf antes de que termine el verano

-bien está decidido -habló Lo -todos participaremos

-excelente -dijo Reed

-que bien -le siguió Johnny

-es una buena noticia -dijo Tyler

-me alegra que partícipes -le dijo Nathan 

-te ayudaremos a practicar -habló Finn

-por supuesto, conocemos el mejor lugar para surfear -apoyó Lance

-practicaremos juntos como antes -habló Emma

-va en contra del espíritu competitivo, pero después de todo ustedes son mis amigos -dijo Kelly

-todos son ganadores -terminó Nathan

Todos asintieron con una sonrisa.

***

Durante las últimas tres semanas todos se reunían en la playa al terminar su turno para practicar para el concurso.
Ya que solo quedaban tres semanas para que el verano terminara Nathan no volvió a su antiguo trabajo en el restaurante, siguió trabajando junto a su padre, pero está vez organizaba su horario para poder ir a la playa secreta y así surfear con los chicos como lo había prometido.

-es increíble -habló Johnny

-yo no puedo creerlo -dijo Reed

-parece irreal -le siguió Finn

-parece que fue ayer cuando llegamos al hotel -dijo Emma

-este verano fue genial -habló Lo

-sin duda -apoyó Kelly

-fue el mejor verano de todos -terminó Nathan

Esa noche era su última noche de verano, la última en la que estarían juntos en aquella playa maravillosa. La playa con historia, la que solo algunos podían conocer, en la que pasaron momentos inolvidables juntos y surfearon como nunca antes.

Poco a poco todos se fueron retirando a la cabaña, hasta que Emma y Nathan se quedan solos en la playa sentados cerca de la fogata. Nathan se encontraba del otro lado de la fogata y a través del fuego fijó su mirada en Emma y sonrió dulcemente, cuando ella lo vio en frente suyo le dedicó una sonrisa para luego acercarse a él y sentarse al lado de Nathan.

-hoy estuviste genial, surfeaste muy bien -dijo la chica

-tú no lo hiciste nada mal tampoco, cada día aprendes más

-tengo un buen maestro -dijo con una sonrisa dulce

-bueno supongo que tienes un maestro genial y además es apuesto -dijo divertido

-jaja que gracioso -dijo para terminar con una risa

Nathan rió también.

-te irá muy bien en el concurso -le dedicó una sonrisa

-gracias, a ti también te irá bien

Ambos sonrieron.

-aamm... tengo algo para ti -dijo buscando algo dentro de su bolsillo

-no tenías que

-tal vez no, pero quiero hacerlo -dijo dándole una pequeña caja -espero que te guste

-abrió la caja -es hermoso, no sé que decir

-descuida no tienes que decir nada, el solo hecho de verte sonreír es suficiente -dijo un poco sonrojado

-gracias es hermoso -sonrió un poco sonrojada

Era un collar con un dige en forma de tabla de surf color palo rosa con una flor al igual que la tabla de Emma, el dige tiene grabado la palabra "Surf"

-¿como pudiste hacer que fuera exactamente igual a mi tabla de surf?

-bueno tengo muchos contactos, un amigo tiene una joyería y trabaja con pedidos especiales

-¿me ayudas a ponérmelo?

-sí, por supuesto

Nathan tomó el collar y Emma se dio la vuelta y recogió su cabello, él pasó el collar sobre la cabeza de Emma y lo abrochó. Emma sintió como el collar reposó justo abajo de su barbilla y lo contempló una vez más para después darse la vuelta y ver a Nathan con una sonrisa

-te ves hermosa -dijo dedicadole una sonrisa con un leve sonrojo

-gracias -le agradeció con un leve sonrojo

-sonrió -cierra los ojos

Emma dudó un poco, pero accedió y cerró los ojos.

-quítate los zapatos

Emma asintió y así lo hizo.

-el cielo azul, olas rompiendo en las rocas, tus pies en la arena. Amas el océano y siempre estás lista para surfear, ponte tu collar y pide un deseo, úsalo como un recordatorio para mantener el equilibrio y sin miedo

Emma abrió los ojos y quedó cautivada nuevamente al ver esos hermosos ojos color azul cielo. Nathan la miró fijamente sus ojos esmeralda, tan brillantes y especiales como una piedra preciosa.
Ambos estaban hipnotizados, solo eran ellos dos y nada más. Poco a poco fueron acercándose cada vez más hasta que sus rostros quedaron a centímetros de distancia, sus respiraciones se volvieron una sola, casi podían escuchar el latido del corazón del otro, al unir sus labios en un beso se convirtieron en uno solo.