¿Acampamos?

6 0 0
                                    

Finn y Reed se dividieron para buscar ramas y hojas que pudieran ser útiles para hacer un refugio. Regresaron y comenzaron a hacer el refugio. No sin antes discutir como debían hacerlo.

-deberíamos hacerlo más simple, nos tardaremos menos -le dijo Reed

-¿y qué sugieres que hagamos?

-un refugio horizontal en contra del viento

-me parece muy simple

-no, no, no, es sencillo. Hay una diferencia, además a mi el tuyo me parece muy complicado

-¿así que ahora no te gustan los retos?

-no, no dije eso

Y así después de discutir por un tiempo llegaron a un acuerdo. Harían un refugio en forma de tipi cubierto con hojas y con sus tablas de surf.

Una vez terminado el refugio fueron a pescar.

-ah no puede ser -habló Reed molesto

-¿qué pasa? ¿acaso perdiste otro pez?

Reed no respondió, solamente la miró disgustado.

-no dijiste que los chicos eran mejor para sobrevivir

-y así es

-pues a mi no me parece

-¿quieres que te lo pruebe? Bien, lo haré

-bien, quien logre atrapar más peces antes de la puesta de sol gana

-hecho

Ambos comenzaron a pescar. Los dos usaban la misma técnica, arponear al pez con arpones echos de bambú con seis puntas amarradas a un extremo. Solamente tenían un problema, cuando ambos intentaron arponear al mismo pez chocaron las puntas de los arpones entre sí ocasionando que se rompieran.

-genial, rompiste dos de mis puntas -le dijo Finn

-¿yo? Tú rompiste tres de mis puntas

-discutiendo no llegaremos a nada

-tendremos que trabajar juntos otra vez ¿cierto?

Finn asintió.

-de acuerdo -le dijo Reed

-bien, primero hay que reparar uno de los arpones usando las puntas del otro

-excelente ¿reparamos el mio?

-yo pensaba que reparamos el mio

-no, ni lo sueñes, yo arponearé a los peces

-no, no, yo lo haré

-no ¿crees te dejaré ganar la apuesta?

-hay por favor, tú no has pescado nada

-porque tú rompiste mi arpón ¿lo olvidas?

-no fue mi culpa, tú te atravesaste cuando intente cazar a un pez

-exacto lo intentaste -terminó Reed

Finn gruñó y lo miró molesta, Reed hizo lo mismo y ambos quedaron viéndose fijamente por un momento hasta que Reed suaviso la mirada.

-no puedo creer que volvimos a discutir -le dijo Reed

-suspiró -la verdad yo tampoco

-lo lamento, fue mi culpa, yo inicie la pelea

-descuida, de hecho no se puede discutir sin dos personas

-¿lo intentamos de nuevo?

-sí -sonrió y Reed también lo hizo
-bien, reparamos tu arpón -le dijo Reed

-no, no, reparamos el tuyo

-por favor insisto, reparamos el tuyo. Tiene menos puntas dañadas

-pero tu tienes algo que probar y una apuesta que ganar

Ambos rieron.

-por lo menos ahora cambiamos la discusión -le dijo Finn

-sí ¿sabes qué? Olvidemonos de la apuesta, hay que trabajar juntos

Finn asintió y sonrió.

-de acuerdo

Reed le quitó las puntas a su arpón y arreglaron el arpón de Finn. Cuando estuvo listo Finn arponearía al pez y Reed haría que el pez se dirigiera a ella.
Reed divisó a un pez y lo dirigió hacia Finn, ella rápidamente lo arponeo y lograron cazar al pez.

-¡sí! -celebró Finn

-¡lo logramos! -le dijo Reed y ambos chocaron los cinco

-bien creo que tenemos suficientes peces

-sí, volvamos a la playa

Ambos salieron del agua con su pesca y juntos encendieron el fuego para cocinar los peces.

-podemos hacer un caldo de pescado

-o podemos sólo cocinar los peces en el fuego

-¿con la piel?

-bueno no tenemos nada con que quitarle la piel

-cierto. Bien, para mi está bien cocinarlos al fuego

Colocaron sus tres peces al fuego. Todos eran de distintos tamaños, Finn cazó dos de los peces y Reed uno de ellos.

-espera nos olvidamos de algo
-le dijo Finn -como nos pudo pasar es básico, no sobreviremos sin ello y lo único que tenemos en frente es salado

-¿qué? ¿de qué hablas?

-olvidamos el agua

-no, no es así

-Reed este no es momento para discutir

-rió -tranquila -alcanzó un trozo de bambú -toma -se lo dio a Finn

-pero ¿cómo? ¿cuándo lo conseguiste?

-mientras estábamos buscando material para hacer un refugio, encontré varios y por suerte sé que a veces pueden contener agua adentro así que aquí está

-increíble, eres bueno después de todo

-sonrió -gracias, tú también lo eres. No me gusta admitirlo, pero atrapaste más peces que yo y más grandes

-sí -sonrió -supongo que hacemos un buen equipo ¿cierto?

-sí, cuando podemos dejar de discutir claro

Ambos rieron. Se quedaron viendo fijamente uno al otro sentados frente al fuego mientras el sol pintaba el cielo y el mar de un precioso color naranja. Estaban a centímetros de distancia y poco a poco se fueron acercando.

¡ahí están! -dijo Nathan mientras todos rodeaban la playa

Al oír la voz de Nathan ambos salieron de sus pensamientos, se aclararon la garganta y se pusieron de pie rápidamente.

-¿chicos? -preguntó Reed ¿qué hacen aquí?

-buscándolos -respondió Lo

-sí pero ¿cómo llegaron aquí?

-pues caminando -les dijo Emma

-pero si estamos en una isla desierta -habló Reed

-¿qué? No, claro que no
-respondió Lance

-estamos a diez minutos del hotel -siguió Tyler

-entonces no estamos perdidos
-preguntó Reed

-pues no sabíamos dónde estaban, pero nunca estuvieron perdidos en una isla desierta eso es seguro -dijo Johnny

-¿dices que podíamos haber caminado y encontrar el hotel?
-le dijo Finn

-asintió -sí

-genial de qué sirvió subir al árbol si dijiste que no veías nada
-le alegó a Reed

-tú también subiste y tampoco viste nada así que no me culpes

-bueno lo que importa es que están bien -habló Kelly

-es cierto, vamos a la cabaña está anocheciendo -terminó Lance

La Surfista Y El Hotel De Los EngañosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora