Inténtalo hasta lograrlo

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-de acuerdo vamos a intentarlo de nuevo con menos libros -quitó algunos libros de la bandeja y los dejó en una mesa

-asintió -está bien -tomó la bandeja

-eso es, lo haces bien -dijo mientras veía a Reed caminando con la bandeja

Reed logro con mayor facilidad llegar hasta la meta sin dejar los libros.

-¡lo lograste! -lo felicitó -ahora tendrás que pasar unos obstáculos

-está bien -dijo nervioso

Reed comenzó a caminar de nuevo por la playa con la bandeja sobre el hombro. Nathan preparó un poco de hojas apiladas las cuales Reed pasó un poco nervioso de tropezar pero lo logró, siguió caminando hasta que tropezó con una rama y cayó de rodillas al suelo.

-¿estás bien? -le preguntó ayudándolo a levantarse

-sí, gracias -se puso de pie y tomó la bandeja con los libros para intentarlo de nuevo -bien hagamoslo

Reed comenzó a caminar, pasó las hojas de nuevo, esta vez con más seguridad. Después trato de pasar sobre la rama pero al levantar un pie perdió el equilibrio y cayó nuevamente, Nathan lo ayudó a ponerse de pie y Reed lo intento de nuevo. Esta vez pasó por las hojas y por la rama, pero tropezó con una piedra; se levantó y lo intentó una vez más. Ahora pasó todo lo anterior sin caer

-¡excelente!

-gracias

-ahora aprenderás a esquivar obstáculos en movimiento

-¿qué? -preguntó sorprendido

-vamos -lo empujó para que comenzara a caminar

Reed comenzó a caminar con la bandeja de libros y pasó los obstáculos anteriores sin tropezar hasta que Nathan le lanzó una rama a los pies y tropezó con ella tirando la bandeja y cayendo sobre su brazo izquierdo

-¿estás bien? -lo ayudó a levantarse -lo lamento

-sí no te preocupes, estoy bien -se puso de pie -pero no creo que pueda lograrlo

-por supuesto que lo lograrás ¿cuántas veces has caído de la tabla de surf?

-no lo sé, quizá unas cien veces

-y sin importar cuantas veces has caído sigues levantandote

Reed sonrió.

-no importa cuantas veces caigas lo que importa es cuantas veces te levantas 

-tienes razón -tomó la bandeja y se dispuso a seguir practicando
-oye no estoy cuestionando tú entrenamiento pero en serio todo esto es necesario

-sí, claro que esta es la versión rápida, normalmente el entrenamiento dura como un mes

-entiendo, bien será mejor que lo intente otra vez -se dispuso a caminar

-espera -le dijo tomando la bandeja -es mi turno

Reed lo vio extrañado y sonrió. Nathan comenzó a caminar con la bandeja por la playa pasando las hojas, la rama, las piedras incluso las ramas y piedras que Reed le lanzó.

-¡eso fue increíble! ¿cómo pudiste hacer eso?

-bueno cuando eres el próximo dueño de una cadena hotelera tienes que aprender a hacer cosas

-es duro ¿no?

-en ocasiones, pero aprendes muchas cosas y conoces muchas personas que se convierten en parte de tu vida
-sonrió

-le sonrió de vuelta -¿puedo intentarlo?

-por supuesto -le dio la bandeja

Reed camino por la playa con la bandeja pasando las hojas, las ramas y las piedras hasta que tropezó con una de las piedras que Nathan le iba arrojando a los pies, tiró la bandeja con los libros pero el pudo recobrar el equilibrio antes de caer. Recogió la bandeja y lo intentó otra vez hasta que lo logró.

-¡lo logré!

-¡sí! Estuvo excelente

-sonrió -gracias por no dejar que me rindiera, pero debes dejar que yo haga algo por ti, en serio

-rió -de acuerdo ¿qué te parece si tu invitas el almuerzo?

-hecho 

-pero antes te enseñare como servir
-Reed asintió

Los siete hábitos de los camareros altamente efectivos 

-1. Conoce el menú -le entrego un menú del restaurante -2. Aprende los tiempos de servir. Tienes que entregar las bebidas en el momento justo y asegurarte de que los aperitivos no sean servidos justo antes del plato fuerte. 3. Sé atento, pero no entrometido. 4. Sé perceptivo. Debes leer a los clientes, algunos clientes aprecian la charla pero otros querrán que seas invisible. 5. Sé adaptable. Tienes que ser capaz de adaptarte a cualquier situación o inconveniente. 6. Mantén la calma. Cuando la cocina comete errores no debes dejar que el problema afecte el servicio. y 7. Sé cortés. 

-oye ¿de casualidad no tendrás un libro para poder consultarlo cuando olvide todo eso?

-rió -tranquilo, todo se resume a dar un buen servicio a toda costa 

-asintió -de acuerdo

-¿te parece si vamos a almorzar?

-sí, vamos 

Ambos comenzaron a caminar y fueron a almorzar a la ciudad. 

-oye aun falta mas entrenamiento 

-suspiró cansando -está bien ¿qué haremos ahora?

-ahora te enseñare a servir la comida a la mesa 

-asintió -bien estoy listo 

-entonces vamos

-sí -se puso de pie seguido de Nathan 

Ambos se dirigieron a la playa secreta para seguir practicando como ser un camarero altamente efectivo.

Nathan tomó la bandeja con los libros y le mostró a Reed como servir la mesa. Luego le dio la bandeja a Reed para que hiciera lo mismo.

-excelente. Ahora servirás a dos mesas, terminas con una y sigues con la otra -Reed asintió y así lo hizo -bien solo trata de hacerlo un poco más rápido ¿sí? Inténtalo de nuevo

Reed trató de hacerlo más rápido pero cuando lo hizo no soportó el peso de la bandeja y la tiró accidentalmente. Volvió a intentarlo una y otra vez hasta acostumbrarse al peso de la bandeja, ahora que lo había logrado debía hacer lo mismo con tres mesas, pero como antes el peso de la bandeja no le permitió hacerlo la primera vez hasta que siguió intentándolo hasta lograrlo.

-¡lo lograste! 

-¿en serio? -preguntó emocionado -¡lo hice! ¡por fin!

-sonrió -sí

La Surfista Y El Hotel De Los EngañosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora